Casos judiciales. Sicarios. Interpol. Hay ocasiones en que los narcotraficantes internacionales necesitan darse un respiro. Brasil ha buscado la manera de atender a esa selecta clientela y sus requerimientos específicos: viviendo a sus anchas con privacidad garantizada.
Capos de la ‘Ndrangheta y la Camorra, de Italia, fugitivos de Los Balcanes, incluso ladrones de trenes del Reino Unido en su vejez, todos ellos se han dado una escapada a Brasil, y se han mimetizado con variables grados de éxito.
El último de esos narcofugitivos hallado por las autoridades brasileñas fue Roccco Morabito, un jefe de la mafia italiana cuya vida después de huir a Brasil podría ser una película, ya que implicaba una identidad falsa, un lujoso estilo de vida internacional y una dramática fuga de prisión.
Esto no es raro. Muchos de esos fugitivos siguen forjando lucrativas alianzas criminales con contactos locales, creados antes de huir a Brasil o al llegar al país.
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Para evitar ser detectados, estos migrantes criminales recurren a servicios ilegales, como la falsificación de documentos, e incluso hacen uso de la cirugía plástica, una industria en su mejor momento en Brasil, para afianzar sus nuevas identidades.
A continuación, InSight Crime enumera siete de los más notorios “narcofugitivos” hallados en Brasil.
Rocco Morabito

Hijo de un notorio jefe mafioso, Morabito, alias “u Tamunga”, entró al negocio de la droga a temprana edad y ascendió rápidamente hasta darse a conocer como el “Rey de la Cocaína de Milán” con ‘Ndrangheta.
Cuando las autoridades le estaban pisando los talones en 1995, se mudó a Brasil, bajo el alias de Francisco Antonio Capeletto Souza, y se hizo pasar por brasileño dedicado al negocio de la soja.
Posteriormente, Morabito usó su alias para establecerse en Uruguay. A pesar de ser uno de los criminales internacionales más buscados por la Interpol, llevó un opulento estilo de vida en el resort de Punta del Este hasta 2017, cuando fue detenido en la recepción de un hotel en la capital Montevideo.
Mientras aguardaba su extradición en 2019, huyó de la prisión en Montevideo por un hueco en el techo, junto con otros tres fugitivos internacionales.
Fue recapturado en mayo de 2021 después de dos años en fuga.
Nicola y Patrick Assisi

Este dúo padre-hijo de la ‘Ndrangheta era considerado uno de los principales distribuidores de cocaína del mundo, al momento de su arresto en un lujoso penthouse de São Paulo, en 2019. Nicola tenía en firme una sentencia de 14 años de prisión desde 2007, pero había evadido la captura en Portugal antes de poder ser extraditado a Italia.
Para 2013, ambos se habían establecido en Brasil, desde donde seguían dirigiendo el negocio de la cocaína para la ‘Ndrangheta, junto con sus socios del Primer Comando Capital, (Primeiro Comando da Capital, PCC). Documentos de la corte citados en Expresso muestran que usaron Brasil como base y desde allí expandieron su red criminal para incluir asociados en Perú y Paraguay.
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Bozidar Kapetanovic
Kapetanovic, alias “Judo”, fue miembro del clan liderado por el capo serbio Darko Šarić. Fue un actor clave en el tráfico transatlántico de cocaína, para el que trabajó junto al PCC traficando narcóticos desde Perú, Bolivia y Colombia pasando por Brasil con destino a los mercados europeos, según afirmó Consultor Jurídico, con base en testimonios de funcionarios brasileños.
Según la Fiscalía de Brasil, la mayor parte de la cocaína se despachaba por varios puertos de São Paulo, donde Bozidar fue capturado finalmente en 2017 en el marco de la Operación Brabo.
Al igual que otros narcos fugitivos, Kapetanovic pudo hacerse pasar como empresario legítimo en Brasil, e incluso se casó con una brasileña, con la que compartía una firma de importaciones y exportaciones, según documentos de la corte.
Juan Carlos Ramírez Abadía

Hasta su captura, Abadía, alias “Chupeta”, fue uno de los narcos más poderosos de Colombia, y miembro importante del Cartel del Norte del Valle, que emergió como grupo dominante después de la disolución del Cartel de Cali. Ostentaba una extensa red criminal internacional y actuaba como uno de los principales proveedores de cocaína para el Cartel de Sinaloa en México.
Después de ser imputado por el envío de unas 500 toneladas de cocaína hacia Estados Unidos en 2004, Globo informa que Abadía huyó a Brasil en un velero por Venezuela. Durante los tres años siguientes, estuvo involucrado en numerosos esquemas de lavado de dinero y se sometió a una cirugía plásctica para ocultar su identidad.
El abogado del narcotraficante declaró a Globo que Abadía “optó por Brasil, por recomendación de un amigo que ya había estado en la clandestinidad [allí], quien le dijo que las condiciones en el país eran muy buenas y que podría ocultarse con facilidad”.
Abadía fue capturado en São Paulo en 2007 y extraditado a Estados Unidos. En 2018, declaró en el juicio que se celebró en Estados Unidos al jefe del Cartel de Sinaloa Joaquín Guzmán, alias “El Chapo”, con la cual puso al descubierto una conspiración criminal que había inyectado narcóticos desde Colombia pasando por México, con destino a Estados Unidos a lo largo de más de dos décadas.
Pasquale Scotti

Recife fue también el destino elegido por el notorio mafioso Pasquale Scotti, quien llevaba más de 30 años prófugo al momento de su captura en 2015. Scotti era requerido por más de una veintena de homicidios durante su paso por el clan italiano la Camorra en los ochenta.
Pese a esta abultada lista de cargos, Scotti logró reinventarse para convertirse en empresario bajo el nombre falso de Francisco de Castro Visconti. The Guardian informó que incluso inició una nueva familia que parecía no tener idea de su pasada vida criminal.
Los funcionarios dijeron a los medios que no tenían motivos para creer que Scotti hubiera estado involucrado en actividades criminales en Brasil, pero WSJ informa que el retiro del criminal terminó cuando sus huellas dactilares arrojaron una coincidencia durante una investigación de Interpol sobre actividades sospechosas de ciudadanos italianos.
Ronnie Biggs

Sin duda un fugitivo sui generis entre quienes suelen buscar refugio en Brasil. Este logró una imagen cuasilegendaria en el Reino Unido después de participar en el Gran Robo del Tren, cuando se sustrajeron 2,6 millones de libras del Tren de Correo Real Glasgow–Londres en 1963. Fue sentenciado a 30 años de prisión en 1964, pero logró huir, se sometió a cirugía plástica en París, y huyó a Brasil en 1969.
Globo informó que “Biggs halló su paraíso a comienzos de los 70. Tan pronto leyó en una postal de la playa de Botafogo que a este país habían huido los criminales de guerra nazis, tomó el primer avión que volaba hacia Rio de Janeiro”.
Durante su estadía en Brasil, las autoridades británicas detuvieron varias veces a Biggs con la esperanza de extraditarlo al Reino Unido. Estos esfuerzos fueron rechazados por los tribunales brasileños, pues era padre de un niño brasileño.
En 1981, tres exsoldados británicos dejaron inconsciente a Biggs usando gas en un restaurante de Rio, lo secuestraron y huyeron a Barbados con la esperanza de extraditar a Biggs al Reino Unido. La Corte Suprema de Barbados rechazó el absurdo intento, y se le permitió a Biggs el regreso a Brasil.
Después de vivir en el exilio por más de 30 años, Biggs finalmente se entregó en 2001 para regresar al Reino Unido y estuvo preso ocho años antes de ser liberado por problemas de salud. Murió en 2013 a los 84 años de edad.