La historia de los carteles mexicanos y su influencia en el extranjero se ha concentrado principalmente en Estados Unidos. Pero más al norte, varios grupos criminales de México se están incrustando en el hampa canadiense y han desplazado a las otrora dominantes mafias italianas.

Varios actores criminales, rutas de droga y maneras de hacer negocios han facilitado este proceso. Entre estas dinámicas se encuentra un nuevo acomodo del crimen organizado canadiense, en el que los grupos viejos, tradicionales y de bases étnicas se han convertido en organizaciones jóvenes, expertas en tecnología y sin lazos étnicos.

Los periodistas Peter Edwards y Luis Nájera exploran estos cambios en su reciente libro «The Wolfpack» [o La manada de lobos]. En él, cuentan la historia de una abigarrada banda conformada por motociclistas, miembros de pandillas callejeras y mafiosos italianos e irlandeses que invitaron al Cartel de Sinaloa a Canadá.

InSight Crime se reunió con Luis Nájera para hablar sobre el libro, sobre cómo los autores mapearon el escenario criminal en Canadá y cómo descubrieron lo que este país representa para los grupos criminales mexicanos.

InSight Crime (IC): ¿Qué fue exactamente el Wolfpack?

Luis Nájera (LN): Fue una alianza criminal que traficó cocaína a Canadá y posiblemente a Europa desde la región Andina. Esto lo hicieron en asociación con una organización mexicana de narcotráfico, presuntamente el Cartel de Sinaloa.

Lo llamamos alianza porque fue un nuevo modelo de asociaciones criminales en Canadá. Hasta 2013, el mundo criminal estaba bastante definido por lazos familiares o étnicos (la ‘Ndrangheta y la Cosa Nostra), por afiliaciones (las bandas motociclistas como los Hells Angels) o por ubicación geográfica (pandillas locales como los Red Scorpions en Vancouver). En 2013 murió Vito Rizutto, el «padrino canadiense», quien había logrado mantener cierto balance entre los distintos grupos del este del país. Tras ese incidente, los criminales más jóvenes rompieron las normas no escritas y comenzaron a asociarse sin importar su etnia, afiliación o ubicación geográfica. Por ejemplo, entre los miembros del Wolfpack, identificamos al menos a una persona que hacía parte de seis grupos criminales diferentes al mismo tiempo.

Además, la personalidad extravagante de la mayoría los miembros del Wolfpack rompió con el antiguo modelo de mantener un perfil bajo. A ellos les gustaba vestirse con ropa cara, estaban conscientes de su apariencia física y llevaban una vida bastante pública en la que fácilmente se exponían a sus rivales y a la policía.

En la prensa en francés, al grupo se le identificó inicialmente como «Consorcio» pero los mismos miembros del grupo se identifican como el Wolfpack.

IC: ¿Cómo transformó el Wolfpack las relaciones entre los grupos criminales de México y Canadá?

LN: Antes de que surgiera esta nueva generación de criminales, los grupos mexicanos gestionaban relaciones con clientes en diversos lugares de Canadá. Los grupos como el Wolfpack solían comprar las drogas y distribuirlas aquí para obtener sus propias ganancias. Una vez que las células mexicanas llegaron a asentarse en el país, ellos mismos se encargaban de contrabandear y distribuir la droga directamente, con el apoyo de bandas criminales locales. De alguna manera, el Wolfpack fue la entrada para los mexicanos, ya que les proporcionó contactos, accesos, clientes e influencia sobre otros grupos. Así, les abrieron el camino para establecerse.


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IC: En términos generales, ¿cómo ha cambiado esta relación en la última década?

LN: Los grupos mexicanos tomaron el control de la cocaína y desplazaron a otras organizaciones, como las italianas, para enfocarse en las apuestas ilegales y el tráfico ilícito de marihuana. De esta manera, establecieron un modelo de «venta de almacén» en el que le venden a cualquiera que venga a comprar pero también se quedan con una parte de las drogas para distribuirlas. De esta manera crean un «mercado regulado» que ellos mismos controlan. Hay información sobre la importancia de Canadá como epicentro para la distribución de drogas a Europa y Asia, incluyendo cocaína y fentanilo.

IC: ¿Qué grupos mexicanos están presentes hoy en día en Canadá? ¿Dónde están y de qué manera ejercen presencia?

LN: Durante nuestra investigación para el libro identificamos que el Cartel de Sinaloa tiene presencia en el este de Canadá y tiene un control sólido sobre el mercado de cocaína. También obtuvimos informes sobre Los Zetas (o lo que queda de ellos) involucrados con los trabajadores migrantes (probablemente extorsionando a sus familias en México). Los Arellano Félix parecen tener una relación consolidada con grupos criminales en el occidente de Canadá, particularmente en Vancouver y en las zonas rurales de Alberta. También se conoce una historia sobre miembros de una comunidad menonita que contrabandea armas hacia el sur y drogas hacia el norte, sobre todo por el corredor Alberta-Chihuahua-Sonora-Durango.

Finalmente, hay informes sobre alianzas entre grupos mexicanos y asiáticos en el negocio del fentanilo.

IC: Además de la cocaína, ¿en qué otros mercados ilícitos de Canadá están involucrados los grupos criminales mexicanos?

LN: En el fentanilo, el lavado de dinero y, de alguna manera, con los trabajadores migrantes. Como mencioné anteriormente, no queda claro si extorsionan a sus familiares en México o traen criminales que se hacen pasar por migrantes para esconderse o distribuir drogas aquí.

IC: En años recientes, ¿ha incrementado la importancia de Canadá para los grupos mexicanos de crimen organizado, se ha mantenido o ha disminuido? ¿Por qué?

LN: Yo diría que ha incrementado porque hay células criminales que se han movido hacia el norte para establecerse y expandir aquí sus operaciones. También es estratégico tener grupos que operen más al norte de la frontera entre México y Estados Unidos, que estén cerca de lugares clave como Chicago y Nueva York, sin la presión de la DEA y grupos rivales.


IC: ¿Cuál es su predicción para la participación de grupos criminales mexicanos en Canadá en el futuro?

LN: Yo sí considero que los grupos mexicanos continuarán su expansión y consolidarán su presencia en Canadá. Esto debido a su ubicación estratégica, particularmente como trampolín hacia Europa y Asia. Además, Canadá les ofrece, irónicamente, más seguridad que Estados Unidos en cuanto a las disputas por territorio e incluso para las familias de los líderes. El movimiento fronterizo es, además, más sencillo que en la frontera de Estados Unidos y México. Además, en algunos años, cuando el pasaje por el mar ártico se desarrolle gracias al calentamiento global, Canadá podrá ofrecer una nueva ruta hacia Rusia.

Por otro lado, creo que los niveles de violencia se mantendrán controlados, ya que para que los grupos criminales tengan éxito en Canadá es esencial que mantengan un perfil bajo.