El propósito expreso de la administración Trump al establecer la “tolerancia cero” frente a la inmigración ilegal en las fronteras de Estados Unidos consiste en reducir las tasas de criminalidad, pero las investigaciones demuestran que dicha medida puede producir el efecto contrario.
La política consiste en enjuiciar a todo aquel que cruce la frontera de manera ilegal, y la administración Trump ha tomado la decisión sin precedentes de separar a los niños de sus padres con el fin de disuadir a las familias de iniciar el viaje migratorio. (Poco después de la publicación de este artículo, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva en la que afirma que “también es política de esta administración mantener la unidad familiar, incluso reteniendo a las familias extranjeras juntas cuando sea apropiado, y en consonancia con la ley y los recursos disponibles).
Se supone que la denominada estrategia de tolerancia cero debe servir como un elemento disuasivo. Los funcionarios de la administración también han reforzado la estrategia, cerrando el acceso a las solicitudes de asilo individuales (al menos hasta después de que los solicitantes hayan sido enjuiciados por ingresar al país ilegalmente), y culpando a los padres por poner a sus hijos en peligro al iniciar el arriesgado viaje a través de lugares como México, donde suelen ser víctimas no solo de organizaciones criminales, sino además de algunos funcionarios.
Sin embargo, la política de la administración Trump es miope, pues, según lo demuestran las investigaciones, en el largo plazo puede fortalecer a los grupos criminales.
A continuación se describen cinco maneras como esto puede ocurrir:
1. Conduce a las personas a los mercados ilegales
A medida que Estados Unidos y otros países del mundo han buscado endurecer las políticas de seguridad fronteriza, se han estado fortaleciendo los grupos del crimen organizado que se benefician del tráfico de personas. Esta actividad criminal —que solía ser del ámbito de organizaciones pequeñas, en su mayoría de carácter familiar— se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo criminal, con ingresos de alrededor de US$35 mil millones al año. El crimen conexo, la trata de personas, es también enormemente lucrativo, con ganancias de US$32 mil millones, según Naciones Unidas.
En México, grupos criminales grandes y sofisticados como Los Zetas y el Cartel del Golfo lo han convertido en una de sus principales fuentes de ingreso. Pero también puede ocurrir al revés: varios prominentes grupos de narcotraficantes centroamericanos iniciaron traficando seres humanos y luego pasaron al tráfico de otros bienes ilícitos, dado que ya tenían la infraestructura, los contactos y el control sobre las rutas. La existencia de grupos criminales más poderosos da como resultado más corrupción, más inestabilidad y, contrario a los deseos de la administración Trump, más migración.
Guadalupe Correa-Cabrera, profesora de George Washington University y autora de un libro sobre Los Zetas, publicado recientemente, afirma que las leyes fronterizas estrictas “favorecen” a grupos como Los Zetas. “Es algo que va a empeorar la situación”, le dijo a InSight Crime, refiriéndose al crecimiento constante de estos grupos criminales.
Esta actividad criminal no se limita solo a lugares ubicados tras la frontera sur de Estados Unidos. Al interior del país, las personas también son victimizadas por grupos criminales que saben perfectamente que aquellas no pueden acudir a las autoridades. Desde el vendedor ambulante que es extorsionado por las pandillas en Long Island, hasta el jornalero de California que llegó con la ilusión de encontrar algún trabajo en el campo, pero terminó descargando marihuana en la costa, los grupos criminales se aprovechan de su necesidad de permanecer en el anonimato.
2. Eleva el precio de los servicios criminales
Otra de las razones por las que estos grupos criminales incursionan en mercados como el tráfico de personas es que la tolerancia cero no solo aumenta el número de posibles clientes, sino que además eleva los precios de sus servicios criminales. Un mayor control policial equivale a más riesgos, así como a mayores necesidades de sofisticación y recursos para llevar a cabo cualquier empresa criminal.
Las estimaciones a lo largo de la frontera con México ilustran esta tendencia. En un estudio publicado por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos en 2010, los investigadores, utilizando cuatro fuentes de datos diferentes, constataron el aumento de los precios del tráfico de personas.
3. Genera condiciones para futuras actividades criminales
Numerosas reacciones de medios académicos y noticiosos frente a la política de la administración Trump de separar a los niños de sus padres en la frontera indican que dicha medida genera traumas, así como efectos físicos y cognitivos. Investigadores de otras partes del mundo han demostrado que ello también podría conducir a actividades criminales.
En nuestro medio, investigadores especializados en temas de pandillas, como James Vigil, autor de un influyente libro sobre pandillas latinas en Los Ángeles, también han señalado que este es uno de los muchos factores que a menudo conducen a la actividad criminal. Vigil llama a su teoría la “marginalidad múltiple”, e incluye otros factores inherentes a las políticas de la administración Trump frente a las comunidades migrantes.
Esto es algo que también observamos durante los tres años dedicados a nuestra investigación sobre la Mara Salvatrucha (MS13) en la región. Como parte de nuestro estudio entrevistamos a decenas de pandilleros y expandilleros, y constatamos que los trastornos familiares siempre hacían parte de sus historias personales.
Además, las deportaciones en la frontera también conducen a muchas personas a engrosar las filas criminales, según afirma Angélica Durán-Martínez, profesora de la Universidad de Massachusetts en Lowell, y autora de un reciente libro sobre políticas contra la violencia generada por las drogas en Colombia y México.
“Si bien no todos los deportados terminan participando en actividades criminales, una buena parte de ellos lo hace, dado que a menudo son liberados en zonas fronterizas donde hay una fuerte presencia del crimen organizado, y donde cuentan con pocas redes sociales o escasas oportunidades de empleos legales”, le dijo a InSight Crime mediante correo electrónico.
4. Destruye la confianza entre las autoridades y las comunidades migrantes donde prevalecen el crimen organizado y las pandillas
Existen dos maneras de medir esta variable. La primera es hipotética. En este caso, los jefes de policía estadounidenses que trabajan en las unidades dedicadas a reducir la violencia pandillera y las tasas de delincuencia dicen que agraviar a las comunidades migrantes conduce a la interrupción de importantes canales de inteligencia, y disminuye las posibilidades de obtener la ayuda de testigos y posibles colaboradores en las investigaciones.
La segunda es mediante datos de fuentes indirectas. Por ejemplo, desde que el presidente Donald Trump asumió el cargo ha habido una disminución en las quejas por violencia doméstica entre las comunidades latinas. Las quejas por violencia doméstica son relativamente estables.
5. Reduce las remesas, lo que podría aumentar las tasas de delincuencia
La estrategia general de Trump —que incluye poner fin a medidas como el estatus de protección temporal para los hondureños y salvadoreños— podría reducir considerablemente el número de migrantes indocumentados en Estados Unidos. Estos migrantes envían dinero a sus países. Si se reduce el número de migrantes, se reducirán estas remesas.
Como señala un estudio del Banco Mundial, las remesas tienen una doble faceta. Pueden ayudar a reducir la pobreza y la desigualdad, pero también pueden agotar el suministro de mano de obra local y la “capacidad de generar ingresos” de los hogares migrantes.
Pero un estudio reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) también concluye que las remesas “reducen las tasas de homicidio”. Según los autores, esto se debe en parte a que reducen la pobreza, aumentan la inversión familiar en educación y generan empleos.
En definitiva, si el objetivo de la administración Trump es reducir la criminalidad, debería reconsiderar la estrategia de tolerancia cero.