El inusitado aumento de los decomisos del letal opioide sintético fentanilo por parte de agentes de aduanas en todo el territorio estadounidense subraya los posibles cambios en los mercados de drogas en medio de la actual crisis de opioides que atraviesa Estados Unidos.

Entre octubre de 2020 y marzo de 2021, se decomisaron más de 2,5 toneladas de fentanilo, según el anuncio de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos (Customs and Border Protection —CBP) el pasado 9 de abril. Esto representa un aumento año a año de 322 por ciento.

Desde 2014, el fentanilo ha tomado lentamente la delantera entre las drogas responsables de la actual crisis de los opiáceos en Estados Unidos, ante la agresiva campaña de las autoridades sobre los opioides vendidos con fórmula, lo cual lleva a los consumidores a buscar opciones más económicas, como la heroína, que viene siendo desplazada progresivamente por el fentanilo, según agentes antinarcóticos. Los agentes de la CBP decomisaron poco menos de 1,2 toneladas de heroína en el último semestre, menos de la mitad del volumen de fentanilo incautado.

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Los decomisos de drogas no son un indicador perfecto para conocer la prevalencia de una sustancia, pero otros indicadores sugieren que el fentanilo está cobrando prominencia en los mercados de drogas estadounidenses. El número de muestras de fentanilo enviadas para evaluación al Sistema Nacional de Información de Laboratorios Forenses pasó de solo unas 5.500 en 2014 a más de 100.000 en 2019, según el informe de 2020 del Balance de Amenaza de Drogas, de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA).

También se observa un tráfico creciente del fentanilo en forma de píldoras falsificadas en Estados Unidos, señala la DEA. En un operativo realizado en marzo de 2021 en Minnesota, las autoridades decomisaron más de 55.000 pastillas de fentanilo dentro de un decomiso de 6,2 kilogramos. Una dosis letal de fentanilo puede contener solo dos miligramos de la sustancia.

Análisis de InSight Crime

El fentanilo ha cobrado tanta notoriedad en Estados Unidos que tanto las autoridades de orden público como las de salud pública denuncian que el opioide sintético está “suplantando o ha superado una parte significativa del mercado de heroína preexistente”, dice la DEA.

Los grupos criminales de México se han posicionado como eslabones cruciales en la cadena de producción del fentanilo, y se abastecen de químicos precursores en China e India para producir la droga en megalaboratorios clandestinos, usando la infraestructura en pie para la elaboración de metanfetaminas.

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Específicamente, las autoridades estadounidenses observan que el Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), entre otros grupos, tienen una “participación importante” en la producción de fentanilo. Tan solo en 2020, las autoridades mexicanas decomisaron cerca de 1,3 toneladas de fentanilo, un pasmoso salto de 486 por ciento sobre los 222 kilos confiscados en 2019, como puntualizó el Departamento de Defensa.

Puede afirmarse con certeza que las organizaciones narcotraficantes mexicanas “tendrán el mayor impacto directo” en el crecimiento del mercado estadounidense de fentanilo, por su “mayor capacidad y recursos para la producción de fentanilo [y las] adaptaciones a las restricciones de químicos precursores”, según la DEA.

Debe tenerse también en cuenta que la compra en línea de fentanilo y su despacho directo a los consumidores son muy sencillos, en ocasiones por medio del Servicio de Correos estadounidense. Solo en 2018 y 2019, el Servicio de Inspección Postal (USPIS) recibió y registró 66.042 envíos de correo que contenían más de 65 toneladas de drogas ilícitas, según un Informe del Inspector General, de noviembre de 2020, sobre el manejo y vigilancia de paquetes sospechosos de contener drogas por parte del USPIS.