Remanentes del grupo paramilitar colombiano de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), conocidos como Bandas Criminales (BACRIM), expandieron su presencia a Venezuela en 2007, donde desarrollaron distintas economías criminales. El país se convirtió en el escondite perfecto para sus líderes, muchos de los cuales fueron arrestados por autoridades venezolanas.
La presión ejercida por directrices políticas para sacar a los grupos paramilitares de Venezuela, la alianza de actores estatales venezolanos con guerrillas colombianas, y la captura de varios de los comandantes llevaron a la salida de las BACRIM del país.
Historia
Las BACRIM son grupos herederos de las AUC que decidieron no entregar las armas en el proceso de desmovilización entre 2004 y 2006, o que volvieron a las armas después. Se asentaron a lo largo y ancho de Colombia y vieron en Venezuela un territorio perfecto para continuar con sus economías criminales y refugiarse de los operativos de los cuerpos de seguridad colombianos.
La primera BACRIM en asentarse en la frontera entre Colombia y Venezuela fue Los Rastrojos, el ala armada del Cartel del Norte del Valle, uno de los grupos narcotraficantes mas poderosos de Colombia en la década de los 90. En 2007, llegaron a Norte de Santander, departamento de Colombia que comparte frontera con los estados Táchira y Zulia en Venezuela. Desde su asentamiento en la zona se posicionaron como la banda criminal mas fuerte de la frontera gracias a la habilidad para establecer alianzas con miembros de cuerpos de seguridad venezolanos, quienes les brindaron protección y facilitaron sus actividades criminales.
En 2008, el nombre de Las Águilas Negras sonó en Venezuela en los estados fronterizos de Táchira y Zulia a través de un panfleto que anunciaba una limpieza social, parte de una campaña de terror y persecución contra quienes incumplían sus reglas. Esta banda no es una organización centralizada, sino un grupo sin cohesión dedicado a proteger los intereses económicos de antiguos mandos medios paramilitares.
Tres años después de la llegada de Las Águilas Negras, entró en Venezuela la BACRIM de Los Urabeños, también conocidos como el Clan del Golfo, conformada después de que Vicente Castaño, uno de los principales líderes de las AUC, se negara a dejar las armas. Carlos Andrés Palencia González, alias “Visaje”, dirigió la entrada por Táchira.
La presencia de las BACRIM en Venezuela comenzó a verse amenazada desde 2012 con la captura de varios de sus comandantes dentro y fuera del país. Esto conllevó a que las bandas se fragmentaran en células sin conexión. Además, las BACRIM no solamente heredaron el territorio y el conocimiento de las AUC, también heredaron su sangrienta guerra con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la ultima guerrilla de Colombia, y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), guerrilla desmovilizada en 2016. En estas disputas las guerrillas fueron las vencedoras, fortalecidas por la relación cercana que mantuvieron con el estado venezolano bajo las presidencias de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
La presión de los cuerpos de seguridad venezolanos y la rivalidad con las guerrillas condujeron a la salida de las BACRIM de Venezuela en 2020. De Los Urabeños quedan algunos miembros activos en Ureña, un pueblo fronterizo de Táchira, sin ninguna cohesión con sus líderes en Colombia, de acuerdo con un oficial público entrevistado por InSight Crime. Por otro lado, entrevistas a funcionarios públicos y pobladores en Táchira y Zulia confirman que Los Rastrojos fueron expulsados después de perder la batalla contra el ELN y los cuerpos de seguridad a finales de 2020.
En la actualidad los territorios donde estaban presentes las BACRIM son controlados por el ELN y facciones de las disidencias de las FARC o ex-FARC Mafia.
Actividades criminales
El portafolio criminal de las BACRIM en Venezuela incluía el contrabando de todo tipo de bienes por los pasos informales con Colombia, conocidos como trochas. Esta fue la principal economía ilícita de Los Rastrojos con ganancias superiores a los US$21.000 cada semana. Otra fuente de ingresos fue la extorsión. Ambas BACRIM regulaban el paso de bienes y personas por las trochas con el cobro de extorsiones. Además, estaban involucradas en distintas etapas del narcotráfico. Los Urabeños actuaron como proveedores de servicios, controlando corredores de tráfico y escoltas de cargamentos de cocaína provenientes de la región del Catatumbo, Norte de Santander.
Liderazgo
El liderazgo de las BACRIM en Venezuela era inestable. Las distintas disputas con sus rivales han hecho que surjan múltiples líderes que no han logrado consolidar el fortalecimiento de las bandas.
Después de los enfrentamientos entre el ELN y Los Rastrojos, un posible líder de esa BACRIM fue José Gregorio López Carvajal, alias “Becerro”, quien estaría coordinando planes para recuperar territorios con Wilfrido Torres Gómez, alias “Necoclí”, quien asumió el liderazgo de la banda en 2011 y fue capturado por autoridades venezolanas en 2019.
Visaje fue el líder de Los Urabeños encargado de consolidar la presencia de la BACRIM en Venezuela. Desde su captura en España en 2013 surgieron múltiples líderes que no lograron mantenerse en esa posición, como Edward Restrepo Chiusuque, alias “Chirivico” y Wilkin Alexander Roa, alias “La Niña”. Ambos fueron capturados en Colombia.
Geografía
Las BACRIM se asentaron en el norte de la frontera entre Colombia y Venezuela. El departamento colombiano de Norte de Santander y los estados venezolanos de Táchira y Zulia fueron los bastiones de Los Gaitanistas y Los Rastrojos.
Aliados y enemigos
En Venezuela, Los Rastrojos y Los Urabeños no lograron consolidar una red de aliados que les permitiera mantenerse en el país. La relación entre Los Rastrojos y algunos miembros de cuerpos de seguridad se fracturó tras las directrices de Nicolás Maduro para expulsar a los grupos paramilitares.
Las dos BACRIM fueron rivales desde el momento en que Los Urabeños entraron a Venezuela y quisieron expandirse a zonas controladas por Los Rastrojos.
Su principal rival fue el ELN. La guerrilla colombiana, apoyada por actores estatales venezolanos, se enfrentó a Los Rastrojos directamente y logró replegarlos a Colombia en 2020. El mismo destino lo vivieron Los Urabeños cuando, en 2019, el ELN tomó Ureña, el bastión de esa BACRIM.
Otro enemigo de las BACRIM en Venezuela fue el Colectivo de Seguridad Fronteriza, un grupo pro gobierno que apoyó al ELN en los enfrentamientos con Los Rastrojos, según una autoridad local del municipio García de Hevia, Táchira.
Perspectivas
En la actualidad no hay presencia de BACRIM en Venezuela. Si llegaran a consolidarse nuevos planes de entrada al país tendrían que enfrentarse al ELN, el actor dominante en el norte de la frontera colombo-venezolana. La guerrilla colombiana tiene más miembros, más armas y cuenta con el apoyo de actores estatales venezolanos para impedir el regreso de las BACRIM.