Un veterano traficante de influencias en Guatemala pasará cerca de cuatro años en una prisión estadounidense luego de declararse culpable de lavado de dinero, pero sus tentáculos en el sistema político del país centroamericano aún no se han cortado.

El 12 de noviembre, las autoridades estadounidenses revelaron detalles del caso contra Manuel Baldizón, exdiputado y excandidato favorito a la presidencia por el partido Libertad Democrática Renovada (Líder), según un comunicado de prensa del Departamento de Justicia.

Baldizón se declaró culpable, el año pasado, de aceptar alrededor de US$ 1.6 millones de manos de narcotraficantes. Sin embargo, el caso no se había hecho público por su rol en una operación encubierta contra el director del bando nacional de Guatemala, Alvaro Estuardo Cobar Bustamante, quien fue acusado por cargos de lavado de dinero el día que el caso de Baldizón fue revelado, según informó el Miami Herald.

Baldizón ya ha pasado casi dos años en la cárcel tras su arresto en enero de 2018.

Entre los aportantes de dinero a las campañas políticas de Baldizón había narcotraficantes guatemaltecos. En el centro del caso en su contra hay un pago por US$ 800.000 que Baldizón recibió y luego usó para adquirir un condominio de lujo en Miami, Florida. Luego de eso, aportó la misma suma de dinero a su campaña política, usando la compra de la propiedad para ocultar el hecho de que el aporte procedía de dinero del narcotráfico, según los fiscales.

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Pero el narcotráfico no fue la única fuente de dinero ilícito en la campaña de Baldizón. El exministro de comunicaciones, infraestructura y vivienda (MICIVI) Alejandro Sinibaldi presuntamente aportó US$3 millones a la campaña. Ese dinero procedía de un soborno cercano a los US$18 millones que la gigantesca constructora brasileña Odebrecht pagó al exministro a cambio de obtener un contrato multimillonario para la construcción de una autopista, según fiscales guatemaltecos.

Al haber purgado casi la mitad de su sentencia de prisión de cerca de cuatro años, Baldizón quedará en libertad en enero de 2022, si no antes.

Análisis de InSight Crime

Puede que Baldizón esté encerrado en una prisión estadounidense, pero su capacidad de llegar a la política guatemalteca no se ha impedido.

El hijo del excandidato presidencial, Jorge Eduardo Baldizón, ha participado en las reuniones que ha celebrado el equipo de transición del presidente electo de Guatemala Alejandro Giammattei con representantes del gobierno de República Dominicana a comienzos de noviembre. No es claro por qué el joven Baldizón estuvo presente en esas reuniones, o si tendrá o no un cargo en la administración entrante.

El hijo de Baldizón no es la única persona alrededor de Giammattei que levanta sospechas.

También se dice que Giammattei ha consultado con Édgar Barquín, expresidente del Banco Central de Guatemala y candidato a la vicepresidencia al lado de Manuel Baldizón en 2015, sobre “temas económicos”, según Publinews. En años anteriores, Barquín admitió haber participado en una estructura criminal dirigida por Francisco Édgar Morales Guerra, alias “Chico Dólar”, para lavar unos US$30 millones para la financiación ilegal de la campaña presidencial en 2011 del partido Unidad Nacional de la Esperanza, pero logró evitar la pena en prisión.

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Otra persona que se codea con Giammattei es el exalcalde de Zacapa Arnoldo Vargas Estrada. El exalcalde pasó 25 años en una prisión de Estados Unidos por narcotráfico. Presuntamente trabajó con el clan Lorenzana —uno de los clanes familiares de “transportistas” más conocidos —, para traficar cocaína a Estados Unidos a finales y comienzos de las décadas de 1980 y 1990, respectivamente.

Algunos de los principales operadores políticos de Giammattei, como Luis Enrique Ortega Arana, también tienen nexos con los turbios organismos conocidos como Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad (CIACS) que surgieron de los servicios de inteligencia y ejército del gobierno tras la guerra civil en el país.

La politóloga Stephanie López declaró a Publinews que las personas de las que se ha rodeado Giammattei envían el mensaje de que el presidente electo está “reciclando liderazgos altamente cuestionados”.

El mismo pasado turbulento de Giammattei como director del sistema penitenciario de Guatemala ya ha sembrado dudas sobre las políticas de seguridad que pueda promulgar, y las personas con las que ha tratado hasta el momento antes de su posesión han dado pie a un mayor escepticismo.

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