El decomiso de cientos de armas de grueso calibre en Argentina y una investigación al respecto han revelado nuevos indicios sobre la dinámica criminal en la tristemente célebre región limítrofe con Paragua. Aun así, el rol de Argentina en el tráfico global de armas aún sigue sin esclarecerse.
El 26 de julio, las fuerzas de seguridad en Argentina incautaron cientos de armas de uso militar y detuvieron a más de 20 individuos. Las autoridades describieron este operativo internacional como el más grande en la historia del país.
*Este artículo fue preparado en colaboración con el Centro de Estudios sobre Crimen Organizado Transnacional (CeCOT) de la Universidad de La Plata, Argentina.
La investigación, que se inició a finales de 2018, halló que las armas —entre las que se contaban rifles, ametralladoras y minas antitanques— hacían parte de un intrincado operativo global.
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Los investigadores anunciaron que las partes enviadas desde Estados Unidos y Europa se ensamblaban en diferentes puntos del territorio argentino. Posteriormente se enviaban las armas por tierra al vecino Paraguay. Las autoridades creen que las armas se vendían a las mayores organizaciones criminales de Brasil: el Primer Comando de la Capital (PCC) y el Comando Rojo (Comando Vermelho).
Análisis de InSight Crime
El operativo y la subsiguiente investigación, aún abierta, revelan nuevos indicios sobre la dinámica criminal en uno de los puntos más álgidos de actividad criminal en Suramérica. A continuación, InSight Crime analiza los tres factores más importantes de la redada.
1. Grupos criminales ponen el ojo en nuevas rutas
Hasta hace poco, los grupos criminales en Paraguay actuaban como uno de los principales intermediarios del tráfico de armas entre Estados Unidos y Brasil, lo que garantizaba un flujo ininterrumpido entre ambos países.
Hay varias razones para esto. Aprovechando la laxitud de la legislación sobre armas en Estados Unidos, ha sido relativamente fácil para los grupos criminales en ese país enviar partes por medio de contactos de confianza comprobada en Paraguay. Allí, se ensamblaban y se enviaban por tierra a Brasil por rutas de uso común para el tráfico de grandes volúmenes de mercancías ilícitas.
Pero una prohibición a las importaciones de armas impuesta por las autoridades paraguayas en 2018 puede haber obligado a los grupos criminales a ensayar rutas alternativas. Esto puede ayudar a explicar el porqué del gran número de armas incautadas en Argentina, algo inédito hasta entonces.
Rodrigo Bonini, director de investigaciones del Ministerio de Seguridad de Argentina, dice que los gobiernos de la región deben trabajar conjuntamente en el desarrollo de políticas contra el crimen.
“Cuando un país define políticas para contener el crimen organizado, debe tener una perspectiva regional, porque de otro modo los países que queden fuera sufrirán un impacto negativo”, comentó a InSight Crime.
2. El hampa pone los ojos en Argentina
El reciente decomiso de armas en Argentina fue histórico por la cantidad de armamento y municiones, pero también porque hasta entonces el país no había sido considerado un actor de peso en el tráfico regional o internacional de armas.
Argentina posee un pequeño mercado doméstico de armas, según un informe de 2015, preparado por la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD).
Pero la estratégica ubicación del país, la presencia de un puerto de gran calado que sirve como nexo directo con Europa, rutas de narcotráfico consolidadas con el vecino Paraguay y un historial de funcionarios aduaneros corruptos podría ayudar a explicar por qué los grupos criminales pueden estar poniendo a prueba el país como un posible nuevo eslabón en la cadena de tráfico armamentista.
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Sin embargo, estos grupos podrían afrontar nuevos desafíos con el afianzamiento de las relaciones entre los gobiernos de la región, en especial en lo que respecta a la lucha contra el crimen organizado.
La relación entre la administración del presidente argentino Mauricio Macri y sus homólogos en Estados Unidos, que se ha profundizado en años recientes, se ha traducido en un grado de cooperación que ha hecho más exitosos operativos como este último decomiso de armas. Las relaciones también se han estrechado entre las autoridades de Argentina, Brasil y Paraguay, con los intentos conjuntos de los tres países para contener la expansión de los grupos criminales.
3. Grupos criminales en Brasil ganan poder
El hecho de que Argentina solo tiene un mercado local de armas, que no corresponde al grado de sofisticación observado en el reciente decomiso, obligó a las autoridades a ir más allá en busca de pistas sobre el destino de las armas.
Aunque no se confirmó, todos los dedos apuntan a los dos grupos criminales más fuertes de Brasil, el PCC y el Comando Rojo, como los compradores.
Ambas agrupaciones, en especial el PCC, vienen ganando fuerza en Brasil y otros países.
Aunque no hay evidencia suficiente que indique que el grupo ha hecho un intento concertado de expandirse a Argentina, las autoridades declararon a InSight Crime que están siguiendo con atención esa situación, con especial cuidado en la frontera norte del país, donde se unen los tres países.
A juzgar por el último hallazgo de armas, tienen razón en hacerlo.
*Este artículo fue preparado en colaboración con el Centro de Estudios sobre Crimen Organizado Transnacional (CeCOT) de la Universidad de La Plata, Argentina.