Carlos Luis Revete, alias “El Koki” o «Coqui», fue por mucho tiempo uno de los criminales más buscados de Venezuela, y líder de la megabanda homónima que controlaba el sector Cota 905, al suroeste de Caracas.

A pesar de que tuvo cargos en su contra desde 2013, por crímenes como robo, homicidio y narcotráfico, Revete gozaba de gran impunidad. El pacto de no agresión al que llegó con las autoridades venezolanas demostraba la abdicación casi total del Estado en los barrios marginados controlados por las megabandas.

Sin embargo, a mediados de 2021, el Koki huyó de Cota 905 en medio de un gran despliegue de fuerzas de seguridad contra su banda. Permaneció prófugo hasta febrero de 2022, cuando las fuerzas de seguridad en el estado Aragua, Venezuela, lo dieron de baja.

Historia

El Koki nació en 1978 y creció en los barrios populares de Caracas. Poco se sabe de su vida hasta 2013, cuando fue acusado del asesinato de Greiber Danilo Alonso Lucas en el sector Los Alpes de Cota 905, uno de los sectores más violentos de Caracas donde las pandillas ganaron poder social como autoridades de facto en la comunidad. Se cree que en ese entonces Revete pertenecía a una pandilla callejera conocida como Los Chiches, y que mató a Alonso Lucas como respuesta a una foto que apareció en las redes sociales de este último, en la que posaba con un enemigo de la pandilla.

El Koki ganó importancia como lugarteniente del líder de Los Chiches, Jesús Alberto Ramos Caldero, alias “El Chavo”, quien en 2014 se propuso unir a las pandillas de Caracas contra la policía. Esta iniciativa contribuyó al surgimiento de una nueva estructura criminal en Venezuela: las “megabandas”.

Cuando Ramos fue asesinado por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) en enero de 2015, El Koki asumió el liderazgo de su nueva megabanda en Cota 905 y continuó el proyecto de unificación de Ramos. Informes de los medios le atribuyen la unión de las bandas de Cota 905 con las de El Cementerio y El Valle.

En enero de 2015, Cota 905 fue incluida en el programa de «Zonas de Paz» del gobierno de Nicolás Maduro, mediante el cual las autoridades cedieron el control territorial a las organizaciones criminales, a cambio de que estas redujeran la violencia. Esta tregua se rompió en julio del mismo año con el inicio de la Operación Liberación del Pueblo (OLP), propuesta por el gobierno, la cual consistió en una fuerte represión que marcó el regreso de la violencia policial y de las violaciones a los derechos humanos que se habían dado en el pasado.

La primera incursión de la OLP en Cota 905 dejó como resultado 15 personas muertas, solo seis de las cuales tenían antecedentes criminales. Revete no se contaba entre ellos, pues se refugió en una prisión pocas horas antes de la redada. El Koki evadió su captura durante toda la operación, lo que alimentó la sospecha de que el verdadero objetivo de esta eran sus rivales.

En agosto de 2017, la entonces presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente, actualmente vicepresidenta, Delcy Rodríguez, visitó Cota 905. La historia oficial cuenta que los habitantes del sector les solicitaron a ella y a otros funcionarios del régimen de Maduro que restablecieran el programa de Zonas de Paz y prohibieran la entrada de la policía al barrio. Sin embargo, fuentes de InSight Crime revelaron que la delegación también se reunió con El Koki durante la visita, y se cree que llegaron a un pacto con el líder criminal. Después de eso, se reactivó el programa de Zonas de Paz en el sector y se retiraron las fuerzas de seguridad.

El abandono estatal de que fue objeto Cota 905 convirtió al sector en un enclave criminal, donde las megabandas se movían con total libertad. Aunque la “pax mafiosa” entre las pandillas y las fuerzas de seguridad quizá redujo la violencia, también les permitió a El Koki acumular armamento pesado y consolidar sus economías criminales. Hacia 2016, se estimaba que la banda de Revete tenía entre 70 y 120 miembros, quienes usaban la zona como base de operaciones para la extorsión, el secuestro y el robo de vehículos.

El Koki gozó de una impunidad casi total en la Cota 905, lo que quedó demostrado de manera abrumadora con un video que circuló en las redes sociales, en el que se lo ve participando abiertamente en una fiesta del barrio.

Reportes de seguridad revelaron, a mediados de 2019, que El Koki se encontraba trabajando con sus compañero de pandilla, Carlos Alfredo Calderón Martínez, alias “El Vampi” y Garbis Ochoa Ruiz, alias «El Garbis», en la dirección de una megabanda de unos 180 miembros, cuyo imperio criminal se extendía más allá de Caracas. En 2019 hubo claras señales de que El Koki se sentía a salvo de cualquier agresión. En junio de ese año, estuvo presente en el pomposo funeral de uno de los miembros de su pandilla, cuya ceremonia fue presidida por Alex de Castro, reconocido salsero puertorriqueño y pastor.

En julio del mismo año, varios miembros de la banda de El Koki atacaron a agentes de la CICPC en Cota 905. Poco después, se les ordenó a los agentes que salieran de la zona, pues la policía tenía prohibido ingresar a las áreas controladas por la banda.

A finales de diciembre de 2020 y comienzos de enero de 2021, la banda que lideraba El Koki se tomó sectores del barrio La Vega, una zona popular de Caracas, que, aunque queda muy cerca de Cota 905, no había sido ocupada por el grupo criminal.

El intento de expansión movió a funcionarios policiales, principalmente de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), a incursionar en el barrio en búsqueda de los aliados de El Koki. El operativo dejó, extraoficialmente, 23 personas fallecidas, y fue denunciado como la matanza policial con mayor número de víctimas que se ha presentado en el país.

Los enfrentamientos entre policías y El Koki y sus aliados continuaron en aumento por meses, con balaceras que paralizaron Caracas, hasta que en julio de 2021, Maduro ordenó la entrada de la fuerza pública a Cota 905, lo que provocó la huida de la banda.

El Koki permaneció prófugo durante meses, y hubo rumores sobre su presencia en distintos estados de Venezuela, Colombia e incluso Perú. Sin embargo, el 6 de febrero de 2022 resultó herido en un operativo de seguridad en Tejerías, estado Aragua. Dos días después, miembros del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) de Venezuela mataron a El Koki en un gran despliegue policial.

Actividades criminales

El Koki era buscado por numerosos cargos, como robo, homicidio y tráfico de estupefacientes. Su banda controlaba las actividades criminales en todo el sector de la Cota 905, principalmente el tráfico de drogas y el robo de vehículos, aunque también estaba involucrada en esquemas de secuestro y extorsión.

Geografía

Cota 905, el territorio que por varios años estuvo bajo el dominio de Revete, es un populoso sector en las laderas al suroeste de Caracas. Las alianzas de El Koki con otras pandillas de los sectores de El Cementerio y El Valle le dieron control sobre gran parte de esta área. El Koki junto a El Vampi, y El Garbis, conformaron una federación criminal que tuvo el control de un territorio de aproximadamente 20 kilómetros cuadrados en el suroeste de Caracas.

Fuentes de la policía consultadas por InSight Crime declararon bajo condición de anonimato que El Koki solía utilizar como refugio las zonas de paz en Los Valles del Tuy, estado Miranda.

Aliados y enemigos

A pesar de que era uno de los criminales más buscados de Venezuela, al parecer El Koki llegó a un acuerdo con la administración Maduro, lo que le permitió operar con una impunidad casi total durante años. Además, se mostraba dispuesto a defender violentamente este pacto cuando fuera necesario.

El Koki, además, cooperaba con otros líderes de pandillas para expandir su imperio criminal. Además de la alianza con las bandas de El Valle y El Cementerio, El Koki estableció relaciones con otros grupos criminales del país. De acuerdo a información que logró conocer InSight Crime, recibió amparo de alias “Conejo”, líder de una organización criminal que tenía bajo su mandato la población de Tejerías, en Aragua. Además, según investigaciones del medio RunRunes, el Koki habría tenido una relación económica con alias “Richardi”, el pran que comanda la prisión de Tocuyito, ubicada en el estado Carabobo.

Perspectivas

La estrategia que mantuvo El Koki de evadir la captura a la vez que expandía las actividades criminales de su banda demuestra su capacidad para explotar las contradictorias iniciativas de la administración Maduro para sus propósitos. Demostró ser bastante hábil para llegar a acuerdos tanto con las autoridades como las bandas rivales, con el fin de consolidar el control territorial y garantizar su impunidad.

Sin embargo, su agresivo intento de expansión hacia La Vega durante 2021, que involucró ataques a instalaciones policiales, parece haber transgredido la «pax mafiosa» y significó el fin de su reinado criminal.

A pesar de que sus lugartenientes siguen libres, la banda no ha podido retomar su territorio, y es poco probable que lo logren. La caída de El Koki parece haber marcado el inicio de un nuevo capítulo para el gobierno, en el cual se ven reacios a permitir que grupos criminales volátiles sigan el ejemplo de El Koki.