Durante los últimos diez años las agencias antinarcóticos estadounidenses han sido testigos de una epidemia de consumo de heroína, que no solo triplicó el número de adictos a la droga y provocó más de 40.000 muertes por sobredosis a nivel nacional. La epidemia es el resultado de diversos factores, pero existe una razón determinante para su crecimiento: el cambio de color de la heroína.

Tradicionalmente, la heroína producida en México ha sido color café oscuro, de ahí recibió su apodo “chapopote [brea] mexicano”, y era consumida principalmente en las ciudades de la costa oeste de Estados Unidos. En cambio, los consumidores de la costa este prefieren la “china blanca”, una variedad de heroína blanca en polvo, popularizada por los traficantes chinos a principios del siglo pasado.

*Este artículo fue editado para mayor claridad y publicado con el permiso de Animal Político. No representa necesariamente las opiniones de InSight Crime. Vea el artículo original aquí

Obedeciendo la regla básica de la demanda y la oferta, los carteles mexicanos han cambiado sus métodos de procesamiento del opio, introduciéndose a un mercado creciente, generando una amenaza para la salud y la seguridad pública que “se extiende a un ritmo sin precedentes”, según la Evaluación Nacional de la Amenaza de Drogas de 2016 (pdf) de la Administración para el Control de Drogas. 

Alianzas criminales

Era la 1 de la tarde del 26 de agosto de 2014 cuando Gary Pentis, asistente del sheriff del Condado de Ventura, California, anunciaba ante miembros de la prensa el resultado de una investigación a una red de narcotraficantes que operaban desde penitenciarías del estado, en alianza con el Cartel de Sinaloa.

Por un año los agentes policiales investigaron las actividades de extorsión, venta y tráfico de drogas, de integrantes de la Mexican Mafia, una de las pandillas carcelarias más grandes y antiguas de Estados Unidos, así como de miembros la pandilla centroamericana MS13.

El resultado fue la detención de siete pandilleros, y el aseguramiento de US$3,37 millones en efectivo, 35 armas, 31 kilogramos de metanfetaminas, 23 kilogramos de cocaína, y 1,3 kilogramos de heroína negra. Pero el mayor logro para el Departamento del sheriff de Ventura fue el decomiso de 12,7 kilogramos de heroína blanca.

“La llaman china blanca, pero no proviene de China”, aclaró Pentis. La droga provenía de México y había sido suministrada por el Cartel de Sinaloa, uno de los principales proveedores de narcóticos de ambas pandillas.

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Pentis explicó que la calidad de la droga era tan alta que alcanzaba un 98 por ciento de pureza, por lo que se calculaba que su valor en el mercado sobrepasaba los US$5 millones.

La heroína blanca había sido descubierta en el interior del respaldo de un vehículo, empaquetada en 28 ladrillos plateados de aproximadamente 20 centímetros de largo por 10 de ancho. Un cargamento compacto pero con un valor de más de 100 millones de pesos mexicanos.

Según Pentis, el Condado de Ventura, ubicado al norte de Los Angeles, había sido el centro de operación de la red criminal. Ahí se recibían los cargamentos de droga provenientes de México, que después serían transportados hacia otros estados como Texas, Mississippi y Nueva York.

Las negociaciones eran orquestadas por miembros de las pandillas encarcelados en distintas penitenciarías de California. Sin embargo, las decisiones finales eran tomadas por los líderes de la Mexican Mafia y la MS13 recluidos en la prisión de máxima seguridad de Pelican Bay.

Carteles mexicanos: los vendedores más prominentes

La investigación de la Oficina del Sheriff de Ventura deja al descubierto una tendencia creciente en el tráfico de drogas en Estados Unidos: los carteles mexicanos están expandiendo sus operaciones y ganando terreno en los mercados de la heroína en el este del país.

“Las organizaciones mexicanas son los vendedores al mayoreo más prominentes en las áreas de responsabilidad de la DEA en Chicago, Nueva Jersey, Filadelfia y Washington. Además, han incrementado su presencia en la ciudad de Nueva York”, según el informe de la DEA.

Durante la primera mitad de la década de 1990 los carteles colombianos dominaban el tráfico de heroína hacia Estados Unidos. Actualmente han sido desplazados por los traficantes mexicanos, ya que cuentan con una mayor infraestructura de transporte y distribución de droga, lo que “les permite suministrar de manera confiable a los distintos mercados de Estados Unidos”, según la DEA.

De acuerdo con datos oficiales de Estados Unidos, la mayoría de la droga decomisada en la década de 1990 y principios de la década del 2000 era transportada en rutas aéreas comerciales desde Suramérica. A partir de 2008, los decomisos comenzaron a virar hacia la frontera suroeste de Estados Unidos y era transportada vía terrestre por traficantes mexicanos.

Cada vez más heroína está ingresando a través de la frontera suroeste de Estados Unidos, particularmente por el Estado de California, reveló la Evaluación de Riesgos de la DEA. “Consecuentemente, ha incrementado el rol de los estados del oeste como áreas de tránsito de heroína.”

En 2015 cerca de la mitad de las incautaciones realizadas por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus iniciales en inglés) a nivel nacional (2,12 toneladas) fueron realizadas en el corredor fronterizo de San Diego, California (1,04 toneladas).

Los decomisos en este sector se cuadriplicaron desde 2010, mientras que los corredores de Tucson, Arizona y el Valle de Río Grande, Texas, también registraron incrementos significativos.

El informe de la DEA también señala que las organizaciones mexicanas están trasladando sus centros de operación de los grandes centros urbanos a las áreas suburbanas o rurales, “donde les resulta más fácil ocultar sus actividades”. Lo anterior explica por qué el Cartel de Sinaloa estableció su base en el Condado de Ventura y no en Los Angeles.

El cambio de color

Históricamente las ciudades de la costa este de Estados Unidos han sido el mercado más grande y lucrativo para la heroína. La variedad de preferencia ha sido, y sigue siendo, la llamada china blanca.

Los traficantes chinos popularizaron este narcótico a principios del siglo pasado. La droga era producida en países del sureste de Asia como Myanmar, Tailandia y Laos, una región conocida como el Triangulo Dorado.

En cambio, los usuarios del oeste de Estados Unidos acostumbran consumir la heroína café oscuro apodada “chapopote mexicano”, por su color y país de origen. Por lo general los usuarios de heroína prefieren una variedad específica y son renuentes a cambiar.

Estas tendencias de consumo han sido estudiadas durante las últimas tres décadas por el Programa de Monitoreo Doméstico de Heroína (HDMP) de la DEA. La administración también ha indagado el país de origen de la droga, y de acuerdo con sus expedientes, los países del sureste de Asia producían la mayor cantidad de heroína introducida a Estados Unidos durante la primera mitad de la década de 1990.

En 1995 los países suramericanos, en particular Colombia, se convirtió en el principal productor de heroína consumida en Estados Unidos, y mantuvo su hegemonía por casi dos décadas. Los colombianos copiaron a los asiáticos sus métodos tradicionales de procesamiento del opio, produciendo la variedad color blanca y en polvo tan demanda al este de la unión americana.

A partir de 2013 los carteles mexicanos desbancaron a los colombianos y se convirtieron en los productores y proveedores más importantes de heroína blanca de Estados Unidos.

Esta heroína contiene una mezcla de amapolas mexicanas y colombianas, y es procesada utilizando los métodos de preparación utilizados tradicionalmente en países del sureste de Asia. La nueva categorización otorgada por la DEA a este narcótico es “MEX-SA” (México – Suramérica).

Actualmente ni la heroína colombiana ni la asiática pueden competir con la mexicana en términos de costo y pureza. Un kilogramo de heroína asiática puede costar entre US$5 mil y US$10 mil más que la mexicana. Esta última puede alcanzar un grado de pureza de hasta 74 por ciento, más del doble que la oriental.

La oficina de San Diego de la DEA típicamente incautaba heroína negra y café de origen mexicano, sin embargo las investigaciones relacionadas al tráfico de heroína blanca han ido en aumento. Esta droga es vendida al menudeo como “china blanca”, aunque no provenga de China.

Esto no quiere decir que los carteles mexicanos hayan descuidado su mercado de “chapopote”, todo lo contrario. Decomisos recientes de la DEA indican que ha incrementado la presencia de la heroína negra en el este de Estados Unidos, y que desde la década pasada su mercado está extendiéndose más allá de las grandes ciudades, y ampliándose hacia las zonas suburbanas y rurales.

La suma de todos estos factores ha encendido los focos rojos de las agencias de salud y seguridad pública de Estados Unidos, como la DEA. Su advertencia es clara y contundente: “la amenaza de la heroína se extiende a un ritmo sin precedentes”.

*Este artículo fue editado para mayor claridad y publicado con el permiso de Animal Político. No representa necesariamente las opiniones de InSight Crime. Vea el artículo original aquí

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