Ciudad Juárez, la ciudad mexicana en la Frontera con Estados Unidos que se ha convertido en símbolo de la ola de violencia en el país, ha empezado a ser más segura en meses recientes, pese a que aparentemente pueda ser producto de la consolidación de poder de ‘El Chapo’.

Luego de ser conocida como la ciudad más violenta de México por varios años, Juárez está viendo un cambio. Durante los primeros seis meses de 2012 sólo fueron asesinadas 653 personas, una reducción de más de la mitad en comparación al mismo periodo de 2011, de acuerdo a la Procuraduría General del Estado de Chihuahua. Un conteo realizado por el ejército tiene cifras mayores, pero en total representa una reducción similar.

Aunque las mejorías en términos de seguridad que se han visto a lo largo de México en los últimos mese pueden estar desvaneciéndose, el declive en la violencia en Juárez parece estar firme. El estado conto únicamente 42 homicidios durante julio en la ciudad, lo que traduce a una tasa anual de menos de 40 por ciento por cada 100.000 habitantes. En contraste, cifras oficiales del estado señalan que la tasa de homicidios de Juárez estaba en 300 por cada 100.000 habitantes en 2010.

La tasa empezó a reducirse el año pasado. Por ejemplo, como señaló InSight Crime en junio de 2011, los 150 homicidios registrados en mayo de ese año señalaban una reducción de dos años seguidos, aunque las cifras se han contraído aún más desde ese entonces.

El impacto en la vida de la ciudad ha sido significativo. Ahora es relativamente común que pasen los días sin que se reporte un homicidio, lo cual era algo extraordinario hasta hace poco. Como afirma recientemente el Washington Times, la recuperación económica y el aumento de la seguridad están entrelazados. “Los trabajos están volviendo”, dijo al times Carlos Najera de La Red De Noticias. “El resultado de una recesión económica en Estados Unidos fue un incremento en el desempleo en Juárez que coincidió con una explosión del crimen”.

Desafortunadamente, la mejoría de Juárez no ha sido replicada en otras ciudades y estados, como Acapulco, Monterrey, Torreón y Culiacán.

La falta de un consenso sobre la reducción de la violencia en Juárez ha complicado los esfuerzos para reproducir este proceso en otras regiones violentas. Hay algunas teorías circulando sobre la razón por el dramático cambio en la ciudad:

Nuevos Programas Sociales

Luego del asesinato de 15 adolescentes en una fiesta de cumpleaños en enero de 2010, lo que marco un punto muy bajo para la ciudad, el gobierno federal empezó a contemplar nuevos enfoques para atender la inseguridad en Juárez. Oficiales locales, estatales y federales se unieron para lanzar ‘Todos Somos Juárez’. La iniciativa conjunta requería de US$50 millones de gasto, para ser usados desde programas extracurriculares hasta instalaciones hospitalarias nuevas. También se creó un canal de diálogo permanente entre el sector privado, la sociedad civil y el gobierno; con reuniones periódicas para discutir los avances y obstáculos de la seguridad en la ciudad. Aunque reportes iniciales fueron altamente críticos, otros apuntan a que Todos Somos Juárez es un gran factor en las mejoras de la ciudad; y un plan similar está siendo implementado en Acapulco.

Retirada del Ejército

El ejército mexicano hizo su primer gran despliegue en Juárez en febrero de 2009, y la tasa de homicidio en la ciudad se redujo inmediatamente. Sin embargo, la reducción fue temporal y en meses las pandillas operando en Juárez se encontraban asesinándose entre ellas en cifras récord. Por supuesto, el año siguiente a la llegada del ejército fue el más violento para cualquier ciudad mexicana en la historia reciente, con 3.951 homicidios según cifras estatales oficiales.

El ejército comenzó la retirada en 2010, dejando que las policías federal y municipal, asumieran un rol más grande. En su llegada, la policía federal prometió implementar tácticas más sofisticadas, en contraste con las operaciones agresivas que habían caracterizado al ejército. En noviembre de 2010, la agencia anunció una políticade construir  “islas de seguridad”, llenando a los barrios más peligrosos con oficiales de la policía.

La policía federal, por su parte, ha sido apoyada por una fuerza municipal reconstruida bajo el liderazgo de Julián Leyzaola, un coronel retirado del ejército que se ha ganado la reputación de liderar un cambio brutal pero efectivo en Tijuana. Muchas quejas que enfrentó su fuerza en Tijuana –incluyendo el uso de la detención ilegal y la tortura – lo han seguido a Juárez, pero su labor, la cual empezó en marzo de 2011, ha coincidido con la mejoría de la ciudad. Las acusaciones de abuso son un problema, pero la idea de que la policía municipal asuma el liderazgo en la seguridad de la ciudad es un desarrollo bienvenido.

 La Victoria de El Chapo

Es posible que la explicación más convincente para el cambio en Juárez sea la más desalentadora igualmente, ya que sugiere que hay poco que el gobierno pueda hacer a corto plazo para incrementar la seguridad en alguna región determinada. La teoría es que las ganancias en seguridad se deben a la victoria del Cartel de Sinaloa, liderado por Joaquin “El Chapo” Guzmán, sobre el Cartel de Juárez. Dado que esa disputa era el factor de violencia más importante durante los casi diez años de derramamiento de sangre, es una explicación plausible.

Existen otros factores que apoyan esta teoría. Un elemento clave es el declive de La Línea, el principal brazo armado del Cartel de Juárez que se encontraba repeliendo las fuerzas de Guzmán por varios años. Adicionalmente, la aparición de sicarios leales a Vicente Carrillo Fuentes, el líder del Cartel de Juárez, en Sinaloa (su lugar de nacimiento al igual que de Guzmán), sugiere que se está concentrando en reconstruir su imperio en otro lugar.