La extradición de un presunto narcotraficante en Guatemala vinculado al Cartel de Sinaloa supone un duro golpe para uno de los clanes de la droga más tristemente célebres del país. Sin embargo, el grupo se encuentra en una posición que será difícil de desestabilizar ante la presión estadounidense.

Juan José Morales Cifuentes, presunto líder del clan de narcotraficantes Los Pochos, fue extraditado a Estados Unidos el 17 de mayo, junto con otros cinco presuntos traficantes. Las autoridades guatemaltecas detuvieron a Cifuentes en diciembre del año pasado y el Departamento de Justicia estadounidense le acusa de distribuir y transportar cocaína en asociación con el Cartel de Sinaloa de México.

Cifuentes recibía impuestos de traficantes mexicanos «para almacenar sus narcóticos en las localidades fronterizas guatemaltecas de Tecún Umán y San Marcos», según alegan los fiscales estadounidenses. 

En febrero, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a Cifuentes por su presunto papel como narcotraficante, describiéndolo como «líder de la organización de tráfico de drogas (Drug Trafficking Organization, DTO) Los Pochos desde 2019». 

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Cifuentes es el yerno del famoso traficante guatemalteco Erick Salvador Súñiga Rodríguez, presunto antiguo líder de Los Pochos que murió bajo custodia estadounidense en 2020. Por más de una década, Súñiga fungió como alcalde de la ciudad de Ayutla, uno de los bastiones del grupo y ubicada en la frontera del departamento occidental de San Marcos. A finales de 2019, se entregó a las autoridades estadounidenses. Al mismo tiempo, fue sancionado en virtud de la Ley Kingpin estadounidense y acusado de suministrar cocaína al Cartel de Sinaloa.

También en febrero de este año, el Tesoro estadounidense sancionó a Isel Aneli Súñiga Morfin, esposa de Cifuentes e hija de Súñiga. Como actual alcaldesa de Ayutla, Súñiga Morfin “ha presuntamente utilizado sus conexiones políticas para promover la DTO de Los Pochos», según un comunicado publicado por el Tesoro estadounidense.

Las sanciones contra Los Pochos también iban dirigidas contra uno de los lugartenientes de Cifuentes, detenido por las autoridades guatemaltecas el pasado diciembre. Entre las medidas impuestas, se incluyó la congelación de activos de cuentas bancarias y empresas vinculadas al grupo.  

Se cree que Los Pochos son los herederos del conocido narcotraficante guatemalteco Juan Chamalé, un criminal convicto que otrora controló las rutas terrestres que conectan el departamento de San Marcos con México.

Análisis de InSight Crime

Las acciones de Estados Unidos sobre Los Pochos pueden haber tenido relativo impacto entre las filas del grupo y perturbado sus operaciones logísticas y financieras, pero es poco probable que hayan causado un daño significativo sobre una red que conserva varias líneas de defensa.

El grupo ha aprovechado durante mucho tiempo su influencia política en Ayutla para proteger sus operaciones. Como alcalde, Súñiga padre contaba con «funcionarios corruptos de las fuerzas de seguridad locales para que le ayudaran en sus actividades ilícitas», según las autoridades estadounidenses. 

Mediante el control de las fuerzas de seguridad, los alcaldes también pueden desviar la atención de los cargamentos de droga, una herramienta indispensable en ciudades como Ayutla, que son hogar de estratégicos y transitados puntos de control fronterizo. Además, ciudades como esta conectan a Guatemala con territorios controlados por las principales organizaciones de narcotráfico mexicanas.

La inmunidad política concedida a todos los alcaldes guatemaltecos otorga una protección adicional. La hija de Súñiga y alcaldesa de Ayutla, Súñiga Morfin, aún no se ha enfrentado a ningún cargo penal en Guatemala a pesar de las sanciones estadounidenses. 

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La supuesta relación de Los Pochos con el Cartel de Sinaloa también puede ayudar al grupo a recuperarse de contratiempos operativos y financieros. La sed de cocaína del grupo mexicano proporciona lucrativas fuentes de ingresos a redes como Los Pochos, que compran cientos de millones de dólares de cocaína al año para su entrega a los líderes del narcotráfico mexicano, entre otros destinatarios, según los fiscales estadounidenses.

Los Pochos también gozan de una sólida base de apoyo local. Según una investigación del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), el exalcalde Suñiga fue un líder popular que aprovechó el poder político para expulsar a otros grupos delictivos, mejorando la percepción de la seguridad local. También construyó iglesias y centros culturales para reforzar el apoyo local. Estos esfuerzos por fomentar la legitimidad local están orientados a garantizar la supervivencia política a largo plazo y, por extensión, la protección frente a presiones externas.