El ingreso de pollo de contrabando a Paraguay, procedente de Argentina, desborda el mercado local y amenaza con sacar del mercado a los avicultores locales.

El problema ha llegado al punto de que los pollos procedentes de Argentina, cuyo contrabando se hace principalmente por el río Paraná, representan el 70 por ciento del consumo de estas carnes en Paraguay, según la asociación de avicultores del país, Avipar. Los pollos criados en el país solo suman el 20 por ciento del mercado, y los contrabandeados desde Brasil se llevan el 10 por ciento restante.

Dado que la economía paraguaya aún se encuentra padeciendo las secuelas de la pandemia de COVID-19, la demanda de pollos más baratos, producidos en masa y provenientes del exterior, junto con la debilidad de las regulaciones, ha contribuido a una disparada del contrabando de pollos desde Argentina, que ronda los 2 millones de kilos mensuales, según informaciones de medios.

La mayoría de los pollos cruzan la frontera hasta Ciudad del Este, segunda mayor ciudad de Paraguay, pero los camiones llegan a otras ciudades, como Caaguazú, Coronel Oviedo y la capital, Asunción.

VEA TAMBIÉN: Aves de paso: el contrabando de pollos mexicanos a Guatemala

En un comunicado en el que criticaba duramente la respuesta nacional a esta crisis, Avipar declaró que la producción nacional en Paraguay ha caído a menos de 500.000 kilos de pollo semanales. La asociación criticó a la policía, la marina y los funcionarios de aduanas por aceptar sobornos a cambio de dejar pasar el contrabando.

El contrabando de pollo no es un problema solo de Paraguay. En abril pasado, InSight Crime informó sobre el creciente contrabando de pollos y huevos mexicanos hacia Guatemala.

Análisis de InSight Crime

Las autoridades paraguayas están redoblando el número de patrullajes programados y aleatorios a lo largo de rutas de contrabando conocidas, con la promesa de “cero contrabando”.

Pero el minúsculo número de decomisos reportado hasta la fecha y la aparente falta de cooperación regional de cualquier tipo pone en duda esas promesas.

VEA TAMBIÉN: GameChangers 2020 – Cómo los mercados negros se convirtieron en nueva normalidad

El año pasado, el gobierno lanzó un esfuerzo concertado para controlar todo tipo de contrabando, coordinado por una fuerza de tarea interinstitucional de combate al contrabando. No obstante, la operación no estuvo libre de críticas, pues empleó varios de los mismos infantes de marina, agentes de policía y funcionarios de aduanas señalados de facilitar el contrabando.

Según las investigaciones de campo de InSight Crime, cientos de puertos clandestinos bordean el río Paraná a lo largo de las fronteras de Argentina y Brasil, lo que permite el movimiento de bienes de contrabando hacia Ciudad del Este y el resto del país.