México domina, por cuarto año consecutivo, el ranking de un estudio que clasifica las ciudades más violentas del mundo. Lo novedoso es que este año las ciudades pequeñas se dispararon en el escalafón, lo cual muestra dónde los grupos criminales se están disputando el control.

El lugar más violento del mundo en 2020 fue Celaya, una ciudad de alrededor de medio millón de habitantes en el estado central de Guanajuato, donde los carteles de Santa Rosa de Lima y Jalisco Nueva Generación (CJNG) han estado enfrentados por el control del huachicoleo (como se le conoce en México al robo de petróleo), el narcotráfico y otras economías criminales, según un informe del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, una organización no gubernamental mexicana.

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Hasta hace pocos años, Celaya ni siquiera estaba en la lista, pero desde 2018 ha subido más de treinta posiciones, con 699 homicidios en 2020, o una tasa de homicidios que supera los 109 por 100.000 habitantes.

La situación es similar en la vecina Irapuato, una ciudad mediana en Guanajuato, que pasó de la cola de la fila a ser la quinta ciudad más violenta del mundo, con 823 homicidios el año pasado.

Situada a pocas horas de Celaya e Irapuato, la ciudad de Uruapán subió al octavo lugar en la clasificación, con una tasa de homicidios de más de 72 por 100.000 habitantes. Es el lugar más violento del estado de Michoacán, que ha sido escenario de enfrentamientos sangrientos entre el CJNG y casi una docena de otras facciones criminales, todas buscando el control de rutas claves de cocaína y fentanilo.

Y la ciudad de Zacatecas, en el centro de México, solo apareció en la lista en 2019, pero se metió en los primeros 15 lugares en 2020. Esto coincidió con la invasión abierta del CJNG a 17 municipios del estado de Zacatecas en abril de 2020, durante la primera cuarentena en el país, tras de lo cual siguieron los enfrentamientos con el Cartel de Sinaloa y otros grupos durante todo el año.

Una vez más, las ciudades latinoamericanas y caribeñas ocuparon la abrumadora mayoría de la lista, con 46 de los 50 lugares. Pero llama la atención que algunas de las ciudades más violentas de los últimos años, como Kingston en Jamaica, o Caracas, Venezuela, hayan quedado por debajo de estas pequeñas mexicanas recién llegadas.

Análisis de InSight Crime

El derramamiento de sangre en México ha alcanzado tal nivel que los continuos episodios de violencia en distintas ciudades medianas pueden registrarse a escala global.

En agosto de 2019, InSight Crime informó que Irapuato, importante centro industrial y comercial del centro de México, se había convertido en un modelo infortunado para ciudades similares en el país. En ese momento, los enfrentamientos entre el CJNG y el Cartel de Santa Rosa de Lima ya arreciaban desde 2018.

Pese a la captura del líder del Cartel de Santa Rosa de Lima, José Antonio Yépez Ortiz, alias “El Marro”, en agosto de 2020, no han dejado de presentarse impactantes actos de violencia.

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La confrontación es brutal, pero también fragmentada, pues se divide en contiendas aparentemente interminables en barrios y calles. Con la caída de Yépez Ortiz, su grupo comenzó a fracturarse internamente, y los grupos más pequeños reclaman partes de la economía ilícita del huachicoleo, lo que produjo nuevos episodios de violencia al tiempo que el gobierno ejecutaba un plan para militarizar la zona.

En Uruapán la historia es distinta, pues el alza en los homicidios ha sido más repentina. Aunque se sitúa en el estado de Michoacán, oeste del país, que ha sido tradicionalmente un popurrí de clanes rivales, en Uruapán la violencia se incrementó a finales de 2019, cuando el CJNG entró a competir con Carteles Unidos. Esta última es una alianza entre miembros de Los Viagras y el Cartel del Abuelo, dos grupos de Michoacán que se unieron para defender su control sobre los corredores de narcotráfico.

De igual manera pasa en Zacatecas, donde en 2019 se presentó una caída del 9 por ciento en los homicidios, pero estos arreciaron de nuevo en 2020, después de la incursión del CJNG.