Casi la mitad de los asesinatos que ocurrieron en los primeros 26 días de enero en Rosario, Argentina, fueron cometidos por asesinos a sueldo; para muchos, una señal de que el narcotráfico se está incrustando cada vez más en el país.

Según el fiscal regional Jorge Baclini, las bandas de sicarios cobran entre US$600 y US$1.200, cada una, por sus servicios en la ciudad del noreste argentino. Y al menos 12 asesinatos se han cometido en enero por pares de asaltantes que se transportan en motocicletas –una táctica comúnmente utilizada por los sicarios en toda la región, en la que el pasajero dispara a la víctima antes de que el conductor aumente la velocidad- informó La Nación.

Daniel Erbetta, ministro de la Corte Suprema de Santa Fe dijo que menos de la mitad de los casos de homicidio en la ciudad son resueltos, lo que contribuye a la popularidad de este método para resolver disputas. Muchos de los asesinatos están vinculados a las luchas territoriales entre grupos como Los Monos, una de las pandillas mejor establecidas de la ciudad, según la Nación.

La oleada de asesinatos en enero, que ha provocado la muerte de 28 personas en lo que va de este mes, incluyendo la muerte de cinco personas en las 48 horas del fin de semana del 26 de enero, representa un significativo incremento con respecto a enero de 2013, cuando ocurrieron 23 asesinatos en todo el mes, informó Clarín.

La cantidad anual de homicidios en la ciudad aumentó en un 57 por ciento entre 2010 y 2012 –pasando de 119 a 188. En 2013, un año con cifras récord de homicidios en Rosario, los 264 asesinatos registrados representaron un incremento del 76 por ciento en comparación con 2012.  Gran parte de éste pico fue atribuido a la violenta guerra territorial, pues el debilitamiento de dos de los principales grupos de la ciudad permitió que otros grupos entraran a ser parte del comercio local de drogas.

Análisis de InSight Crime

Argentina es responsable de un cuarto de la cocaína utilizada en Latinoamérica y el Caribe, según la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (ONUDD). También es un punto de tránsito clave para el tráfico internacional de drogas.

Es en este contexto que, en los últimos años, Rosario se ha convertido en un importante punto de tránsito de drogas en Argentina. Esto es facilitado por su ubicación al final de la Ruta 34 –la carretera de tráfico de cocaína de Argentina- y sus muchos puntos de acceso al Río Paraná, el cual es utilizado para traficar marihuana desde Paraguay.

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Grupos criminales trasnacionales de México y Colombia también han establecido una presencia significativa en la ciudad, y han comenzando a utilizarla como centro de producción y distribución de drogas. Simultáneamente, ha aumentado la competencia entre las bandas de drogas locales, trayendo consigo un aumento en la violencia. Además de la violencia entre las pandillas, las autoridades locales han sido atacadas y amenazadas.

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