A pesar de su aparente falta de estructura, las pandillas en El Salvador tienen una cosa en claro: saben como influenciar a los políticos para afianzar su poder y dominio.

Las elecciones legislativas y municipales del domingo 4 de Marzo en El Salvador tendrán lugar en un contexto de investigaciones sobre la influencia de las pandillas en la política y una condena contra un alcalde por sus lazos con organizaciones criminales. Hoy la pregunta es: ¿Se puede frenar la influencia política de las pandillas?

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Héctor Silva, investigador de InSight Crime y experto en El Salvador explica algunos de estos temas.

InSight Crime: ¿Cuál es la importancia de las elecciones legislativas y municipales en El Salvador?

Héctor Silva: Esta elección es clave porque es la última antes de las elecciones presidenciales que tendrán lugar el marzo del año que entra. Entonces se pueden ver como una evaluación de la presidencia de Sánchez Cerén hasta ahora.

Según encuestas recientes, hay buen chance de que el partido gobernante de izquierda, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), va a perder algunos asientos en el congreso. Un escenario que los encuestadores están planteando es que el partido de la derecha que ahora es oposición, ARENA, va a ganar algunos asientos en el congreso y que otro partido de derecha, más pequeño, GANA, va a mantener o tomar espacios asientos también. Entonces puede ser que lleguen a tener una mayoría que les permitirá bloquear propuestas que vengan del Ejecutivo.

En lo relacionado con el tema de seguridad, es importante notar que este congreso va a elegir a un nuevo Fiscal General este año y una nueva Corte Suprema. Entonces todo lo que tiene que ver con la justicia, la lucha contra el crimen, las pandillas, el crimen organizado y la corrupción va a depender directamente de lo que decida este congreso.

IC: ¿Cuál es el involucramiento de las pandillas en la política y qué es lo que buscan conseguir?

HS: Nosotros hemos reportado extensamente sobre la relación que tienen las pandillas con la política, y con los dos principales partidos. En las últimas elecciones presidenciales de 2014, en particular.

Hemos reportado, por ejemplo, el caso del exalcalde de Apopa, José Elías Hernández. Apopa es una de las municipalidades más grandes que rodean a San Salvador, es una municipalidad de personas trabajadoras con un gran e histórico problema de pandillas. Lo que vimos es que el exalcalde, quien ahora está en prisión, llegó al poder en gran parte por pedirle ayuda a las pandillas para controlar votos y ayudarlo en los territorios que las pandillas controlan. A cambio, las pandillas consiguieron puestos en la oficina del alcalde y fondos públicos, además de controlar a la policía municipal en Apopa. Entonces fue algo que benefició para ambas partes. Y es algo que vemos en otros lugares; sabemos que no es algo del pasado, sino que es algo que sigue pasando.

Benito Lara, por ejemplo, el ex ministro de justicia del FLMN ha sido acusado de tener tratos con las pandillas y ahora es candidato a diputado. Se lo ha visto en videos hablando con las pandillas pidiendo apoyo a cambio de apoyo.

Un ex congresista de ARENA quien ahora se postula para alcalde de San Salvador, Ernesto Muyshondt también ha sido acusado de tener este tipo de conversaciones con las pandillas.

Esto no es algo de lo que se habla públicamente, pero que está muy presente.

IC: ¿Cómo influencian las pandillas las elecciones?

HS: Lo que hemos visto es que hay dos formas en las que las pandillas influencian elecciones.

Uno es mediante el control del territorio. He hablado con muchos funcionarios y candidatos en los últimos años, en el contexto de la investigación que acabamos de publicar sobre la MS13, y los políticos reconocen que para hacer campañas en los territorios tienen que hablar con las pandillas porque la autoridad en esos lugares es el líder de la pandilla. Los candidatos tienen que pedir permiso, por razones de seguridad.

Entonces las pandillas dicen: “Yo controlo este territorio y puedo traerte estos votos, ¿qué me ofreces a cambio?” y en algunos casos, como lo vimos en el caso de Apopa, esos son cargos.

La otra forma ocurre el día de las elecciones. Las pandillas usan el control sobre la gente que va a votar. En las elecciones de 2014, por ejemplo, escuchamos testimonios de personas que decían que miembros de las pandillas controlaban los alrededores de las mesas electorales, amenazaban a los votantes e intimidaban a las personas que trabajaban en las mesas para intentar influenciar el votos.

Un líder de pandilla Barrio 18, apodado “Nalo”, testificó en un caso que ambos partidos le habían ofrecido dinero cerca de las elecciones para que les ayudaran en los territorios que controlan.

Y hay otro aspecto importante que tiene que ver con el contexto. Un número de candidatos está promoviendo una agenda de mano dura, lo hacen porque es popular, demagógico y esto viene de los mismos partidos que por otro lado están negociando con las pandillas por debajo de la mesa.

Esto te dice mucho sobre el proceso político en El Salvador y hasta donde han llegado tanto los políticos como las pandillas en estos acuerdos.

IC: ¿Hay otros grupos criminales que estén intentando influenciar las elecciones en El Salvador?

HS: Sí, desde hace tiempo, hay otros tipos de grupos de crimen organizado que tienen dinero para influenciar procesos electorales. Las pandillas no tienen ese tipo de dinero.

Eso lo hemos visto en Guatemala, en Honduras y ya lo habíamos visto en El Salvador aun antes de la aparición de las pandillas. Con grupos como Los Perrones o el Cartel de Texis usando su dinero, su influencia y conexiones políticas para influenciar procesos electorales, por nombrar a algunos.

El año pasado la Corte Suprema de El Salvador dio la orden para que las cuentas de los partidos se hicieran públicas. Recién ahora estamos sabiendo los nombres de algunos grupos que, aunque no son del crimen organizado, son grandes grupos del sector privado que buscan contratos públicos e invierten mucho dinero en campañas a nivel local y nacional.

Esto es algo que estamos empezando a ver en El Salvador.

Y lo mismo que hemos visto en otros países de triángulo norte: grandes grupos de narcotráfico invirtiendo dinero en campañas, que también lo seguimos viendo.

Estamos viendo a élites que están invirtiendo dinero supuestamente de forma legal.

IC: Parece haber iniciativas para que las elecciones sean más transparentes, incluyendo investigar a personas que pueden haber tenido lazos con organizaciones criminales. ¿Son estos suficientes y qué puede hacer El Salvador para evitar esta infiltración del crimen organizado en la política?

HS: Es una tarea enorme.

Se han conseguido muchos logros importantes y se ha aprendido mucho, particularmente en Guatemala, que ha permitido, por ejemplo, al fiscal general investigar muchos de estos crímenes, pero siento que estamos dando algunos pasos hacia atrás.

Las organizaciones criminales están luchando contra las iniciativas anticorrupción del gobierno.

En Guatemala, por ejemplo, hay muchos ataques contra los grupos que están intentando luchar contra esto. El jefe de la MACCIH en Honduras ha renunciado y en El Salvador ni siquiera hay una CICIG o MACCIH.

Hay que reconocer que se ha hecho un trabajo en El Salvador, el caso de Apopa, por ejemplo, que está en prisión. Entonces hay pasos positivos pero me temo que estos grupos criminales continuarán luchando mediante sus conexiones.

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