El brutal homicidio de un narcotraficante brasileño presuntamente ejecutado por una pandilla paraguaya muestra cómo la escalada de violencia impacta al estado limítrofe de Mato Grosso do Sul, por tradición un bastión criminal del PCC de Brasil.

El 16 de julio, Emanuel Dias Ecker, integrante del mayor grupo criminal del Brasil, el Primer Comando de la Capital (Primeiro Comando da Capital —PCC), recibió cerca de 50 tiros en la ciudad de Paranhos, en territorio brasileño sobre la frontera con Paraguay, según información de Midiamax, medio informativo de Mato Grosso do Sul.

El homicidio se atribuyó al clan Alderete de Paraguay, pandilla con base en la ciudad de Ypejhu, cerca de Paranhos, según Midiamax.

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Este asesinato ocurrió luego de que 30 integrantes del PCC presuntamente atacaran dos propiedades del clan Alderete en Ypejhu, en diciembre de 2018, según ABC Color. Las noticias en la prensa local interpretaron esto como un mensaje al comandante del PCC Sérgio de Arruda Quintiliano Netto, alias “Minotauro”, quien lideraba las operaciones de la pandilla en la frontera Brasil-Paraguay antes de ser capturado a comienzos de 2019.

También puede leerse el homicidio como un contraataque del clan Alderete contra el PCC, cuyo predominio en el narcotráfico transfronterizo ha aumentado, especialmente en ciudades limítrofes, como Pedro Juan Caballero, Ypejhu y Capitán Bado.

En mayo pasado, el PCC supuestamente alertó a la policía sobre un gran cargamento de marihuana perteneciente al grupo paraguayo, que terminó con su decomiso.

En años recientes, el PCC ha hecho incursiones a Paraguay, y rápidamente ha consolidado su control sobre economías criminales claves, como el narcotráfico y el dominio de las prisiones paraguayas, al igual que sucede en grandes áreas de Brasil.

Análisis de InSight Crime

El homicidio de un miembro del PCC por parte de una pandilla paraguaya en territorio brasileño, especialmente en el patio trasero de la pandilla, como es Mato Grosso do Sul, constituye un fuerte mensaje del hampa paraguaya en el sentido de que no le dejarán simplemente el lugar al PCC, sin importar su poderío e influencia.

Aunque el PCC surgió como una pandilla carcelaria en São Paulo, se ha extendido para constituir una amenaza nacional, y el estado de Mato Grosso do Sul es una de sus tres fortalezas principales, junto con los estados de São Paulo y Paraná. Su control de Mato Grosso do Sul, que comparte una extensa frontera con Paraguay, ha sido una ventaja importante para la expansión del grupo al vecino país.

“Históricamente, el PCC ha concentrado casi todo su poder en Mato Grosso do Sul, al establecer allí desde 2009 un modelo de negocio que ha ampliado hasta las fronteras con Paraguay y Bolivia”, explicó Bruno Paes Manso, reconocido experto en el PCC e investigador del Instituto de Estudios sobre Violencia en la Universidad de São Paulo.

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“Mato Grosso do Sul es especialmente estratégico, pues sirve de puente para el tráfico de armas y narcóticos entre su capital, Campo Grande, Rio de Janeiro, São Paulo y Paraguay”, señaló.

El Comando Rojo (Comando Vermelho —CV), rivales históricos del PCC y la segunda mayor pandilla de Brasil, también compite por una tajada de la torta criminal de Paraguay. Los brotes regulares de violencia por todo el territorio brasileño se han asociado a la guerra entre el PCC y el Comando Rojo. Por esta razón, la prolongación de esa violencia en Mato Grosso do Sul no es sorpresa.

Pero el osado asesinato de un miembro del PCC por parte de un clan paraguayo en territorio del PCC es un indicio de que la toma que el PCC pretende hacer del mundo criminal de Paraguay no será pan comido como se había pensado.