Juan Orlando Hernández Alvarado, expresidente de Honduras, enfrenta un juicio por narcotráfico en Estados Unidos, después de haber sido acusado durante años de recibir sobornos para proteger criminales, financiar campañas políticas con dineros de la droga, y ser cómplice de la red de tráfico de cocaína de su hermano.

Hernández, un antiguo aliado de Estados Unidos, fue esposado en su casa en febrero de 2022 —una estruendosa caída para un político que ocupó el cargo más alto del país durante dos mandatos consecutivos de 2014 a 2022—. Hernández fue acusado de tráfico de drogas y extraditado a Estados Unidos el 21 de abril de 2022.

Como jefe del Congreso, y luego presidente, Hernández fue la figura política más poderosa del país durante más de dos décadas. Pero su mandato se vio empañado por persistentes acusaciones de corrupción entre miembros de su círculo cercano, entre ellos su hermana y su hermano Juan Antonio “Tony” Hernández, quien está encarcelado en Estados Unidos tras ser condenado por narcotráfico en 2019.

El expresidente ha sido acusado por fiscales estadounidenses de facilitar una red internacional de tráfico de drogas que trasladó al menos 500 toneladas de cocaína a través de Honduras hacia Estados Unidos. Hernández ha negado repetidamente todas las acusaciones.

Historia

Juan Orlando Hernández comenzó su carrera política en Gracias, su ciudad natal en el departamento de Lempira, al occidente del país, donde se vinculó al derechista Partido Nacional, en la década de 1990. Fue elegido congresista de Lempira en 1997.  

En 2010, Hernández fue elegido presidente del Congreso Nacional, lo que consolidó su ascenso dentro del partido de gobierno. Pero a medida que su poder fue creciendo, se vio asediado por crecientes acusaciones de corrupción: durante su mandato como jefe del Congreso, el Fondo de Desarrollo Departamental, controlado por el Congreso, se apropió indebidamente de unos US$360 millones, que fueron usados para llenar las arcas del partido y financiar campañas políticas. El fondo era administrado por Hilda Hernández, la hermana de Juan Orlando, que dirigía el Ministerio de Desarrollo Social e Inclusión de Honduras.

Pero el escándalo no frenó el ascenso de Hernández y fue elegido presidente por primera vez en 2013. Las investigaciones de la comisión anticorrupción del país revelaron más tarde que se malversaron millones de dólares, los cuales fueron canalizados para su primera campaña presidencial.

Ganó un segundo mandato en 2017. Sin embargo, su reelección se vio empañada por controversias, incluyendo la anulación, por parte de la Corte Suprema del país, del límite de un solo mandato para los presidentes, con el fin de permitirle postularse nuevamente, así como acusaciones de fraude electoral.

Al mismo tiempo, varios traficantes comenzaron a dar testimonios que apuntaban al presunto papel de Hernández en lo que parecía ser un narcoestado. Luego, en 2018, su hermano Tony fue arrestado en un aeropuerto de Miami por tráfico de drogas. En los documentos judiciales que salieron a la luz en el caso de su hermano se identifica a Hernández como co-conspirador.

El juicio de su hermano por cargos de narcotráfico en 2019 convirtió al entonces presidente en objeto de acusaciones aún más condenatorias. Durante el juicio, Alexander Ardón, exnarcotraficante y exalcalde de El Paraíso, Copán, testificó que Tony había dado protección a sus operaciones a cambio de una contribución de US$2 millones para la campaña de su hermano.

Los fiscales estadounidenses también alegaron que Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, antiguo capo del Cartel de Sinaloa, le había entregado US$1 millón a Tony, el cual se presume era para el expresidente hondureño.

Los fiscales también mencionaron un libro contable confiscado a Nery Orlando López, un narcotraficante, en el que aparecían US$440.000 en pagos para “JOH y su gente”. El presidente suele ser conocido por sus iniciales. López fue brutalmente asesinado en prisión apenas una semana después del juicio de Tony.

Aunque en general los fiscales estadounidenses son reacios a nombrar presidentes en ejercicio durante las acusaciones penales, en varios casos y en la sentencia de su hermano continuaron sosteniendo que el exmandatario Hernández había aceptado sobornos y había participado de manera directa en el esquema de narcotráfico de su hermano. La acusación más explosiva se produjo en 2021, cuando un testigo en el juicio del narcotraficante Geovanny Fuentes Ramírez afirmó que el expresidente Juan Orlando Hernández se había jactado de engañar a las fuerzas antidrogas de Estados Unidos.

“Vamos a meter las drogas en las narices de los gringos y no se van a dar ni cuenta”, supuestamente dijo el presidente.

Aun así, Hernández continuó siendo considerado un socio clave de Estados Unidos, dispuesto a ayudar al entonces presidente Donald Trump en su cruzada para evitar la llegada de migrantes a la frontera entre Estados Unidos y México. También fue considerado un aliado en la llamada “guerra contra las drogas” de Estados Unidos. Como presidente, a menudo opinaba que nadie había hecho más por desmantelar y extraditar a los grupos de narcotraficantes hondureños que él mismo.

Fue solo en 2021, más de una década después de las repetidas acusaciones de malas conductas, que Washington realmente comenzó a distanciarse de la administración Hernández. En febrero de ese año ocho senadores demócratas propusieron un proyecto de sanciones a Hernández, afirmando que este había participado en un patrón de actividades criminales.

Para noviembre de 2021, el electorado de Honduras ya estaba hastiado del Partido Nacional, el partido de gobierno del que Hernández hace parte. La candidata Xiomara Castro obtuvo una victoria decisiva en las elecciones presidenciales, y poco después se especuló que Hernández podría ser acusado por fiscales estadounidenses tras dejar el cargo.

Después de la derrota, Juan Orlando Hernández fue nombrado inmediatamente en el Parlamento Centroamericano (PARLACEN), en un intento de buscar la inmunidad frente a los enjuiciamientos.

Pero solo unas semanas después de abandonar el cargo, los fiscales estadounidenses lo pidieron en extradición, acusándolo de tráfico de drogas y armas. Hernández fue detenido en su casa el 15 de febrero de 2022. La policía le puso cadenas y un chaleco antibalas, una imagen impactante y que se consideraba impensable.

Actividades criminales

Hernández ha sido acusado de aceptar sobornos de narcotraficantes, e incluso de brindar protección a laboratorios de drogas y cargamentos de cocaína. Durante mucho tiempo ha negado las acusaciones en su contra, afirmando que son producto de una vendetta de traficantes.

Los fiscales del Distrito Sur de Nueva York, el mismo despacho que procesó a su hermano, Tony, presentaron los cargos contra Hernández.

La condena de Tony fue especialmente problemática para Juan Orlando Hernández. Los testimonios revelaron una compleja red de corrupción en la que Tony cobraba sobornos de narcotraficantes en nombre de su hermano en el periodo previo a las elecciones presidenciales de Honduras de 2013. A cambio, Tony concedía acceso a contratos estatales, protección frente a la persecución judicial e incluso cooperación de las fuerzas de seguridad del Estado en el envío de drogas. Los fiscales alegan que nada de esto habría sido posible sin la participación de Juan Orlando Hernández.

A principios de 2022, Hernández fue incluido en la llamada Lista Engel del Departamento de Estado, un listado de personajes corruptos, por “cometer o facilitar actos de corrupción y narcotráfico, y usar las ganancias de actividades ilícitas para facilitar campañas políticas”.

Si bien anteriormente había admitido que recibió fondos de campaña de fuentes que se sabía que canalizaban fondos públicos malversados, Hernández sostiene que ignoraba el origen de esos fondos.

Geografía

Con la protección del Partido Nacional, los narcotraficantes transformaron a Honduras en una importante ruta de cocaína suramericana hacia México y Estados Unidos.

El oeste de Honduras fue el centro de poder de Hernández y su hermano Tony, quien también fue congresista del Partido Nacional. Allí, Tony Hernández comenzó a ejercer como agente de poder político con clanes del narcotráfico. Esta región sigue siendo clave para los narcotraficantes, que aprovechan la larga y porosa frontera de Honduras con Guatemala.

Entonces florecieron las rutas aéreas y marítimas. Las pistas de aterrizaje clandestinas para narcovuelos que transportaban cocaína hacia el norte se hicieron comunes en las regiones menos pobladas del país. Las rutas terrestres también eran populares entre los traficantes relacionados con Honduras.

Con la protección de Tony, los hermanos Valle Valle controlaban el principal corredor terrestre de Honduras hacia Guatemala, donde —desde al menos 2015—, se traficaban entre 150 y 300 toneladas de cocaína cada año.

Tony también trabajó con Alexander Amilcar Ardón, antiguo narcotraficante y alcalde de la pequeña localidad de El Paraíso. Aunque al principio los hermanos Valle Valle y Ardón eran rivales, Tony negoció una tregua entre ellos, formando una especie de federación, según los documentos judiciales. Estos grupos, junto con Tony, acabaron trabajando juntos para suministrar cargamentos de varias toneladas de cocaína al Cartel de Sinaloa.

Fue Ardón quien presentó inicialmente a Tony a El Chapo, y el narcotraficante hizo una contribución de un millón de dólares a la campaña presidencial de Juan Orlando Hernández.

Aliados y enemigos

Mediante su hermano, Tony, Hernández supuestamente ofreció protección a algunas de las organizaciones narcotraficantes más prolíficas de Honduras.

Los principales clientes de Tony eran los hermanos Valle Valle, con quienes se inició en el tráfico de drogas a gran escala. Según documentos judiciales, Tony negoció una tregua entre estos y el mayor rival del grupo, el Cartel AA.

Hernández supuestamente les proporcionó a los socios de Tony protección política y el apoyo de las autoridades. Esto incluía los servicios del exdirector de la policía Juan Carlos Bonilla Valladares, alias “El Tigre”, quien está acusado de usar su posición para proteger los cargamentos de drogas a instancias de Tony Hernández.

Durante su año al frente de la Policía Nacional de Honduras, según fiscales estadounidenses, Bonilla presuntamente protegió cargas de varias toneladas de cocaína que viajaban desde Colombia y Venezuela hacia Guatemala. También llevó a cabo asesinatos en nombre de Tony, según testimonios judiciales. Bonilla fue extraditado a los Estados Unidos el 11 de mayo de 2022. Será juzgado junto con Juan Orlando Hernández.

Perspectivas

El juicio de Juan Orlando Hernández lo convierte en el primer expresidente en encontrarse ante un tribunal de Estados Unidos acusado de narcotráfico, después del expresidente de Panamá, Manuel Noriega, quien fue condenado en un tribunal de Florida en abril de 1992.

Si Hernández es declarado culpable de tráfico de armas y drogas, podría enfrentar una sentencia de cadena perpetua en una prisión de Estados Unidos. Su hermano Tony fue condenado a cadena perpetua, al igual que el narcotraficante Geovanny Fuentes Ramírez.