Una nueva ola de amenazas y ataques violentos contra jueces, fiscales y testigos involucrados en el caso contra “Los Monos”, en Argentina, tiene en vilo a la ciudad de Rosario en vísperas del nuevo juicio que se adelantará contra el grupo criminal en el mes de septiembre. La reciente violencia también ha vuelto a llamar la atención sobre la corrupción al interior del sistema penitenciario.

En la noche del 13 de agosto, un hombre armado con una ametralladora abrió fuego contra un edificio en el centro de Rosario, donde antes vivía una jueza involucrada en el caso contra la infame organización criminal, según informó La Nación. Las autoridades creen que, en lugar de un intento de lastimar a la jueza, el atentado fue una forma de demostrar que los miembros de la organización tienen acceso a la información sobre la vida personal de quienes participan en el juicio.

La jueza Gabriela Sanzó está revisando la apelación presentada por cabecillas de Los Monos que fueron condenados en el mes de abril a largas penas de prisión por asociación ilícita y homicidio.

Los agresores dejaron un letrero escrito a mano que decía: “Dejen de encarcelar a los muchachos”, refiriéndose a los miembros del grupo que fueron trasladados recientemente de prisiones locales a federales para cumplir sus condenas.

Desde el 29 de mayo, los medios de comunicación locales han reportado otros 13 ataques similares contra jueces, fiscales y testigos.

El 4 de agosto, uno de los testigos en el juicio del mes de abril fue asesinado a balazos en la puerta de su casa, informó Página12.

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Las autoridades advirtieron que los ataques han aumentado en vísperas del nuevo juicio contra los cabecillas de Los Monos, programado para comenzar el 20 de septiembre.

Dos de los líderes del grupo, Ariel Máximo “Guille” Cantero y Jorge Emanuel “Ema” Chamorro, han sido acusados de liderar una estructura de narcotráfico a gran escala, crimen que podría tener una pena de hasta 20 años de prisión. Los crímenes fueron supuestamente cometidos mientras los hombres se encontraban recluidos en la cárcel de Piñero, cerca de Rosario.

Otros 32 hombres y mujeres, entre las que se encuentran la madre de Cantero y las parejas de ambos hombres, también han sido acusados de participar en el grupo como parte de la megaoperación “Los Patrones”.

Análisis de InSight Crime

La reciente ola de la violencia en Rosario, y el hecho de que Los Monos han aceptado la responsabilidad de algunos de los ataques, ha dejado claro que el control del grupo sobre el poder en la segunda ciudad más grande de Argentina continúa intacto.

Si bien es cierto que la violencia ha aumentado recientemente en la ciudad y ha alcanzado algunos de los niveles más altos del país, la ola de ataques contra jueces, fiscales y testigos que participaron de diversas maneras para lograr que los miembros de Los Monos fueron puestos tras las rejas es un fenómeno nuevo.

Expertos consultados por InSight Crime, así como varios funcionarios públicos, indican que lo que hace diferentes a estos ataques es que se llevaron a cabo en contra de las casas donde solían vivir los jueces y fiscales hace años. Esto demuestra que tienen acceso a la información, lo cual solo es posible con la colaboración de la policía.

“Esa dinámica de ataques a balazos siempre se dio pero entre personajes del universo narco, no contra jueces y fiscales. Que los ataques sean a casas donde los funcionarios vivieron quiere decir que no quieren atentar directamente contra ellos, sino mostrar que tienen la información sobre dónde vivieron esas personas. Uno de los edificios fue donde una jueza vivió hace 18 años —ni los vecinos sabían que ella había vivido ahí—. Se sospecha que hay una pata policial que aporta esa información”, dijo el escritor Germán de los Santos, tras ser consultado por InSight Crime.

Aparte de la colusión de la Policía, los expertos creen que el mayor problema reside en el corrupto sistema penitenciario, que les permite a las organizaciones criminales operar libremente.

La investigación llevada a cabo en torno al ataque que se cometió el 29 de mayo contra la casa de la jueza que condenó a los líderes de Los Monos permitió identificar que el agresor había estado en estrecho contacto con miembros de la pandilla que se encontraban recluidos en una prisión local.

Esto también podría explicar la razón de los ataques, que en opinión de varias personas es una respuesta de Cantero y Chamorro a sus desesperados intentos de ser enviados de vuelta a la cárcel de Piñero en Santa Fe, donde tienen más poder.

Hasta el momento, la respuesta de las autoridades ha consistido en desplegar más miembros de la gendarmería en Rosario y en aumentar la cooperación entre los organismos de nivel federal y estatal, lo que puede dejar de lado una de las razones clave por las que la violencia sigue aumentando en la ciudad: la corrupción al interior de la Policía y de los sistemas penitenciarios, así como el problema que esto puede causar a futuro.

“Estos ataques son una demostración simbólica de que Los Monos pueden hacer cualquier cosa, que se puede tirar con una ametralladora en pleno centro de Rosario y que no se detiene a nadie. Que se les pueden imponer penas muy duras en la justicia pero que desde la cárcel siguen dominando el terreno. El peligro es que en Santa Fe se están formando cárceles narco, el principio de lo que se ve hoy en Brasil, donde hay pabellones enteros de bandas narcos. Eso es muy difícil de desarticular”, afirmó de los Santos.

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