Los asesinatos han aumentado en una ciudad al norte de Colombia que limita con Venezuela, hogar de grupos armados y gran abundancia de coca, una combinación explosiva.
De acuerdo con un reporte del diario La Opinión, entre enero y noviembre de 2019 han sido asesinadas 76 personas en Tibú, un pequeño municipio en el departamento de Norte de Santander sobre la frontera con Venezuela al nororiente de Colombia.
Uno de los casos más conocidos ocurrió a finales de septiembre cuando el candidato a la alcaldía de esa población, Bernardo Betancurt, fue acribillado en frente de la comunidad cuando se disponía a viajar a la región de La Gabarra para presentar su programa de gobierno.
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El coronel Fabián Ospina, comandante de la Policía de Norte de Santander, aseguró a La Opinión que 80 por ciento de los crímenes en esta población están relacionados con ajustes de cuentas entre grupos armados ilegales por temas de narcotráfico.
De acuerdo con el más reciente informe de Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), Tibú es el lugar con más hectáreas sembradas de coca en el país.
Análisis de InSight Crime
Tibú muestra cómo una pequeña región rural a lo largo de la frontera entre Venezuela y Colombia puede ser arrastrada a un conflicto mayor, sin que las autoridades puedan explicar el derramamiento de sangre.
Tibú, que tiene poco más de 51.000 habitantes, ha registrado 76 homicidios entre enero y noviembre, 21 más que en el mismo período del 2018. En el departamento de Norte de Santander, solo Cúcuta la ciudad fronteriza más grande de la región ha registrado un número mayor de asesinatos.
Aunque los conflictos por el cultivo de coca en la región no son nuevos, líderes comunitarios han informado que el repentino aumento de los asesinatos ha sido provocado al parecer por la llegada de un nuevo grupo armado, el Frente 33 de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Ex-FARC mafia).
Pero los asesinatos no se limitan a los miembros de grupos criminales conocidos. 30 migrantes venezolanos han sido asesinados en la región, en comparación con los 10 casos que se presentaron el año pasado.
Las autoridades afirman que los venezolanos han sido asesinados por su participación en actividades criminales, incluyendo la cosecha de hojas de coca y la producción de cocaína.
Un funcionario anónimo afirmó que los residentes que se cree han colaborado con las autoridades se encuentran entre las víctimas de asesinato, informó La Opinión.
En varios casos han aparecido cuerpos con carteles que indican que la víctima era un ladrón, un traficante de drogas o un informante de la policía.
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Las diferentes razones que han dado las autoridades respecto el aumento de los asesinatos pueden ser un reflejo de su capacidad de investigación.
De acuerdo con Medicina Legal, entidad encargada de recoger e identificar a las personas fallecidas, uno de los factores que más contribuye a que estas acciones queden en la impunidad es que las muertes ocurren por lo general en zonas rurales de difícil acceso, lo que dificulta las investigaciones.
En junio de 2018, el presidente Iván Duque anunció que reforzaría el pie de fuerza en la región con más de 5.000 hombres del Ejército, que llegarían para restaurar el orden precisamente en lugares controlados por grupos armados.
Sin embargo, con apoyo militar adicional, los residentes de Tibú continúan desprotegidos. Miembros de la comunidad le aseguraron al diario La Opinión, que incluso donde hay presencia de Ejército y Policía, los criminales siguen manteniendo el control.