Los registros policiales solo nos cuentan la mitad de la historia. Sin embargo, para diseñar políticas de reducción y prevención del crimen hace falta la otra mitad.

Pese a ser una fuente importante de información, las estadísticas policiales solo capturan una porción de los delitos debido al subregistro de crímenes [1]. En el caso del Caribe, los crímenes más prevalentes son los más sub-reportados (asaltos y amenazas). Además, las víctimas más vulnerables (mujeres y jóvenes) tienen una menor probabilidad de reportar crímenes. Esto puede llevar a que los tomadores de decisiones opten por respuestas inadecuadas en el diseño de políticas y la distribución de recursos públicos.

Las encuestas de victimización, por otro lado, nos permiten medir el fenómeno desde una fuente primaria: las víctimas. Sin embargo, dichas encuestas son conducidas con menor frecuencia en los países del Caribe que en otras regiones del mundo.

*Este artículo fue publicado originalmente por el Banco Interamericano de Desarrollo. Fue editado y publicado con permiso. No representa necesariamente las opiniones de InSight Crime. Vea el original aquí.

Con base en encuestas de victimización aplicadas a individuos y empresas, la publicación del BID, Restaurando el Paraíso en el Caribe Combatiendo la Violencia con Números examina los crímenes que no fueron reportados a la policía.

¿Cuántos crímenes no fueron reportados?

Fuente: Sutton y Ruprah, 2017. Nota: los crímenes incluídos son hurto de vehículo, robo en vivienda, robo, hurto y asaltos o amenazas

En promedio, 47 por ciento de los crímenes no fueron reportados a la policía en el CaribeEsto significa que, de cada diez crímenes,  solo “sabemos” de cinco, lo cual tiene enormes implicaciones. El porcentaje de reporte más alto se encontró en New Providence, Bahamas (67 por ciento); mientras que los porcentajes más bajos se observaron en Kingston, Jamaica (39 por ciento) y en Bridgetown, Barbados (43 por ciento). La tasa de reporte de la región es cercana al promedio internacional (49 por ciento), y es significativamente más alta que en las ciudades de América Latina (35 por ciento) para los cinco crímenes examinados en el estudio (hurto de vehículo, robo en vivienda, robo, hurto y asaltos o amenazas).[2]

Sólo el 46% de los crímenes en contra de empresas son reportados ante la policía. Los países con las menores tasas de reporte son Belice (20 por ciento) y Barbados (24 por ciento).

¿Qué crímenes no se reportan?

Fuente: Sutton y Ruprah, 2017.

Al igual que a nivel mundial, los crímenes más reportados son el hurto de vehículos (84 por ciento) y el robo en viviendas (70 por ciento). Los crímenes menos reportados son los asaltos (48 por ciento) y las amenazas (37 por ciento). [3]

Por otro lado, es más probable que las víctimas reporten los crímenes severos que implicaron uso de armas o que generaron lesiones que requirieron servicios médicos. Además, es más probable que la víctima reporte un crimen violento si dos o más delincuentes participaron en el crimen, y si los delincuentes eran extraños para la víctima.

¿Quiénes son los que tienden a no reportar un crimen?

Las mujeres, los jóvenes, y las personas solteras poseen una menor probabilidad de reportar un crimen ante la policía, especialmente si las víctimas conocían a los delincuentes. Sólo el 45 por ciento de los crímenes violentos (robo, asalto y amenaza de asalto) cometidos contra mujeres son reportados en comparación al 54 por ciento de crímenes violentos cometidos contra hombres. Nótese que esto no incluye violencia doméstica y sexual, que generalmente posee un porcentaje de reporte mucho más bajo y que es medida mejor mediante otras encuestas metodológicas. Las víctimas jóvenes (entre 18 y 24 años) sólo reportan el 41 por ciento de casos de crímenes violentos ante la policía.

Implicaciones de políticas

El estudio del número de crímenes que no son reportados nos ayuda a comprender la confianza de la población en la policía y las relaciones de la policía con la comunidad. El incremento del porcentaje de crímenes reportados permite también mejorar la seguridad ciudadana y la igualdad en el sistema de justicia criminal.

Pero aún más importante, si solo usamos las estadísticas de la policía para entender el crimen, estaremos diseñando políticas con base en la mitad de la historia. Grupos enteros con alto riesgo de victimización permanecerán sin reconocimiento y sin ser tomados en cuenta. Coincidencialmente, los crímenes más problemáticos no son los que aparecen en las estadísticas procedentes de la policía. Las encuestas de victimización y otras fuentes de datos, como los procedentes de hospitales o las estadísticas de violencia dentro de escuelas, son esenciales para ayudarnos a completar el panorama y desarrollar políticas más ajustadas a la realidad.

[1] El sub-reporte es el resultado de que los ciudadanos no denuncien los crímenes ante la policía debido, mientras que el subregistro se ocasiona cuando ciertos crímenes no son registrados por la policía.

[2] Los resultados comparativos sobre las tasas de reporte provienen de la Encuesta Internacional de Victimización y son provistos en el apéndice 1.2. de la publicación referida.

[3] Para mayores detalles sobre los porcentajes y el número de individuos que reportaron cada uno de los cinco crímenes, vea el Apéndice 1.1 del reporte.

*Este artículo fue publicado originalmente por el Banco Interamericano de Desarrollo. Fue editado y publicado con permiso. No representa necesariamente las opiniones de InSight Crime. Vea el original aquí.