Los asesinatos de varios funcionarios estatales en Zacatecas, y el asedio de esa estratégica región para los carteles más poderosos de México, representan una preocupante escalada de los intentos de estos grupos por controlar el estado.

En la mañana del 3 de diciembre, el juez Roberto Elías Martínez fue asesinado a tiros cuando salía de su casa en Guadalupe, municipio adyacente a la ciudad de Zacatecas. Su muerte fue anunciada en Twitter un día después por el jefe del poder judicial de Zacatecas, Arturo Nahle García, quien señaló que el juez no había recibido ninguna amenaza contra su vida. Aún no se ha señalado a ningún sospechoso en el caso.

Más tarde ese mismo día, dos eventos simultáneos paralizaron a Zacatecas.

El primero de ellos fue un intento de fuga en la prisión de Cieneguillas, al oeste de Zacatecas. Según los informes, un camión fue estrellado contra las puertas de la prisión, después de lo cual cayó en una zanja, donde quedó atascado. El secretario de Seguridad de Zacatecas, Adolfo Marín Marín, dijo que el camión era conducido por miembros del Cartel de Sinaloa, uno de los carteles más poderosos del país.

VEA TAMBIÉN: Los horrores de Zacatecas podrían repetirse en cualquier lugar de México

Los prisioneros se amotinaron al escuchar la agitación en las afueras de la cárcel. Por lo tanto, se convocó a las fuerzas de seguridad de los niveles municipal, estatal y federal. Ninguno de los privados de la libertad logró escapar, pero algunos de ellos, así como varios miembros de las fuerzas de seguridad, resultaron heridos durante el motín, informó Animal Político.

A la par de estos disturbios, surgieron tiroteos por todo el estado, hubo bloqueos de carreteras en las ciudades de Zacatecas y Fresnillo, y algunos vehículos y casetas de peaje fueron incendiados en varias carreteras, según El Universal. No se reportaron muertes.

Marín Marín dijo a la prensa que las autoridades tenían información que indicaba que los bloqueos de carreteras hacían parte de una acción coordinada para desviar la atención de lo que ocurría en la prisión.

El 24 de noviembre, el general José Silvestre Urzúa Padilla, jefe de la Guardia Nacional de Zacatecas, fue asesinado a tiros en un enfrentamiento con un grupo del crimen organizado. Días después, el subsecretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Ricardo Mejía Berdeja, anunció que el asesinato fue obra del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), otro de los principales grupos criminales de México. Las autoridades arrestaron a 12 presuntos miembros del CJNG en relación con el asesinato, agregó el subsecretario.

La muerte de Urzúa Padilla se produjo justo a un año del inicio de la Operación Zacatecas II, una movilización a gran escala de la policía y las fuerzas de la Guardia Nacional que busca combatir la creciente violencia en el estado. Urzúa Padilla fue el militar de más alto rango asesinado desde la creación de la Guardia Nacional en 2019 y estaba al frente de una fuerza de casi dos mil soldados en el estado, según Proceso.

Zacatecas se ha convertido en un foco de violencia en los últimos años. Los enfrentamientos de los carteles por el control de las rutas de la droga hacia Estados Unidos han llevado a que la cifra de muertes se dispare, con un aumento del 52,2 por ciento en los homicidios entre noviembre de 2020 y noviembre de 2021. Pero la Operación Zacatecas II ha sido exitosa: según estadísticas oficiales, los homicidios disminuyeron un 28,5 por ciento durante los primeros nueve meses de este año.

Como InSight Crime informó en enero de este año, Zacatecas está sitiado por los dos principales carteles que rivalizan en México, el CJNG y el Cartel de Sinaloa, así como por sus aliados regionales. Estos grupos se han enfrentado en violentos tiroteos en zonas rurales como Jerez, cerca de las zonas de cultivo de amapola y marihuana, lo que ha causado desplazamientos masivos.

Análisis de InSight Crime

Las organizaciones criminales suelen llevar a cabo ataques contra las autoridades como parte de sus intentos por controlar los territorios. Pero los recientes ataques indican que la competencia por este estado está escalando, y las organizaciones criminales están avanzando hacia una nueva etapa de gobernanza criminal.

La ubicación de Zacatecas se ha convertido en su maldición. Sus conexiones con otros estados y las importantes carreteras que cruzan por la zona hacen parte de los objetivos ilícitos tanto del CJNG como del Cartel de Sinaloa. Sin embargo, ninguno de los carteles ha obtenido la supremacía total allí.

Dominar un territorio requiere el apoyo de las autoridades locales. Los carteles intentan inicialmente cooptar a estas autoridades por diferentes medios, incluidos los sobornos. Si esa táctica no resulta efectiva, los carteles recurren a la violencia para amedrentar a las autoridades, como dijo Víctor Sánchez, experto en seguridad pública e investigador de la Universidad Autónoma de Coahuila, en comunicación con InSight Crime.

VEA TAMBIÉN: Policías son blanco de carteles en Zacatecas, México

En el caso de Zacatecas, la guerra entre los dos principales carteles de México se ha convertido en un polvorín, y las autoridades ya están en la línea de fuego. “La lucha por el control de las autoridades aumenta a la par con la mayor competencia por el control del territorio”, afirma Sánchez.

El CJNG no ha dudado en atacar a las autoridades estatales en el pasado. Cuando sus intentos de gobernanza criminal se han visto amenazados, el grupo ha actuado.

El caso más sonado es el atentado contra Omar García Harfuch, director de la policía de la Ciudad de México, en 2020. En ese ataque, varios hombres armados con rifles de asalto, granadas y un rifle de francotirador Barrett calibre .50 dispararon contra Harfuch en tres ocasiones, pero este sobrevivió al ataque. Harfuch había prometido arremeter contra los carteles del país, por lo que recibió amenazas del CJNG, y por lo tanto culpó al grupo por el ataque.

En 2020, el exgobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, fue asesinado en el baño de un restaurante en Puerto Vallarta. Sandoval se había opuesto abiertamente al CJNG durante su gobernación, según informó El País.

Quizás los ejemplos más claros de la violencia que las autoridades han enfrentado durante la intensa lucha de los carteles son Michoacán y Guerrero. En Aguililla, Michoacán, el alcalde César Valencia Caballero fue asesinado por el CJNG tres semanas después de que anunciara que la ciudad estaba libre de un asedio que el grupo había mantenido sobre esta durante meses, según informó Vice.

Y en octubre de este año, Conrado Mendoza Almeda, alcalde de San Miguel Totolapan, un municipio de Guerrero, fue asesinado a tiros junto con al menos otras 17 personas. Un grupo narcotraficante local, los Tequileros, fue responsable del asesinato. Antes del asesinato, el grupo había difundido un video en el que anunciaba su regreso al área después de muchos años de ausencia, informó la BBC.

En estos estados, múltiples actores criminales compiten por el control, lo que lleva a una mayor intensificación de los ataques contra las autoridades con la intención de atemorizarlas, intimidarlas y, en última instancia, forzar la suspensión de los esfuerzos para combatir el crimen.

“Hay muchos grupos que se disputan diferentes zonas de estos estados”, señala Sánchez. “Cuando hay un mayor número de organizaciones que se enfrentan, hay una mayor necesidad de controlar las instituciones estatales locales, y por eso aumentan los ataques”, agrega.