Las autoridades de Uruguay detuvieron a una red dirigida por miembros de la Armada Nacional a quienes acusan de proveer combustible a narcoavionetas. Las investigaciones en este caso ponen de manifiesto la corrupción en los organismos de seguridad en un momento en que el rol de esta nación sudamericana en el tránsito internacional de drogas adquiere más relevancia.
La Fiscalía Departamental de Maldonado, en Uruguay, acusó el 12 de enero a cuatro oficiales de la Armada Nacional y a un particular de prestar logística y acceso a combustible a redes ilegales para el transporte y comercialización de droga por medio de avionetas, según informó La Diaria.
De acuerdo con el pedido de formalización (acusación) de la Fiscalía, la red se encargaba de coordinar el retiro del combustible y luego la distribución y venta del mismo a clientes externos desde la Base Aeronaval Capitán Curbello, en Laguna del Sauce, a 15 kilómetros de la ciudad de Punta del Este.
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Según el documento fiscal, los militares acusados explicaban a sus subordinados la forma en que debían cargar y registrar el combustible de manera que no se notara el robo, y les ordenaban que registraran mayor carga de gasolina de la que efectivamente se ponía en los vehículos de la Armada para así alterar los medidores.
La investigación reveló, además, que las aeronaves involucradas aterrizaban en el departamento del Salto, al norte del país, donde descargaban la droga que luego enviaban por la ruta nacional 3, pasando por la localidad de Termas del Daymán, con destino a Montevideo.
Luego de que se conociera la imputación, la Armada publicó un comunicado en el que se comprometió a realizar una investigación interna para determinar la responsabilidad de los oficiales involucrados.
Análisis de InSight Crime
Las acusaciones y señalamientos a miembros de la fuerza pública uruguaya por supuestos vínculos con el crimen organizado coinciden con el creciente uso del país como punto de trasbordo de droga hacia Europa y Asia en los últimos años.
Al igual que en otros países de la región, el crecimiento del negocio de la droga se ha convertido en un incentivo económico para que agentes de orden público, tanto activos como retirados, terminen con una participación importante en la cadena del narcotráfico, como ocurrió en esta ocasión en Uruguay.
Antonio Ladra, periodista y autor del libro publicado en 2014 “Narcos en Uruguay”, comentó a InSight Crime que, si bien por años el narcotráfico ha permeado diferentes mandos al interior de las fuerzas de seguridad uruguayas con el fin de proteger sus operaciones, este tipo de imputaciones se ha hecho cada vez más visible.
“Incluso antes del año 2000 existen registros de vínculos entre mandos medios y altos de las fuerzas de seguridad con el narcotráfico, lo que sucede ahora es que con el crecimiento del paso de droga en el país esta corrupción se ha hecho más evidente”, señaló.
De acuerdo con el jefe de la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Droga (DGRTD), Carlos Noria, el año 2019 cerró con un récord histórico en las incautaciones de droga, con aproximadamente 12 toneladas de cocaína recogidas a lo largo del país.
En conversación con el medio Carve850, Noria explicó que la mayoría de las incautaciones realizadas tenían como destino final el mercado internacional y que una pequeña parte estaría destinada al mercado local en Uruguay.
La cifra de incautaciones representa un aumento considerable de un año a otro teniendo en cuenta que, según datos del Ministerio del Interior publicados por El Observador, en todo 2018 se incautaron apenas 754 kilogramos de cocaína en el país.
Ejemplo de este incremento son al menos tres incautaciones importantes de cocaína oculta en la carga de barcos con destino a Europa, que zarparon de Uruguay el año pasado, y en los que se presumen estuvieron involucradas autoridades aduaneras que habrían colaborado para que los contenedores fueran contaminados.
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El periodista Ladra explicó además que este tipo de colaboraciones se incrementan en zonas fronterizas, difíciles de controlar, desde donde se desprenden rutas terrestres importantes para el movimiento interno de droga, como lo son la ciudad del Salto y la ruta nacional 3 en Uruguay.
“Antiguamente esta ruta era conocida por el contrabando de cigarrillos que entraban desde Paraguay, pero rápidamente los grupos criminales se dieron cuenta de que era un paso rentable para el movimiento de cocaína y por eso es hoy en día uno de los cruces principales desde la frontera hasta Montevideo”, afirmó.