Rocco Morabito podía ver los bares frente a la playa desde su cuarto de hotel João Pessoa, en el estado brasileño de Paraíba. Podía sentir la brisa danzando desde el Atlántico y ver a los bañistas chapoteando en las aguas azules o recibiendo el sol sobre las arenas doradas.

Pero cuando las autoridades encontraron su rastro en mayo de 2021, Morabito estaba recluido en su hotel. Como miembro destacado del clan Morabito de la ‘Ndrangheta y segundo hombre más buscado en Italia, no podía darse el lujo de correr riesgos.

Morabito había ayudado a la ‘Ndrangheta a apuntalar sus conexiones con los proveedores de cocaína suramericanos, y de paso había posicionado a esta mafia italiana como una de las organizaciones narcotraficantes más poderosas de Europa.

*Este artículo es parte de una investigación de tres capítulos sobre el rol de la ‘Ndrangheta en el tráfico de cocaína en Suramérica. Lea los otros capítulos de la investigación, descargue el informe completo, y vea más sobre la cocaína en Europa.

Pero sin importar el alto cargo de Morabito en la ‘Ndrangheta, el tiempo que estuvo prófugo de la justicia no alteró sustancialmente las operaciones de la red. Los clanes que conforman la ‘Ndrangheta actúan de manera bastante autónoma, lo que da gran resiliencia a la estructura general frente a la pérdida incluso de actores de primer nivel.

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Huir de la justicia no era nada nuevo para Morabito. Huyó de su Italia natal en 1994, después de que la policía montó un operativo encubierto en el que él terminó ofreciendo millones de dólares a los agentes infiltrados por la compra de una tonelada de cocaína.

Salió de Europa hacia Suramérica y llegó a ser uno de los intermediarios de cocaína más importantes para varios clanes de la ‘Ndrangheta en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. También desempeñó un rol crucial conectando a las poderosas familias calabresas con numerosas organizaciones narcotraficantes internacionales.

“Él era como un embajador de la ‘Ndrangheta en Suramérica”, dijo en una ocasión el periodista italiano experto en mafia Roberto Saviano, refiriéndose a él.

Las autoridades de Uruguay habían dado con Morabito en 2017, pero escapó de prisión juntos con otros reclusos en 2019.

Nuevamente estaba prófugo y terminó en João Pessoa, compartiendo un cuarto de hotel con otro operador de la ‘Ndrangheta. En julio de 2022, poco más de un año después de su recaptura en Brasil, las autoridades brasileñas lo extraditaron a Italia, donde se espera que pase el resto de su vida tras las rejas.

Un modelo sin cabeza

Las operaciones descentralizadas de la ‘Ndrangheta dan a los clanes la flexibilidad de adaptación a las pérdidas de cabezas, o líderes, a la par que limitan las consecuencias para la red en conjunto.

“Las personas externas solo pueden contactar a la persona del clan de la ‘Ndrangheta que necesitan para hacer su negocio con drogas; los demás no quedan expuestos”, explicó a InSight Crime Anna Sergi, profesora de criminología en la Universidad de Essex y autora del reciente libro, Chasing the Mafia.

Al mismo tiempo, cada clan se beneficia de su asociación con la marca ‘Ndrangheta, un sello de aprobación que equivale a confiabilidad en el hampa.

“El narcotráfico demanda mucha confianza de ambas partes. Entonces, entre más confiable se es, más se puede comprar. Y la ‘Ndrangheta es como un reloj suizo, siempre son puntuales con los pagos”, comentó a InSight Crime el periodista experto en mafia Sergio Nazzaro.

La estructura de la ‘Ndrangheta también facilita la entrada de nuevos clanes al mercado de la cocaína, pues los clanes establecidos proporcionan a los recién llegados acceso a intermediarios a la par que actúan como garantes de los cargamentos de drogas. Este sistema de recomendación, señala Sergi, ha aumentado el número de clanes de la ‘Ndrangheta activos en el tráfico transnacional de cocaína de unos 10 en los años 90 a 35 o 50 en la década de 2000.

Los jefes de los clanes de la ‘Ndrangheta no siempre participan directamente en el tráfico de drogas. Morabito, a pesar de ser uno de los narcotraficantes más prominentes de Suramérica, no era el jefe de su clan. Hacía negocios con cocaína de manera independiente a nombre del clan sin necesidad de pedir aprobación. “Era una especie de director ejecutivo, pero el presidente con el poder real era alguien más”, explicó la profesora Sergi.

Cambios de intermediarios

Morabito siguió los pasos de otros intermediarios similares que hubo antes de él, en especial Nicola Assisi.

Al igual que Morabito, Assisi operaba de manera independiente, usando los contactos de la ‘Ndrangheta y el nombre comercial, pero sin limitarse a trabajar con un solo clan de la ‘Ndrangheta.

Apareció en el radar de las autoridades italianas por primera vez en los noventa, cuando resultó vinculado al tráfico de cocaína desde Barcelona, España, hasta Turín, Italia, y a Róterdam, en los Países Bajos.

Lo capturaron en Turín en 1997 como parte del decomiso de cocaína más grande de la historia de la ciudad en ese momento. Assisi estuvo un año en detención preventiva y fue liberado a la espera de que se le abriera un caso judicial que se dilató durante la década siguiente.

En 2002, el mentor de Assisi y renombrado intermediario, Pasquale Marando, desapareció misteriosamente. Assisi al parecer tomó el control de la red de proveedores colombianos de cocaína que tenía Marando, y se convirtió en intermediario de varios clanes poderosos de la ‘Ndrangheta en Turín.

Pero en 2007, un juzgado de Turín lo sentenció a 14 años de cárcel, lo que lo llevó a huir de Italia, primero hacia España y posteriormente a Latinoamérica.

Assisi no tardó en establecer conexiones en el hampa suramericano, y llegó a colaborar con el Primer Comando de la Capital (Primeiro Comando da Capital, PCC), quienes organizaban la logística en los puertos brasileños, mientras que otros clanes de la ‘Ndrangheta facilitaban la recepción del alcaloide en los puertos europeos.

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Comprar cocaína más cerca de la fuente permitió a Assisi y sus socios prometer buenos márgenes de ganancia a sus clientes de la ‘Ndrangheta.

Cuando las autoridades brasileñas detuvieron a Assisi en São Paulo en julio de 2019, la ‘Ndrangheta hizo gala de su resiliencia una vez más. Morabito, recién escapado de la prisión donde se encontraba en Uruguay, al parecer asumió la posición para garantizar que el flujo de cocaína hacia Europa se mantuviera sin interrupciones.

El futuro de la ‘Ndrangheta

Las autoridades antinarcóticos de Italia creen que la ‘Ndrangheta sigue siendo una de las organizaciones criminales más poderosas y peligrosas del mundo, a pesar de las capturas de figuras como Assisi y Morabito.

No obstante, los clanes enfrentan una competencia creciente de otras redes europeas dedicadas al tráfico de cocaína.

Otros actores, en particular las redes albanesas, aprendieron del modelo de la ‘Ndrangheta y ahora también operan cerca de la fuente, abasteciéndose de cocaína desde eslabones más cercanos a la fuente de producción por medio de intermediarios independientes.

“Los albaneses llegaron simplemente a llevar cargamentos de A a B. Pero se volvieron expertos en logística europea y esas redes logísticas ahora están en su mayoría en manos de los grupos criminales albaneses», señaló Nazzaro.

Los clanes de la ‘Ndrangheta se han adaptado también y muchas veces cooperan con las redes albanesas.

“Los albaneses no son competidores, son socios”, anotó Sergi.

Pero con los actuales récords de producción de cocaína en Latinoamérica, hay suficiente para todos.