La Familia Michoacana, otrora un poderoso cartel narcotraficante en México, perdió influencia hace unos cinco años, pero parece haber regresado.

A comienzos de diciembre, se conoció un video en el que unos 40 hombres armados que decían pertenecer a la Familia Michoacana anunciaron que iban a “limpiar” Milpa Alta, una extensa demarcación territorial de carácter principalmente rural al sur de Ciudad de México. Esto puso en alerta roja a las autoridades de la capital, pues en su mejor momento la Familia Michoacana fue el grupo criminal más poderoso del estado de Michoacán, al sur del país, con fuerte participación en la producción de metanfetaminas. Pero, a partir de 2011, el grupo comenzó a fragmentarse, con el surgimiento de varias ramificaciones que se adjudicaban el nombre.

Lo que indica que el cartel puede haber regresado a reclamar el poder fue una oleada de hechos violentos que antecedieron dicho video.

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Entre ellas se contó la masacre de 13 policías ocurrida en marzo de 2021 en Coatepec Harinas, al sur del estado de México, un estado que rodea Ciudad de México. Más recientemente, el cartel masacró a siete personas en Coyuca de Catalán, Guerrero. Una de las víctimas tenía solo 11 años de edad.

El grupo, que también parece tener presencia en los estados de Hidalgo y Morelos, es un ejército revitalizado en su nativo Michoacán, un estado destrozado por la violencia de los carteles durante la última década. Las autoridades están preocupadas: documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) de México, de dominio público gracias al grupo de hacktivistas Guacamaya, muestran que las autoridades le siguen el rastro a la Familia Michoacana al menos desde 2020.

A pesar de estos reportes, sigue siendo difícil dilucidar la naturaleza del cartel y el alcance de su poder. Aquí, InSight Crime trata de desenmarañar la situación.

¿Qué hay en un nombre?

Entre las muchas preguntas que suscita la reaparición del cartel es la forma como se hace llamar.

El 17 de noviembre, la Oficina de Activos Extranjeros Especiales (OFAC), adscrita al Departamento del Tesoro de Estados Unidos, sancionó a Johnny Hurtado Olascoaga, alias “El Pez”, y a su hermano, José Alfredo Hurtado Olascoaga, alias “La Fresa”. La OFAC afirmó que los hermanos eran “cabecillas conjuntos” del grupo criminal que llamó “La Nueva Familia Michoacana”.

Ya antes los medios habían mencionado ese nombre. En mayo de 2022, el diario mexicano Excelsior informó que la Nueva Familia Michoacana era el tercer mayor cartel del país. También la revista investigativa Proceso nombró a La Familia Michoacana y a La Nueva Familia Michoacana en un reportaje publicado en enero de 2021. Y así es fácil encontrar otros muchos reportes.

El nombre se usó en cierto momento, pero puede debatirse si sigue siendo aplicable o no. Según investigaciones realizadas por InSight Crime en Michoacán, los residentes locales no usan el alias “La Nueva”. De hecho, el nombre “La Nueva Familia Michoacana” ya no representa a un grupo, como lo indica la investigación de InSight Crime.

Una explicación de la confusión demanda una breve lección de historia. Según Carlos Arrieta, periodista investigativo que vive en Michoacán, La Nueva Familia Michoacana fue el nombre dado a una confederación criminal hacia 2014. Este bloque estaba conformado por remanentes de la Familia Michoacana —que había colapsado con la captura de su exlíder Carlos Rosales Mendoza— y los Caballeros Templarios —antiguo rival que se desprendió de la Familia Michoacana y cuya aparición tuvo mucho que ver con la caída del cartel— más otros grupos de menor envergadura. La intención del bloque era resistir el avance del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Michoacán.

Después de que Rosales Mendoza salió de prisión en 2014, se celebró un encuentro de capos, en el que se suponía que se formalizara la alianza del bloque, pero Rosales Mendoza fue asesinado en ese encuentro, probablemente por los Caballeros Templarios. Y ese fue el final de La Nueva Familia Michoacana, pero el bloque que quedó seguiría para conformar la base de los Cárteles Unidos (CU), relató Arrieta.

Mientras tanto, los hermanos Olascoaga han seguido operando alrededor de Michoacán y se han erigido como unos de los capos más poderosos del cartel. Pero no estaban solos. También han surgido otros líderes, y se desataron varias luchas internas luego de que los hermanos negociaran un pacto de no agresión con delegados del CJNG naturales de Michoacán, comentó Arrieta.

Los Correa, un grupo señalado de masacrar a 20 personas el pasado marzo en un ataque contra el CJNG durante una riña de gallos clandestina en Zinapécuaro, al este de Michoacán, actúan como brazo armado de la Familia Michoacana en el estado, explicó Arrieta. El diario La Silla Roja informó que Los Correa son sospechosos de asesinar a Eduardo Hernández Vera, alias «Lalo Mantecas», el antiguo líder de la Nueva Familia en partes de Michoacán, el estado de México y Guerrero. Según El Universal, las autoridades de inteligencia mexicanas creen que el asesinato fue ordenado por Johnny Hurtado Olascoaga. Arrieta, por su parte, afirmó lo contrario. Los hermanos Olascoaga llevaron a cabo el golpe ellos mismos, dijo a InSight Crime.

Para todos los fines, el nombre del cartel sigue siendo La Familia Michoacana, y los hermanos Olascoaga van en ascenso.

Las metanfetaminas, no el fentanilo, son el principal motor del cartel

Las autoridades de Estados Unidos tienen razón en concentrar sus esfuerzos en la reducción del influjo de la letal droga sintética fentanilo desde México. Pero acciones recientes contra la Familia Michoacana indican que se está prestando atención a la especialidad del cartel en la producción de metanfetaminas.

La OFAC sancionó a los hermanos Olascoaga —a quienes consideran colíderes de “La Nueva Familia Michocana”— por su participación en la “distribución de ‘fentanilo arcoíris’, que se está propagando en Estados Unidos”. El colorido fentanilo arcoíris “está diseñado para atraer a niños y consumidores jóvenes”, alegó la OFAC.

Pero como InSight Crime ya lo había informado, no todo eso es verdad. Los actores dominantes de la economía del fentanilo en México son el Cartel de Sinaloa y el CJNG, de lejos los mayores grupos criminales del país. Gran parte de la producción de fentanilo en el país se da en laboratorios clandestinos de drogas en el estado de Sinaloa, al norte del país, que es territorio y bastión del Cartel de Sinaloa. Por otro lado, la declaración de que el fentanilo tiene colores para atraer a consumidores jóvenes es una “total falsedad”, según Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la DEA. “Es una forma de diferenciación”, le comentó a InSight Crime.

La Familia Michoacana participa en la distribución de fentanilo, pero no en su producción, según explicó Carlos Arrieta. Su capacidad para trasegar la droga se ve gravemente limitada, porque “no tiene presencia” en la frontera entre Estados Unidos y México. Para llevar el fentanilo hacia el norte, el cartel debe apoyarse en alianzas con otras organizaciones criminales, explicó.

En lugar de eso, la Familia Michoacana “se dedica principalmente a la producción de cristal [metanfetaminas]”, puntualizó Arrieta.

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Aunque menos letal que el fentanilo, las metanfetaminas son extremadamente destructivas. En la actualidad, los carteles producen metanfetaminas con atajos químicos, en la forma de pre-precursores, que les permiten evitar las duras restricciones sobre las metanfetaminas y los tradiciones precursores químicos del fentanilo. El resultado, fenil-2-propanona, o “P2P”, metanfetamina, es “más peligrosa, y los consumidores tienen mayor probabilidad de desarrollar enfermedades mentales graves”, según la fundación estadounidense contra las adicciones, Hazelden Betty Ford.

Según la investigación de InSight Crime, la Familia Michoacana controla el puerto de Lázaro Cárdenas en Michoacán, el puerto marítimo más grande de México. Aquí, el cartel está en capacidad de acceder a los pre-precursores que requiere para la producción de metanfetaminas.

Al igual que el fentanilo, los influjos de metanfetaminas a Estados Unidos están creciendo rápidamente. Los decomisos de la droga se duplicaron entre el año fiscal de 2018 y de 2020, pasando de menos de 40 toneladas a más de 80, como lo informó el Servicio estadounidense de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP).

La Familia Michoacana lleva años dedicada a la producción y la distribución de metanfetaminas y tiene una amplia experiencia en la que apoyarse. Durante su violento ascenso como fuerza armada, los Zetas, antiguo cartel famoso por su brutalidad extrema, alegaron que La Familia Michoacana se había “enloquecido por causa del hielo” (metanfetaminas).

El futuro de la Familia Michoacana

El futuro de la Familia Michoacana sigue siendo incierto. Pero las recientes acciones decisivas que ha tomado indican que seguirá revitalizándose y podría aumentar su poder a nivel regional.

El control del puerto de Lázaro Cárdenas será vital para el futuro del cartel. Aunque participa en múltiples economías criminales, como el secuestro, la minería ilegal y la extorsión, el tráfico de metanfetaminas sigue siendo esencial. Las capacidades de procesamiento y tráfico de fentanilo por parte del cartel pueden seguir poniéndose en duda, pero el acceso a precursores químicos y pre-precursores que se introducen de contrabando a Lázaro Cárdenas procedentes de Asia ofrece la posibilidad de expansión.

No se conoce la magnitud real del cartel. Según Mike Vigil, la Familia Michoacana puede contarse entre los carteles más poderosos de México, aunque su operación difiere bastante del CJNG.

“Ellos no quieren moverse rápido y expandirse lo más pronto posible”, dijo Vigil. “Se mueven con mayor lentitud y consolidan su poder a medida que crecen”.

Arrieta, por su parte, no está tan seguro de los informes que asocian a la Familia Michoacana con regiones por fuera de algunas poblaciones de Michoacán y Guerrero, zonas más extensas del estado de México y sectores de Ciudad de México.

“El cartel no está cerca de dominar el mismo territorio criminal que llegó a controlar”, señaló Arrieta. “Su poder está muy disminuido [en comparación con otros momentos de su historia]”, opinó.

Y en Michoacán, su bastión, el cartel tiene una guerra entre manos. A pesar de los pactos de no agresión, el CJNG lleva varios años disputando ferozmente el control de grandes extensiones de Michoacán.