Juan Antonio “Tony” Hernández Alvarado es un exdiputado hondureño, hermano del expresidente de Honduras y declarado culpable en Estados Unidos por participar en el tráfico internacional de cocaína desde Honduras.

Historia

La familia Hernández Alvarado es originaria de la ciudad de Gracias, capital del departamento occidental de Lempira. Ahí, Tony Hernández y su hermano Juan Orlando  comenzaron su carrera política con el Partido Nacional.

Tony se formó como abogado y fue elegido como diputado suplente en 2013. Reemplazó al diputado Samuel Reyes en 2014 y continuó en el Congreso hondureño hasta 2018.

Según las acusaciones de fiscales estadounidenses, Tony participó en el tráfico internacional de cocaína entre 2004 y 2016, aproximadamente. Su cercanía con los niveles más altos del poder político hondureño y los principales grupos de narcotráfico en Honduras lo convirtieron en uno de los operadores más influyentes del crimen organizado de la última década en el país.

El rol de Tony no fue el de un gran capo, sino de un mediador entre diversos actores criminales y el poder político. De acuerdo con los documentos de su juicio en Estados Unidos, Tony les ofrecía protección a narcotraficantes o les facilitaba sus operaciones a cambio de que ellos aportaran a campañas políticas del Partido Nacional, incluyendo las de su hermano.

Según las declaraciones de un exoficial del ejército hondureño que trabajó en operaciones antinarcóticos, Tony comenzó su carrera criminal de la mano de los hermanos Valle Valle. Esta organización narcotraficante fue una de las más importantes en Honduras durante la década pasada y estaba basada en el departamento de Copán, en la frontera con Guatemala.

Tony presuntamente le ayudó a los Valle Valle a consolidar la ruta de droga que atraviesa el occidente de Honduras, incluyendo el departamento de Lempira. Más adelante, en su condición de abogado, les haría favores a los Valles con sus negocios legítimos.

En Copán también operaba Alexander “Chande” Ardón, exalcalde del municipio de El Paraíso y ahora también preso en Estados Unidos. Ardón lideró una estructura de narcotráfico conocida como el Cartel AA que solía estar en disputa con los Valle Valle. Según los documentos judiciales, en los que se incluyeron testimonios de Ardón, Tony le ayudó a Ardón a crear una “pax mafiosa” en Copán con los Valle Valle.

Hernández también le habría ofrecido protección a Ardón en 2009 para operaciones de tráfico de droga a cambio de contribuciones por US$2 millones para la campaña de su hermano Juan Orlando al Congreso y la de Porfirio Lobo a la presidencia.

Según el Departamento de Justicia de Estados Unidos, entre 2010 y 2012 Tony le ayudó a Ardón a mover varios kilogramos de droga por medio de helicópteros y vehículos. Además, le ayudó al exalcalde a deshacerse de sus rivales.

Otros testimonios en contra de Tony Hernández incluyen el de Devis Leonel Rivera Maradiaga, jefe de Los Cachiros extraditado a Estados Unidos. En su testimonio ante las autoridades estadounidenses en 2017, Rivera Maradiaga confesó haberse reunido con Tony Hernández en 2014 para discutir deudas entre el gobierno de su hermano y una empresa constructora de Los Cachiros que había ganado licitaciones durante la administración anterior. Además, aseguró haberle entregado al exdiputado unos US$50.000 como soborno.

Víctor Hugo Díaz Morales, alias “El Rojo”, un narcotraficante hondureño arrestado en Guatemala y extraditado a Estados Unidos también testificó contra Tony en 2019 y aseguró haberle entregado US$100.000 en 2009 para apoyar la campaña del expresidente Porfirio Lobo y la de su hermano Juan Orlando Hernández al Congreso. Tony también le habría cobrado unos US$55.000 a El Rojo por información relacionada al trasiego de cargamentos de droga.

En Honduras, Tony Hernández hasta hoy no enfrenta ningún procedimiento legal. Sin embargo, desde octubre de 2016, las autoridades de Estados Unidos ya consideraban al entonces diputado una “persona de interés” en una investigación contra Wilter Blanco, exlíder del Cartel del Atlántico.

Hernández fue arrestado el 23 de noviembre de 2018 en el aeropuerto de Miami por cargos de narcotráfico y tráfico de armas.

Además de los testimonios de narcotraficantes extraditados, los fiscales estadounidenses usaron como evidencia contra Tony una “narcolibreta“, en la que Tony presuntamente llevaba la contabilidad sobre los cargamentos de droga que llegaban y salían de Honduras. También afirmaron que Hernández había recibido dinero del narcotraficante mexicano Joaquín Guzmán, alias “El Chapo”.

Esto contribuyó a que en su juicio –que duró del 2 al 18 de octubre de 2019– Tony fuera declarado culpable. Actualmente espera en Estados Unidos a que se dicte su sentencia. Los abogados de Hernández han logrado aplazar este dictamen varias veces y por el momento está programado para el 16 de septiembre de 2020.

Por ley, la pena que le espera a Tony Hernández puede ser una sentencia mínima de 30 años y una máxima posible de cadena perpetua.

Actividades criminales

En Estados Unidos, Tony Hernández fue declarado culpable de participar en el tráfico internacional de cocaína. Los documentos judiciales indican que estuvo involucrado en el procesamiento, recepción, transporte y distribución de cargamentos de cocaína que llegaban a Honduras por vía aérea y marítima. Tony presuntamente estampaba sus cargamentos con sus iniciales TH.

Un laboratorio en el departamento hondureño de Cortés, presuntamente protegido por Tony y su hermano Juan Orlando, tenía la capacidad para producir entre 300 y 500 kilos de cocaína al mes, según las autoridades de Estados Unidos.

Estados Unidos también lo acusa por traficar armas, entregar coimas a políticos locales y por organizar los asesinatos de narcotraficantes rivales en al menos dos ocasiones.

Geografía

Tony Hernández es originario del departamento de Lempira, en el occidente de Honduras. En ese departamento, las autoridades encontraron un laboratorio de drogas en 2014 que presuntamente pertenecía al exdiputado.

La influencia criminal de Tony se habría expandido a otros departamentos, sobre todo aquellos en el occidente de Honduras, en la frontera con Guatemala. Sus aliados criminales más cercanos ­–los Valle Valle y Alexander Ardón­– operaban en los departamentos fronterizos de Santa Bárbara, Ocotepeque y Copán, siendo este último el principal centro de operaciones.

La ruta de droga que atraviesa estos departamentos es las más importante en el país, ya que por ella transita la mayoría de la cocaína que llega desde Venezuela y Colombia. Desde 2015, por esa ruta pasan entre 150 y 300 toneladas cada año, según estimaciones de InSight Crime. La ruta continúa hacia el departamento guatemalteco de Petén, donde la droga es traficada a México.

Según documentos judiciales de Estados Unidos, Tony Hernández también tenía acceso a un laboratorio de cocaína en Colombia y contaba con socios en Guatemala y México.

Aliados y enemigos

Tony Hernández fue el vínculo entre el gobierno de su hermano y el crimen organizado de Honduras. Los narcotraficantes que testificaron en su contra dijeron que Tony les otorgaba protección y manejaba cargamentos de droga.

Durante su auge, Los Valle Valle –los socios más importantes de Tony– fueron el principal contacto hondureño de grupos traficantes colombianos, guatemaltecos y mexicanos. En el juicio de Tony en Estados Unidos, los fiscales aseguraron que Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, líder del Cartel de Sinaloa, había entregado a Tony personalmente US$1 millón para la campaña de su hermano.

Tony también tuvo vínculos con el grupo traficante Los Cachiros, que operaba en el norte de Honduras. Otros traficantes con los que tenía relación incluyen Víctor Hugo Díaz Morales, alias “El Rojo” y Héctor Emilio Fernández Rosa, alias “Don H”, socio de los Valle Valle.

Las alianzas con el Estado hondureño también fueron importantes para Tony. Dentro del gobierno de Juan Orlando, Tony tuvo el apoyo del exjefe de Policía Juan Carlos “El Tigre” Bonilla, quien presuntamente prestaba protección a las actividades de narcotráfico. Mauricio Hernández Pineda, un expolicía y presunto familiar, también habría apoyado a Tony prestándole seguridad.

Otros políticos locales acusados de narcotráfico que figuraban entre los contactos de Tony fueron Alexander Ardón, exalcalde de El Paraís, Copán y Mario José Cálix Hernández, ex- vicealcalde de Gracias, Lempira.

Perspectivas

El caso de Tony Hernández dio a conocer lo profundo que permeó el crimen organizado en los últimos dos gobiernos del Partido Nacional e ilustró cómo se utilizaron las ganancias del narcotráfico para afianzar poder.

La condena de Tony Hernández lo eliminan a él y a varios de sus socios desde el Estado hondureño del mapa criminal de Honduras. Esto genera la duda de quién se quedará con el negocio del narcotráfico a gran escala.

Después de las capturas y extradiciones de los grandes capos hondureños, el narcotráfico en el país se ha fragmentado y no hay un grupo dominante. Se han formado pequeños “feudos criminales” en zonas estratégicas del país, donde políticos u otros actores importantes controlan del narcotráfico en su territorio.

Por otro lado, la condena de Tony ha puesto en una posición delicada a su hermano, Juan Orlando Hernández, quien sostiene su presidencia con el apoyo de Estados Unidos. El presidente de Honduras hasta ahora ha criticado que las acusaciones en contra de su hermano –algunas de las cuales lo involucran a él mismo– estén basadas en testimonios de narcotraficantes.

Juan Orlando Hernández termina su presidencia en 2021 y supuestamente no buscará reelección. Queda por verse si la influencia del crimen organizado en el sistema político hondureño podrá mantenerse aún sin el clan de los Hernández en el poder.