Cuando Édgar Torres llegó a Long Island, la Mara Salvatrucha no existía. No había ningún rastro de grafitis con las letras M y S. Tenía apenas cinco años y era el año de 1985, momento en que había en Estados Unidos una importante afluencia de migrantes de El Salvador, que venían huyendo de la cruenta Guerra Civil. Para entonces Nueva York era, después de California, el segundo mayor estado receptor de migrantes salvadoreños, según cifras del extinto Servicio de Inmigración y Naturalización.[1]
Long Island, una extensa isla ubicada al este de Manhattan, fue el punto exacto de llegada. Allí se encuentran los condados de BrooKlyn, Queens, Nassau y Suffolk, los dos primeros considerados parte de la ciudad de Nueva York, mientras que los otros clasifican como suburbios o se conocen simplemente como Long Island.
A esos suburbios llegaron los primeros inmigrantes de El Salvador. Se trataba de una de las regiones suburbanas más segregadas de todo Estados Unidos.[2] Los recién llegados eran en su mayoría hombres entre 20 y 35 años que se emplearon en la construcción y maquilas, al igual que el padre y los tíos de Édgar.
La ciudad de Hempstead ubicada en Nassau se convirtió en uno de los sitios más importantes para los salvadoreños. Los puertorriqueños predominaban y ahora los salvadoreños entraron a formar parte del gran mosaico latinoamericano. Para comienzos de los noventa se estimaba que había casi 90.000 residentes de origen salvadoreño en todo Long Island.[3] Las diferencias étnicas y económicas dieron pie a la aparición de pandillas callejeras. Las primeras fueron Latin Kings y Ñetas, de influencia puertorriqueña, y Bloods y Crips, de corte afroamericano. Asaltaban, peleaban y vendían droga en Hempstead y sus alrededores. La Latin Kings intimidaba a los salvadoreños, al tiempo que los Bloods solían asaltarlos, pues siempre traían dinero en los bolsillos y no en tarjetas de crédito, por su condición ilegal.
De Hempstead comenzaron a extenderse a Suffolk y otros barrios como Freeport. Esta última localidad, ubicada a poco más de seis kilómetros al sur de Hempstead, se convertiría en la cuna de la Mara Salvatrucha. Allí llegó Édgar Torres.
Freeport, la cuna
Édgar Torres creció en un ambiente desolador. No solo la guerra salvadoreña había marcado su época; su madre lo abandonó a su suerte. La señora un día salió de casa a hacer un mandado y jamás volvió. “A la hora de la hora, me entendés, va, esa puta nunca regresó”,[4] recuerda con resentimiento. Antes de marcharse para siempre, la madre le avisó a las tías de Édgar que había tenido un hijo con su hermano. El padre de Édgar trabajaba en Nueva York, como gran parte de su familia, y no supo de la existencia de su hijo hasta que la madre dio aviso. En ocasiones, vecinos y familiares se apiadaban de él. Su infancia la pasó de pueblo en pueblo. “Yo andaba en las calles cabrón, todo chorreado, lleno de diarrea, con un gran estómago lleno de parásitos”… sin hogar fijo. Hasta que un día un televisor le cayó en su tierno pie y la noticia llegó a los oídos de su abuela que vivía en Long Island y que recién se había enterado de la existencia de su nieto. Vio una foto de él y notó la similitud con su hijo. Pidió que lo trajeran hasta la costa Este estadounidense para que conociera a su padre. Édgar tenía apenas cinco años en 1985 y todo, todo era nuevo para él.
A esa edad llegó a Freeport para comenzar una nueva vida. Casi muere en la larga travesía por el desierto tomando solo suero. Pero llegó. Fue uno de esos niños migrantes no acompañados que pisaron suelo norteamericano en la década de 1980. El edificio de la calle 45 de Broadway fue su nueva casa, un edificio repleto de salvadoreños. Los alrededores estaban colmados de locales atendidos y visitados principalmente por salvadoreños. Un pequeño mercado 7-Eleven sobre la calle Broadway fue el punto de encuentro para los jóvenes salvadoreños. Allí convivían y hacían gala de su nacionalismo. Con el paso del tiempo comenzaron a tener una idea más territorial y de protección frente a las pandillas de jóvenes afroamericanos y puertorriqueños que los asechaban. Entonces decidieron crear su cuadrilla, y la llamaron Los 7-Elevens. Lo que comenzó como un grupo de amigos empezó a perfilarse como una cuadrilla de rapaces. “Hormiga”, “Cato” y otros eran parte del grupo que se paraba frente a la tienda para socializar y defenderse. Édgar los miraba con agrado desde su trinchera, sin involucrarse.
VEA TAMBIÉN: MS13 Noticias y Perfiles
Por su parte, Édgar se volvió amante de las calles, encontró gusto por el pillaje, lo ilegal, hasta tirarse de lleno a la “malandrineada*”, como él la califica. Pero tener que soportar la convivencia bajo el mismo techo con la mujer de su padre no era fácil para él. Entonces decidió mudarse de Freeport a Hempstead con su abuela. Su abuela supuso que lo tendría vigilado mientras cuidaba niños, confeccionaba ropa, hacía comida y también vendía documentos falsos y marihuana. “Ahí me hice más malo”, sentencia Édgar. Su tiempo en la nueva ciudad no detuvo sus nuevas prácticas delincuenciales. A Édgar le interesaba robar ropa: “yo andaba asaltando morros”, dice al recordar su niñez. En Halloween en lugar de pedir dulces, se las ingeniaba para despojar a otros niños. Con cuchillo en mano les arrebataba tenis y hasta máscaras. Eso le satisfacía. Ya no asistía a la escuela, pasaba el tiempo en las calles bebiendo, fumando y robando. “Me le estaba perdiendo”, dice años después.
Las conductas de Édgar terminaron con la paciencia de su abuela. Por ese entonces, las familias salvadoreñas en Estados Unidos tenían la idea de que enviar a sus parientes a El Salvador durante el conflicto armado serviría como lección para hacer tomar conciencia a los menores. Un castigo ejemplar, pensaron. “Me mandaron a El Salvador para que no me fuera a echar a perder, según ellos”, dice entre risas. No hizo falta que las autoridades lo deportaran; su familia lo expulsó de regreso a Usulután donde se entregaría irremediablemente a la MS13.
Los que llegaron de Los Ángeles
Para inicios de la década de 1990 en Freeport la cuadrilla de Los 7-Elevens había cambiado su nombre por el de La Familia. Se habían consolidado ya como un grupo más organizado y de orgullo salvadoreño. Sin embargo, esto pronto cambiaría, cuando un puñado de jóvenes venidos de Los Ángeles irrumpieron en Broadway 45. Se trataba de “Negro”, “Indio”, “Chino” y “Grillo”, cuatro miembros que llegaron hablando maravillas de una tal Mara Salvatrucha. El discurso gustó mucho. La Familia se dejó seducir y se convencieron de evolucionar y convertirse en una pandilla estilo californiano, algo similar a las Bloods y Crips, que habían sido traídas de California. La sucursal de la MS13 se inauguró en Freeport. Estos cuatro pandilleros pertenecientes a la clica Francis Locos de Los Ángeles conquistaron a los miembros de La Familia. Se autonombraron: Familia Mara Salvatrucha y esas mismas letras empezaron a aparecer en pintas de aerosol. Para 1991, eran la primera clica en Nueva York, y “Hormiga”, “Secury”, “Curil”, “Cato”, “Durán”, “Homito” fueron los primeros integrantes de esa generación. “A los tipos esos les enseñaron lo que era la MS. Entonces, me entendés, ya nació la MS. La primera clica de Nueva York era Familia”, comenta Edgar desde un penal estatal.
Luego de replicar la MS13, los hombres venidos de Los Ángeles se fueron, dejando un cáncer incubado. La metástasis de Familia Mara Salvatrucha se extendería más adelante a la localidad de Westbury. Las pandillas de negros y puertorriqueños eran sus potenciales enemigos.
El origen de la pandilla varía según quién lo narre. A comienzos de 1991 en un hecho completamente aislado, otra comitiva de pandilleros de la calle Normandie llegó a Hempstead. Uno de ellos fue “Peligro”, un pandillero al que hemos decidido cambiarle el sobrenombre original por su seguridad. “Peligro” salió de Los Ángeles a Long Island huyendo de la policía. “Nosotros nos movimos porque ya en los noventa estaban deportando mucha gente. Y usted sabe que nosotros ya estábamos haciendo muchas pegadas (asesinatos), so muchos se salieron por el calentón de la jura (policía), ya teníamos calacas (muertos) encima y otra porque realmente no tenían papeles. En el 91 fue cuando llegamos yo, “Triste”, “Santos” y “Curly””,[5] recuerda.
Por su parte, “Triste” asegura que llegó a la isla neoyorquina “por vago”, dice: “Me gustaba el desvergue y quería conocer más sitios nuevos”.[6] Así que reunidos estos mareros decidieron levantar la clica Normandie Locos. Una de las razones por las que lo hicieron, según “Peligro”, se debió a la rivalidad que mantenían con los de Puerto Rico. “Nosotros existimos gracias a los puertorriqueños, al racismo, por eso fue que la mara nació ahí”, dice, “nosotros íbamos a las barras[1] y lo primero que los puertorriqueños nos decían era cantomojado (migrante ilegal)”. Para combatirlos sumaron más jóvenes a su proyecto. Con un grupo más fuerte y numeroso se fueron a muerte contra los Latin Kings y Bloods. “(Peligro) nos llamó para que nos tiráramos con todo a los negros y boricuas”, asegura “Triste”. La clica se expandió a Brentwood en Suffolk, tomándose más territorios.
Por la Normandie Locos apareció fugazmente Moisés Humberto Rivera-Luna, alias “Santos”, quien por un tiempo controló la clica. Después sería deportado a El Salvador donde hoy se encuentra en prisión y es considerado uno de los máximos líderes de la pandilla. Para 1994 los primeros soldados de la Normandie, como “Peligro” y “Triste” se desplazaron hacia Nueva Jersey y Virginia en busca de más aventuras. Por ese mismo año, en la ciudad de Brentwood, surgió otro brote de la pandilla. Un joven salvadoreño que se hacía apodar “Directo” comenzó a dirigir la nueva Brentwood Locos Salvatruchas.
Las evidencias muestran que la Mara Salvatrucha había surgido como resultado de un fenómeno migratorio y no por un plan expansionista. Era un efecto colateral de la ruta salvadoreña en Estados Unidos, donde familiares y amistades se seguían. Las razones de los pandilleros eran varias, unos querían nuevos aires, otros conocer chicas, y otros más huían de la justicia.
La propagación
Sin conocerse el orden exacto, empezaron a aparecer más y más clicas por todo Long Island. Surgían simultáneamente sin que ni una ni otra se conocieran entre sí. Su surgimiento era aislado, pero paralelo. En Nassau las clicas aparecieron así: en Freeport, la Centrales Locos y Guanacos Little Cychos; en Mineola, la Mineola Locotes Sureños; en Hicksville, la Pelones Locotes Salvatruchos; en Roosevelt, la Roosevelt Locos Salvatruchas; en Long Beach, la Long Beach Locos; en Uniondale, la Juniors Unionenses Locos.
En Suffolk por Central Islip surgiríam la Islip Locotes Salvatruchos, la Coronados Locos y la Western Locos; en Huntington, la Huntington Criminales Locotes Salvatrucha; en Brentwood, la Leeward Locos y Pinos Locos Salvatrucha.[7]
Otras clicas se extendieron, como fue el caso de Familia Mara Salvatrucha, que de Freeport había extendido sus tentáculos a un poblado al norte llamado Westbury. Ahí surgió la Familia Westbury Mara Salvatrucha, donde un tal Shorty sorteaba la clica a la que pronto llegaría Édgar.
VEA TAMBIÉN: Cobertura de Pandillas
Para Édgar, la primera mitad de la década de los noventa “fue la explosión del barrio en Nueva York”. En eso coincide el especialista en pandillas, doctor Al Valdez, quien en sus investigaciones registró que la MS13 había surgido entre 1992 y 1995 en Nueva York.[8]
Cuando las clicas comenzaron a cruzarse unas con otras, la pandilla fue creciendo en número, reputación y violencia. La venta de droga, los asaltos a mano armada, el robo de autos, el contrabando, la venta de armas a microescala, el cobro de extorsiones a negocios clandestinos y barras, el control de zonas, el cobro de piso a narcomenudistas, los homicidios y los machetazos se convirtieron en su forma de operar.
Hempstead se convirtió en el centro neurálgico, la zona más caliente de todo Long Island para la pandilla. “La mayoría de los asesinatos se cometían en las barras, a la salida de las barras, pero donde agarró más fuerza la pandilla fue en Hempstead. Ahí es un lugar [que] parece como si fuera El Salvador. Hay barras por todos lados. Entonces ahí llega gente de todas partes, de Brentwood, de Freeport, de todas partes de Long Island todo mundo, porque ahí están las barras, las meseras, el desvergue, las drogas y todo, es como una zona Rosa ahí en Long Island. Entonces, vaya ve, ahí se cometían los asesinatos, va”, recuerda Édgar. “La Mara comenzó a asesinar fue cuando empezó a ganar más respeto, a puro asesinato. Mientras no hubiera muertes, la Mara era una pandilla cualquiera”.
Los resultados de esas acciones pronto llevaron a varios a conocer los penales del estado[9]. La MS13 usaba un arma que los diferenciaba de las demás pandillas: el machete. Esta arma blanca se convirtió un utensilio común entre ellos. Creían que agredir con machete daba más valentía que disparar. “Peligro” está convencido de que éste era más barato que un arma de fuego y encima no hacía ruido, lo que permitía coronar las fugas. “Cualquiera puede matar con una pistola, pero sentir la carne que se está rompiendo es diferente”, recuerda, “eso le decíamos a todos los locos, la pistola hace ruido el machete no, nos da tiempo para correr”. Como sostiene Édgar: “el machete es como una insignia de la MS”, dice, “implanta un fucking terror”.
La Araña, de Familia Westbury
En 1991, poco antes de que Édgar comenzara a usar machete, este niño de diez años apareció en Puerto Triunfo, Usulután, cuando El Salvador aún estaba en guerra. Su abuela lo había devuelto de Hempstead a la casa de su abuelo, quien constantemente le daba “unas golpizas bien feas”, las cuales se sumaban a las que su padre le acomodaba cuando venía de Nueva York a visitarlo. Quería alejarlo de la mala vida y creyó que a golpes lo lograría. “El viejo hizo todo lo posible para que yo no agarrara el camino de la Mara, pero él falló, entre más me daba verga más rencor agarraba yo”.
En 1993 comenzaron a aparecer los primeros deportados de la Mara Salvatrucha en Usulután y Édgar se sintió atraído de inmediato por esos que, como él, venían bajando de Estados Unidos. Uno de ellos era Amílcar Galileo Torres Rosales, conocido en las calles de Los Ángeles como “Garrobo”. Este pandillero llegó a Puerto Triunfo deportado por posesión “de armas y otras cosas”.[10] Era un homeboy con gran reputación y con un largo historial de anécdotas entre las que estaba su participación en la guerra como niño-militar. Este hombre, hoy recluido en Guatemala y considerado uno de los líderes en ese país, rápido levantó clicas por todo Usulután, seduciendo a jóvenes de la zona. Édgar fue uno de ellos. “Yo nunca había visto gánsteres así, entonces al verlo me llegó (me gustó)”, recuerda desde la prisión. Édgar comenzó a frecuentarlo y aprender de él como un fiel alumno para graduarse como miembro de la MS13. “Allá me terminé de arruinar, me tiré a la vida de la pandilla, de la MS, me entendés”. Édgar pasó a convertirse en “Spider” de la South Side Locos.
“Garrobo” le enseñó a crear armas y bombas hechizas para acabar con los enemigos de la pandilla. “‘El Garrobo’ a nosotros nos enseñaba a fabricar ondas hechizas”. Lo adiestró para “levantarse a navajazos” con el enemigo o tirarse granadas cuando se presentara la ocasión. Para entonces en El Salvador sobraban explosivos. Su aspecto cambió, y utilizó ropa floja, camisas sin mangas, gorros y se colocó sus primeros trazos de tinta en la piel.
En El Salvador llevó a cabo muchas acciones criminales que una vez más preocuparon a su familia. Ahora se lo querían arrebatar a la pandilla. Así que lo querían de vuelta en la isla neoyorquina. “En 96 me tiraron para Nueva York porque ya no me aguantaban en El Salvador”.
De regreso en Long Island, “Spider” se inscribió en la Westbury High School siendo ya un pandillero. Pero nuevamente los libros y los cuadernos no lograban controlar sus bríos. Las experiencias en El Salvador lo habían marcado para siempre. “Cuando yo llegué a la Westbury, a huevo yo llegué rifando la Mara”, asegura. Quería calle, necesitaba calle. Al poco tiempo se dio cuenta de que varios hombres con apariencia de pandilleros merodeaban su escuela. Se trataba de pandilleros salvadoreños, pero lo más llamativo es que se trataba de miembros de la misma pandilla de la que él venia de formar parte en El Salvador. Uno de ellos era “Peewee”, miembro de Familia Westbury Mara Salvatrucha, quien solía llegar a la salida de la secundaria en coche para cortejar a alguna chica. “Peewee” fue el primer contacto de “Spider” con la MS13 en Nueva York; fue quien lo presentó a los demás.
“Spider” aún recuerda que fue una tarde cuando llegó a la calle de Sheridan donde los homies homenajeaban con velas a un compañero recién asesinado por afroamericanos. Se presentó. Le preguntaron de su pasado y fue recibido con gusto. Ahí estaba, “Shorty” que lideraba el grupo, “Cato Fredy”, “Flaco Escalera”, “Pitbull”, “Oso”, “Popeye” y más.
Cada vez socializaba más con la clica, compartía experiencias y les transmitía su pasado y conocimiento sobra las dos letras. Tanta era la cercanía con sus nuevos amigos que empezó a asistir a sus reuniones, donde platicaban las intimidades y planes de la clica, mejor conocidas como meetings o “misas”. Los nuevos compañeros querían que “Spider” se asumiera como uno más de la familia y cambiara su antigua clica por una nueva. “Spider” mientras tanto buscaba comunicarse con “Garrobo” en El Salvador para compartirle su situación y pedirle autorización. Los compañeros de Freeport ya no le permitían presentarse a las misas sin ser miembro. Lo presionaban para que emigrara de célula. Hasta que lo lograron. Una nueva lluvia de trece segundos de golpes volvieron a ser su bienvenida. “Pasé a ser parte de la clica Familia”, arroja “Spider” con satisfacción.
“Spider” se dio cuenta de que la MS13 a pesar de ser una misma pandilla se conducía diferente según la geografía. “Spider” lo estaba viviendo en carne propia. La vestimenta de los homeboys en Nueva York era marcadamente diferente a la de Los Ángeles o El Salvador. Aquí el estilo era más afroamericano, estilo Harlem: chaquetas y pantalones de mezclilla más ajustados, playeras polo de marca Náutica, Polo, Versace, botas Timberland y cortes de cabello diversos. La cabeza al rape o de hongo, los pantalones holgados, las camisas Pendleton o de franela eran una moda propia del West Coast y no de aquí. “Nueva York trae su propio estilo”, dice, ”en Nueva York nosotros corremos un estilo más como de moreno en la forma de vestirse”.
La manera de hablar también estaba influenciada por el contexto. La muletilla “ese” que utilizan sin cesar en California se sustituía por “nigga”.
Los enemigos también eran muy diferentes. En comparación con Los Ángeles, aquí se batían a balazos con puertorriqueños, y no con méxico-americanos o mexicanos. Tanto en California como en El Salvador la MS13 se mataba sin piedad con su archienemiga, la pandilla 18th Street, grupo que en Long Island ni figuraba en esos comienzos. Acá el roce con los negros era mucho mayor que en el gueto centroamericano de Los Ángeles. Pero la escena cambiaría con la aparición de otra pandilla salvadoreña en el mapa.
Naturalmente el entorno multicultural permitió que a las filas de la MS13 se sumaran no solo salvadoreños y latinoamericanos, sino también afroamericanos y hasta puertorriqueños. “Crazy Horse” y “Trece” eran ejemplo de mareros negros, y “Maleante”, un caso de emeese puertorriqueño. En Long Island la MS13 tenía su propio sello.
Las capturas de pandilleros se habían elevado consideradamente durante los últimos tres años, según las cifras policiales. En 1996 habían caído 110 pandilleros; en 1997, un total de 227, y para 1998, sumaban más de 252.[11] La larga avenida de Roosevelt que cruza parte del condado vecino de Queens era considerada para entonces un extenso corredor delincuencial, donde mafias mexicanas, colombianas, puertorriqueñas y dominicanas se disputaban la venta de droga y el manejo de la prostitución. En ese contexto aparecieron las letras M y S en las paredes de Queens[12]. La MS13 había extendido sus redes hasta un edificio ubicado entre Jamaica Avenue y Linden Boulevar para crear la clica Jamaica Locotes.
La competencia entre salvadoreños y puertorriqueños no era solo gansteril, también demográfica. Para el 2000 se estimaba que en los condados de Nassau y Suffolk residían 42.500 salvadoreños, lo que representaba la segunda mayoría latinoamericana, tan solo por debajo de la puertorriqueña.[13]
La práctica de balear en carro se volvió una tendencia de septiembre a octubre de 2001. En una de esas balaceras la policía se percató de la profunda conexión que existía entre clicas de la MS13, que se extendían más allá de Nueva York. Se habían enterado de que homies habían viajado en una furgoneta desde Virginia para balear a miembros del enemigo en una tienda cerca del ferrocarril de Long Island. La comunicación entre pandilleros de diferentes estados era la misma que utilizaba cualquier centroamericano no pandillero para notificarse oportunidades laborales; podía ser entre Nueva Jersey, Carolina del Norte, Massachusetts, Virginia, Maryland y Washington DC, donde la MS13 se había replicado.
La comunicación entre clicas de Long Island y California era en su mayoría solo moral. Los homies de la Costa Oeste creían que por haber sido los iniciadores de la pandilla debían orientar a sus hermanos del Este. Así que cuando entraban en comunicación muchas veces era para corregirlos de lo que creían que se hacía mal en Nueva York. Una de esas observaciones fue la eliminar la palabra “Familia” de la clica Familia Freeport Mara Salvatrucha porque en las cárceles californianas ese era el nombre de una pandilla muy odiada: La Nuestra Familia. Y así sucedió. Familia Freeport Mara Salvatrucha mutó a Freeport Locotes.
Ahí empezó la fricción entre el Este y el Oeste; a pesar de eso en 2001 la MS13 era considerada la pandilla más grande de Nassau y la más violenta de todo Long Island.[14]
El comienzo de los errores
En 2003 David Vásquez, “Gigante”, quería destacar dentro del grupo. Ansiaba respeto y admiración de los homeboys, pero para obtenerlo debía “hacer su cuota”, demostrar coraje y valentía por la Freeport Locotes. Y la tarde del 18 de junio vació la pistola contra una multitud de jóvenes que se encontraban en Hempstead; hubo varios lesionados, entre ellos uno que no tenía ninguna relación con las pandillas. Después y en menos de una hora, “Gigante” y otros tomaron camino hacia Freeport; ahí los enemigos eran afroamericanos, así que al llegar observaron una multitud que creyeron eran miembros de la Blood. Inmediatamente el novato Nieves Argueta “Scorpion” desenfundó la pistola para disparar contra Carlton Alexander, a quien le asestó siete balazos.
El asalto significaba su iniciación en la pandilla y su condena. Una vez más se habían equivocado de objetivo. El joven que recibió la ira de “Scorpion” no era pandillero. Varios de los que participaron cayeron en manos de la justicia y recibirían duras condenas.[15] “Spider” había salido del penal de menores y sabía lo que “Gigante” y demás homies habían hecho, lo sabía porque eran sus “perros” y había colaborado mucho con ellos. Así que cuando supo de las detenciones se vio obligado a escapar de Nueva York. “Sí, yo me libré porque me vine huyendo”, dice “Spider”, “a mí también me fueron a tumbar el cantón. Ya no me encontraron en casa, yo me tenía que haber ido con ellos va, pero como no me encontraron en casa yo me les pegué el “r” a esos hijos de puta y me les vine para Carolina del Norte”.
Hacia Carolina
Para 2004 la pandilla ya tenía representantes en Carolina del Norte. La policía sabía de su existencia al menos desde 1999, cuando notaron que un par de pandilleros iniciados en El Salvador cometían delitos varios.[16]
En el condado de Charlotte el salvadoreño Manuel de Jesús Ayala, “Chacua”, llevaba tiempo comandando la clica Charlotte Locotes Salvatrucha, dedicado al vandalismo, al robo y a la venta de drogas. Poco después fue deportado, y desde El Salvador siguió comandando la clica. También había soldados de varias clicas en condados como Mecklenburg, Guilford, Wake, Durham[17] y Cumberland.[18]
Pero con la llegada de “Spider” la lista creció. Su entrega a la pandilla era tal que en 2004 tuvo que pedir permiso a “Master Puppet”, de Hollywood Locos, ubicado en El Salvador, para que le permitiera levantar una clica anexa de la Familia Winstone Locotes Salvatrucha, para seguir regando la violencia. Y se le dio permiso, pero debía rendir cuentas a Centroamérica.
Con tono parco y claras intenciones de no dar más explicaciones, “Spider” dice desde su celda que está preso luego de que un Blood lo apuñalara, luego de que en venganza fuera a cuetearlo.
La vida de “Spider” es el reflejo de la dinámica con la que la MS13 se mueve y se propaga. Un fenómeno complejo, propio de la globalización.
_________
*malandrín = malviviente
[1] barra= bar
[1]“1982 Statistical Yearbook of the Immigrations and Naturalization Services”; US Department of Justice; Octubre; 1982; pp. 66-73.
[2] “Study calls L.I. Most Seggregated Suburb”; The New York Times; 5 de junio, 2002.
[3] Joshua Ruff; “Diasporas in Suburbia: Long Island´s Recent Immigrant Past”; Long Island History Journal; 2009.
[4] Entrevista a Édgar Torres, alias Spider, pandillero activo de la clica Familia Mara Salvatrucha de la Mara Salvatrucha; el 13 de abril de 2017.
[5] Entrevista a Peligro, alias ficticio, miembro de la Mara Salvatrucha; el XXXX.
[6] Entrevista a Triste, alias ficticio y miembro activo de la clica Normandie Locos de la Mara Salvatrucha; el XXX.
[7] Información recopilada de entrevistas con diversos pandilleros &“Mara Salvatrucha -“MS-13” USAF CONUS Threat Assessment; Air Force Office of Special Investigations (AFOSI); 26 de marzo, 2006; pp. 25-26 &“Mara Salvatrucha (MS-13): An International Perspective”; Criminal Investigative Division. MS-13 National Gang Task Force. FBI; 26 de agosto, 2005; pp. 30-33.
[8] Alfonso Valdez; Gangs. A Guide to Understanding Street Gangs, 5th Edition; Op. Cit.; p. 147.
[9] “In for Protection, And In for Life”; The New York Times; 22 de noviembre, 1998.
[10] Entrevista a Amílcar Galileo Torres Rosales, alias Garrobo, pandillero activo de la clica South Side Century Gangsters de la Mara Salvatrucha y líder nacional de la Rueda de los 9 de Guatemala, del 11 de julio del 2014 al 22 de enero de 2015.
[11] “Our gangs: Wars, and Warrios, Go Local”; The New York Times; 22 de noviembre, 1998.
[12] “Cruising the Corridor”; The New York Times; 1 de febrero, 1998.
[13] Joshua Ruff; “Diasporas in Suburbia: Long Island´s Recent Immigrant Past”; Op. Cit.
[14] “Detectives Live Under Gang´s Death Threat”; Op. Cit.
[15] “United States of America v Leonel Mejía, alias “Little Chino”, Acusado, David Vásquez, alias ‘Gigante’, y Ledwin Castro, alias ‘Hueso’; 6 de octubre, 2008; Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de los Estados Unidos; documentos Nos.: 05-2856-cr, 05-6683-cr(CON), 06-1744-cr(CON).
[16]Alvi Castro; “Mara Salvatrucha Street Gang. An International Criminal Enterprise with Roots in El Salvador´s Civil War”; Immigration and Customs Enforcement / Department of Homeland Security; marzo, 2005.
[17] “United States of America v. Manuel de Jesus Ayala, alias ‘Chacua’; Alejandro Enrique Ramírez Umaña, alias ‘Wizard’, ‘Lobo’; Herverth Ulises Castellon, alias ‘Misterio’, ‘Sailor’; Julio Cesar Rosales Lopez, alias ‘Stiler’; Juan Gilberto Villalobos, alias ‘Smoke’, ‘Smokey’; Elvin Pastor Fernandez-Gradis, alias ‘Tigre’, ‘Flaco’, ‘Juan Alberto Irias’, ‘Freddy’; Juan Rubén Vela García, alias ‘Mariachi’; José Amílcar García-Bonilla, alias ‘Psicópata’, ‘Sicario’; Yelson Olider Castro-Licona, alias ‘Diablo’; Carlos Ferufino-Bonilla, alias ‘Tigre’; Nelson Hernández-Ayala, alias ‘Sixteen’; Mario Melgar-Díaz, ‘Nino’; Alexi Ricardo Ramos, alias ‘Pájaro’; Carlos Roberto Figueroa-Pineda, alias ‘Drogo’; Cesar Yoaldo Castillo, alias ‘Chino’; Alexánder Granados, alias ‘Gorilón’; Michael Stevan Mena, alias ‘Cholo’; Johnny Elías González, alias ‘Solo’; Jaime Sandoval, alias ‘Pelón’; Santos Canales-Reyes, alias ‘Chicago’; José Efraín Ayala-Urbina, alias ‘Peligroso’; Óscar Manuel Moral Hernández, alias ‘Truchón’; Santos Aníbal Caballero Fernández, alias ‘Garra’; Manuel Cruz, alias ‘Silencioso’; Javier Molina, alias ‘Silencioso’; Javier Molina, alias ‘Big Psycho’, ‘Gringo’ y Mario Guarjardo-García, alias ‘Speedy’, ‘Iran Guerrero-Gómez’”; No 3:08-CR-134-RJC; 23 de junio, 2008; Corte del Distrito de Estados Unidos para el Distrito Oeste de la División de Carolina del Norte. Juicio contra todos los anteriores.
[18] Mara Salvatrucha -“MS-13” USAF CONUS Threat Assessment; Air Force Office of Special Investigations (AFOSI); 26 de marzo, 2006; p. 21.