Tras haber anunciado su renuncia al Senado de Colombia*, el expresidente Álvaro Uribe se juega su futuro ante la justicia. Mientras sus abogados buscan tiempo para preparar su defensa, la posibilidad de ser encarcelado podría hacerse efectiva en los próximos meses.

El 24 de julio, la Corte Suprema de Justicia de Colombia le notificó al expresidente, y senador, Álvaro Uribe un llamado a rendir indagatoria por los delitos de soborno y fraude procesal, en los que estaría involucrado al tratar de manipular testigos que lo señalan como el creador de grupos paramilitares, junto a su hermano Santiago Uribe.

Según el alto tribunal, el expresidente habría pedido a los testigos, por medio de terceras personas, retirar las acusaciones contra su familia a cambio de favores judiciales. El exmandatario también es acusado de haber sugerido incriminar bajo el mismo delito (manipulación de testigos) al senador Iván Cepeda, adversario político de Uribe y promotor de las investigaciones por paramilitarismo en su contra.

Tras revisar los videos e interceptaciones telefónicas del caso, la Corte determinó que no fue Cepeda quien manipuló testigos, sino el expresidente.

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El mismo día que fue notificado sobre su indagatoria y por medio de su cuenta de Twitter, Uribe anunció su renuncia al senado argumentando que se sentía “moralmente impedido” para continuar en su cargo y que prefiere que su “defensa no interfiera con las tareas del Senado”.

El exmandatario también señaló que el caso en su contra se debe a un “montaje” por parte del gobierno de turno y de sus enemigos.

A la inminente renuncia de Uribe, que debe ser sometida a votación en plenario del Senado para que se haga efectiva, se suma un recurso legal de recusación que su defensa interpuso para “congelar” el proceso en la Corte Suprema.

El exmandatario tendría que presentarse ante los estrados el próximo 3 de septiembre.

Análisis de InSight Crime

La posibilidad de renuncia de Uribe a su curul en el Senado es vista por muchos como una nueva estrategia del expresidente para evadir un posible escenario mucho más desventajoso, como la cárcel.

Al parecer, las pruebas que tendría la Corte Suprema en contra de Uribe serían lo suficientemente poderosas para ponerlo en aprietos y, con la posibilidad de que una orden de detención pueda ser expedida, Uribe preferiría no arriesgarse y utilizaría un comodín en su baraja: la renuncia.

Una vez fuera del Senado y al volver a ser un civil sin fueros, su caso podría pasar a la Fiscalía que tendrá que definir si las pruebas expuestas por las partes son suficientes para imputar cargos. Este escenario aplazaría un tiempo la investigación y permitiría al entorno de Uribe más espacio de maniobra para evitar la prisión.

Por otra parte, el actual Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, se ha referido a Álvaro Uribe Vélez como un “patriota”, además ambos han coincidido en eventos públicos.

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Sin embargo, la última palabra será del alto tribunal, que deberá aclarar si los delitos por lo que se investiga a Uribe están relacionados con su función como Senador o si sacó provecho de su condición como funcionario público. En ese caso, a pesar de la renuncia al congreso, la Corte seguiría con el proceso, siendo este el peor escenario para la familia Uribe.

Por ahora, los abogados del exmandatario presentaron la recusación contra los magistrados de la Corte, señalando que no está dentro de sus competencias el llamado a indagatoria, denunciando la supuesta filtración de información por parte del tribunal a periodistas y reclamando una solicitud de información sobre el caso que habría sido ignorada por los magistrados.

Gracias a este recurso, la investigación queda congelada por lapso de un mes, mientras la Corte analiza las demandas presentadas por la defensa, lo que deja a Uribe y a sus abogados con un margen de tiempo para analizar su futuro, e incluso, reconsiderar su renuncia.

Aún no es claro si el expresidente tiene más cartas por jugar en su batalla legal, a modo de estrategia y así dilatar su proceso, o si en realidad está tomando medidas desesperadas ante la premura de una posible acción judicial.

Lo paradójico de toda la situación es que fue el mismo Álvaro Uribe quien, en el año 2013, presentó la denuncia en contra de Iván Cepeda por falsos testigos en la Corte Suprema de Justicia, y ahora él es el investigado por el mismo caso.

*Desde la publicación de este artículo, el ex-Presidente Uribe anunció en su cuenta de Twitter que solicitaba al presidente del Senado que “retenga sin considerar mi carta de renuncia.”

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