José Adán Salazar Umaña alias “Chepe Diablo” no encaja dentro del perfil de un líder criminal cualquiera. Como presidente de la primera división de fútbol de El Salvador y dueño de numerosos hoteles, es un prominente empresario y operador político. Ha construido su imperio empresarial alrededor de su cadena hotelera, hórreos y ranchos ganaderos. Aún así, las autoridades de El Salvador y Estados Unidos aseguran que Salazar es uno de los miembros fundadores del Cartel de Texis, un grupo criminal que controla la Ruta Norteña, por donde se transporta cocaína desde Honduras hacia Guatemala.

Historia

Antes de ser vinculado al narcotráfico, Salazar disfrutó de lo que entonces parecía ser una serie de éxitos comerciales legítimos. En 1990 puso en marcha una pequeña firma de intermediación bursátil, seguida poco después por otras cinco empresas, incluyendo una cadena hotelera, una empresa de transporte y una compañía de ganadería.

Se sospecha que Salazar fundó el Cartel de Texis junto a personalidades del mundo empresarial local como Juan Umaña Samayoa y Roberto Herrera. Según un informe de El Faro, el grupo empezó a contrabandear a través de la montañosa región noroeste que conecta El Salvador con Honduras, antes de la década de 1990. Las autoridades salvadoreñas han estado investigando al grupo desde al menos el año 2000. En 2001, la Administración para el Control de Drogas (DEA por sus iniciales en inglés) señaló a Salazar como un presunto narcotraficante y lavador de dinero. En 2014, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos también lo nombró en su lista de capos (kingpin list) de lavado de dinero. Sin embargo, en abril de 2017 fue removido de la lista, aunque el Departamento de Estado ha dicho que podría tomar otras medidas legales en su contra.

A pesar de las investigaciones realizadas a Chepe Diablo y al Cartel de Texis, ha logrado evitar ser condenado por la ley. Los críticos afirman que esto no es signo de su inocencia sino de su fortaleza. Al parecer, la red de Salazar cuenta con una gran protección oficial que va desde fiscales y congresistas hasta agentes de la policía y jueces; lo cual hace que los casos en su contra sean archivados de manera indefinida. Las autoridades también aseguran que su imperio de negocios y su fachada legítima le dan flexibilidad para lavar dinero. Con tanto dinero limpio corriendo por sus cuentas bancarias, esconder las ganancias de sus actividades ilícitas es mucho más fácil.

En abril de 2014, Salazar fue acusado formalmente de evasión de impuestos, en un intento por derrocar el liderazgo del Cartel de Texis atacando sus operaciones financieras. Sin embargo fue exonerado en enero de 2015 después de pagar altas multas. En 2016, el nuevo fiscal general anunció que estaba investigando a Salazar Umaña por lavado de dinero. Esta investigación llevó a una operación policial que implicó hallanamientos en alrededor de 50 propiedades de Chepe Diablo, las cuales, según las autoridades, eran usadas por el Cartel de Texis para lavar dinero y evadir impuestos. La operación también llevó a su arresto.

Finalmente, en mayo de 2021 fue exonerado una vez más por ser “cosa juzgada”.

Actividades criminales

Salazar es sospechoso de delitos relacionados con el tráfico de drogas y el lavado de dinero. La Fiscalía General cree que utilizó docenas de empresas para lavar alrededor de US$215 millones.

Geografía

El Cartel de Texis opera en la zona norte de El Salvador, desde las fronteras de Honduras y Guatemala.

Aliados y Enemigos

El Cartel de Texis se caracteriza por el uso de sobornos y corrupción en lugar de la violencia extrema a menudo asociada con los grupos criminales de Centroamérica. Según informes, el propio Salazar alienta a los miembros de su cartel a utilizar a las fuerzas de seguridad para su protección, en lugar de llevar armas. Salazar presuntamente tiene vínculos y cuenta con el apoyo de numerosos políticos, incluyendo a Juan Umaña Samoa, alcalde de Metapán, y Óscar Ortiz, el actual vicepresidente.

Perspectivas

Con sus conexiones políticas de alto nivel, incluyendo al vicepresidente del país quien fue un antiguo socio de negocios, y una apariencia de legitimidad, Salazar ha evitado generalmente el escrutinio público y esquivado condenas jurídicas. Por lo tanto, el posible resultado de las acusaciones en su contra por lavado de dinero no es claro.

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