El analista de seguridad Alejandro Hope da su opinión acerca de cómo será la situación de seguridad de México en 2014. En general, el panorama no es muy prometedor.
Como decía Yogi Berra (o tal vez Niels Bohr), es difícil hacer predicciones, especialmente sobre el futuro. Pero el calendario, ni modo, exige sacar la bola de cristal en estos días de alcohol y asueto. Así que van mis cinco pronósticos para el año que inicia:
1. Los homicidios no disminuirán mayormente en 2014. Cuando se despeje la bruma de las cifras, nos vamos a topar con el hecho de que 23 a 24.000 personas fueron asesinadas intencionalmente en 2013 (el INEGI confirmará ese dato hacia julio o agosto). Eso es mejor que las 26.000 víctimas de 2012, pero no radicalmente mejor. Y las cifras recientes apuntan a que la cosa no mejorará mayormente. Según mis cálculos de gran alquimista, tuvimos, en promedio, aproximadamente 62,4 víctimas por día en enero y 61,8 en noviembre (de nuevo, esas cifras podrán confirmarse o desmentirse cuando INEGI saque sus datos). Es decir, la situación es similar a la que prevalecía hace un año. Nada indica que eso vaya a cambiar mucho en el futuro inmediato. Mi pronóstico: 22.000-23.000 víctimas de homicidio intencional en 2014, lo cual equivale a una tasa aproximada de 19 por 100.000 habitantes.
2. El secuestro será un tema dominante en 2014. De enero a noviembre de 2013, se registraron 1.583 denuncias de secuestro, 19% más que en el mismo periodo de 2012. Ya ni el gobierno está dispuesto a argumentar que eso refleja un aumento de las denuncias y no un incremento de los secuestros: en la más reciente reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, el Presidente Enrique Peña Nieto reconoció el problema e instruyó al Secretario de Gobernación a elaborar una estrategia específica para atender ese delito. Y la estrategia se elaborará, pero probablemente no tenga muchos efectos en el corto plazo. En consecuencia, con alta probabilidad, el número de secuestros se mantendrá cerca de los niveles actuales durante buena parte de 2014. Añadan que el año que entra se cumplirá una década de la gran marcha contra la inseguridad en 2004 (detonada en buena parte por el tema del secuestro) y se tiene un cóctel explosivo para el gobierno federal y las autoridades de varias entidades federativas (incluyendo el DF y el Estado de México).
3. Michoacán seguirá en una espiral de deterioro. Ya lo he argumentado antes y lo reitero: Michoacán está envuelto en un conflicto político-militar entre varios grupos armados ilegales. El avance reciente de las autodefensas (tolerado por las fuerzas federales) ha acelerado esa dinámica. El riesgo de una escalada de violencia está más que latente: sí y cuando las autodefensas decidan nuevamente intentar la toma de Apatzingán (principal zona de influencia de los Caballeros Templarios), puede sobrevenir una batalla de dimensiones no triviales. Y por mientras, vamos a ver purgas, matanzas y expoliaciones de lado y de otro. Mi pronóstico: Michoacán estará entre los tres estados más violentos del país en 2014 (tal vez sólo rebasado en número de homicidios por Guerrero y el Estado de México).
4. Los primeros efectos de la legalización de la mariguana en Colorado y Washington se empezarán a sentir en México en 2014. El surgimiento de fuentes de suministro casi legal en Estados Unidos (digo casi, porque la sustancia sigue siendo ilegal a nivel federal) podría conducir a una caída de las exportaciones mexicanas de mariguana. Mi intuición es que vamos a ver las primeras señales de ese fenómeno el año que entra, con una disminución de los decomisos de mariguana en la frontera. En paralelo, es probable que sintamos el impacto político de la legalización en Uruguay. No me sorprendería en lo más mínimo si, por ejemplo, la Asamblea Legislativa del DF se mueve para a) aumentar la dosis personal o b) permitir la creación de clubes cannábicos (para algo más radical, habrá que esperar algunos años).
5. Se registrará al menos un cambio importante en el gabinete de seguridad. Después de un año de resultados de regulares a malos, no sería sorprendente que el Presidente de la República considerase algunos relevos. Tampoco sería inusual que el secretario de Gobernación buscase fortalecer su control sobre las áreas de seguridad, tanto dentro como fuera de su dependencia. En consecuencia, yo pondría el ojo en la Comisión Nacional de Seguridad, pero no me sorprendería tampoco un cambio en la PGR ¿Quiénes serían los sustitutos? Ni idea.
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En resumen, tengo la impresión que, en materia de seguridad, 2014 va a ser deprimentemente parecido a 2013: alguna mejoría por aquí o por allá, varios delitos graves al alza, pocos cambios institucionales, algunas regiones en rojo carmesí. Nada nuevo, por desgracia.
* Publicado con el permiso de Plata o Plomo, el blog de Alejandro Hope sobre la política y la economía de las drogas y la delincuencia publicado por Politico Animal. Lea el original aquí. Hope también es miembro de la Junta Directiva de InSight Crime.