San Miguel fue un importante centro operativo del cartel de Los Perrones, el cual alguna vez fue bastante poderoso y poseía varias propiedades en la ciudad, las cuales eran utilizadas para lavar dinero. Aunque el grupo fue desarticulado a finales de la década de 2000 y principios de la década de 2010, algunos familiares y socios de los antiguos cabecillas del cartel todavía parecen tener cierto control sobre las rutas de contrabando en el este de El Salvador. 

El departamento es además un semillero de actividad pandillera, y la mara Salvatrucha (MS13) ejerce un amplio control territorial en la capital del departamento, San Miguel, y en otras áreas. Los niveles de extorsión por parte de las pandillas supuestamente están aumentando y al parecer no se ven afectados por las fluctuaciones en la presencia del Estado en materia de seguridad.  

Actores criminales 

MS13: la MS13 es la pandilla dominante en San Miguel, con presencia reportada en 11 de los 20 municipios del departamento. La pandilla aprovecha la gran cantidad de miembros y su amplia red de colaboradores para extorsionar, vender drogas y reclutar a jóvenes en el departamento. Además, la pandilla ha reclutado por la fuerza a niñas menores de edad para la prostitución. En el departamento tienen fuerte presencia varias facciones poderosas de la MS13; estos grupos son grandes consumidores de armas de fuego ilícitas y además blanquean dinero a través de pequeñas empresas. En el municipio de San Miguel, la MS13 goza de un amplio control territorial, y las autoridades municipales a veces deben negociar con la pandilla para iniciar proyectos de infraestructura o realizar eventos de campañas políticas. En algunas zonas, la MS13 impone sus propias normas sociales y controla quién entra y quién sale de determinado territorio. 

Barrio 18: la presencia del Barrio 18 en San Miguel palidece al lado de la de su rival, la MS13. Sin embargo, la pandilla todavía controla algunos territorios más pequeños en el departamento, donde extorsiona a los habitantes y vende drogas. Al igual que la MS13, el Barrio 18 recluta nuevos miembros entre los jóvenes del departamento, principalmente en áreas urbanas pobres. La pandilla también utiliza la violencia para reforzar su control territorial y asegurar los pagos por parte de las víctimas de extorsión. 

Los Perrones: Los Perrones han sido uno de los grupos narcotraficantes más sobresalientes de El Salvador, operando desde San Miguel y otras ciudades del oriente del país. Aunque el grupo recibió duros golpes debido a varios arrestos a finales de las décadas de 2000 y 2010, hay indicios de que los remanentes de la organización —entre los que se encuentran familiares de sus integrantes— continúan contrabandeando cocaína, armas y mercancías por el departamento. Algunos negocios del municipio de San Miguel que tenían vínculos con el lavado de dinero, como estacionamientos de autos usados, ferreterías y hoteles, parecen estar resurgiendo, lo que puede indicar un aumento en las actividades ilícitas del grupo. 

Economías criminales 

Tráfico de armas: en 2019, las autoridades del departamento de San Miguel incautaron más de 250 armas de fuego, que podrían valer más de US$500.000 en el mercado negro, y que quizá representan solo una fracción de la cantidad total de armas ilícitas en circulación. Dada la importancia de San Miguel como centro de operaciones para grupos narcotraficantes y la MS13, esta parece ser una economía lucrativa, que puede ascender a los millones de dólares. 

Cocaína: San Miguel ha sido tradicionalmente uno de los principales puntos de tránsito de los cargamentos de cocaína que ingresan a El Salvador por el Golfo de Fonseca y por la frontera oriental del país con Honduras, aunque son escasas las incautaciones de gran tamaño. El departamento también está conectado con San Salvador y Guatemala a través de la carretera Panamericana, una importante ruta de contrabando. La ciudad de San Miguel ha sido utilizada durante mucho tiempo como centro operativo de Los Perrones, y los remanentes de este grupo presuntamente siguen activos en el tráfico de cocaína. En total, esta parece ser una economía criminal considerable.  

Cannabis: la MS13 está presente en 11 de los 20 municipios del departamento, incluida la capital, San Miguel. Hay además una presencia más pequeña de Barrio 18. Estas pandillas controlan la venta de cannabis en el departamento, la cual es una de sus principales fuentes de ingresos. Teniendo en cuenta esta actividad pandillera, el mercado del tráfico de cannabis parece generar, cuando menos, unos ingresos medios en San Miguel. 

Delitos ambientales: la tala ilegal y el tráfico de vida silvestre parecen ser actividades mínimas en San Miguel. Existió el caso de un individuo taiwanés que presuntamente trabajaba con los habitantes de la zona para extraer madera y exportarla a Asia, pero no está claro si la red permanece activa. 

Trata de personas: ciertas redes de trata de personas de San Miguel han sometido a víctimas salvadoreñas y extranjeras a la explotación laboral y sexual. En la ciudad de San Miguel existen numerosos burdeles, donde mujeres y niñas de El Salvador y Honduras han sido obligadas a prostituirse. Ciudadanos guatemaltecos han sido obligados a vender fruta sin recibir sueldo. También hay indicios de tráfico de órganos humanos en el departamento, así como recién nacidos que son vendidos en adopción. En total, la trata de personas parece ser una economía criminal de tamaño medio en San Miguel. 

Tráfico de personas: estimamos que más de 4.000 migrantes salvadoreños retornaron a San Miguel luego de ser deportados de Estados Unidos y México en 2019, lo que representa solo un porcentaje de los que iniciaron el viaje migratorio. Teniendo en cuenta el precio de contratar a un contrabandista en la zona (unos US$10.000), esta parece ser una economía criminal muy lucrativa, que asciende a las decenas de millones de dólares. Históricamente, San Miguel ha contribuido una gran proporción de los migrantes que se trasladan a Estados Unidos, impulsados por la pobreza, la violencia y la reunificación familiar. Dado que existe una gran diáspora en Estados Unidos, las remesas enviadas a las familias en San Miguel incentivan el tráfico de personas del departamento. 

Extorsión: Entre 2013 y 2017, San Miguel registró el segundo mayor número de casos de extorsión entre los departamentos de El Salvador. Las pandillas callejeras son las que mueven los hilos de la extorsión, que afecta a empresas locales, comerciantes, puestos de mercado, operadores de transporte, taxistas, restaurantes y el sector manufacturero. Las pandillas suelen establecer las tarifas extorsivas según lo que ganan las empresas. El incumplimiento en los pagos de las extorsiones se puede castigar con muertes o desapariciones. Las pandillas tienden a controlar las extorsiones a distancia, obligando a las víctimas a dejar los pagos en un lugar determinado, o forzando a los taxistas a cobrar las extorsiones, lo que significa que pueden seguir extorsionando incluso cuando las fuerzas de seguridad aumentan su presencia. El alcance de la extorsión parece estar aumentando, y actualmente algunas pandillas exigen pagos únicos a familias y empresas que normalmente no harían parte de sus víctimas, incluidas las empresas que emplean a expandilleros. 

Lavado de dinero: existen actores criminales y del sector privado de San Miguel que han participado en redes nacionales de corrupción, cometiendo delitos financieros. 

Fuentes: Este perfil se elaboró con base en una investigación de campo en San Miguel y una investigación en San Salvador, donde InSight Crime entrevistó a la Procuraduría General de la República, policías antinarcóticos del nivel nacional, fiscales y jueces estatales, la defensoría de los derechos humanos, funcionarios de la alcaldía, pastores evangélicos que trabajan en áreas controladas por pandillas, funcionarios públicos y periodistas locales, la mayoría de los cuales solicitaron que se mantuviera su anonimato. InSight Crime también utilizó información proporcionada por el Gobierno de El Salvador, la Dirección General de Estadística y Censos del Ministerio de Economía, datos de extorsión municipal, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), el centro de pensamiento Diálogos y prensa local.