Los grupos guerrilleros de Colombia ya no usan a Venezuela como un escondite conveniente de las fuerzas armadas de su país. En cambio, ahora están profundamente arraigados en Venezuela de forma social, política y económica, y son grupos guerrilleros verdaderamente binacionales.

Tras cinco años de trabajo de campo y decenas de entrevistas entre Colombia y Venezuela, InSight Crime presentó su investigación Las guerrillas colombo-venezolanas: la migración de la guerra de Colombia hacia Venezuela, en un panel de discusión con académicos y uno de los cofundadores de la organización el 3 de octubre.

Durante una hora y media, Jeremy McDermott, cofundador de InSight Crime, María Victoria Llorente, directora ejecutiva de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), Luis Trejos, doctor en Estudios Americanos de la Universidad de Santiago de Chile y profesor de la Universidad del Norte de Colombia, conversaron sobre las implicaciones de las guerrillas colombianas ahora como grupos binacionales. El panel estuvo moderado por Javier Mayorca, columnista y periodista de asuntos de seguridad en Venezuela.

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Luego de una breve introducción de los puntos principales de la investigación, el panel de expertos conversó sobre varios ejes transversales del contenido.

Grupos binacionales

La llegada de las guerrillas al lado venezolano, explicó Jeremy McDermott, se dio inicialmente como una forma de ocultarse o replegarse, específicamente durante el gobierno de Álvaro Uribe, presidente de Colombia entre 2002 y 2010.

Grupos como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), lograron replicar modelos de gobernanza criminal usados en Colombia en territorio venezolano y han construido relaciones sociales, económicas y políticas en el país vecino.

Casos similares se han visto con los grupos ex – FARC mafia, grupos disidentes del proceso de paz con el gobierno de Colombia en 2016, y que, aunque se han expandido en territorio venezolano, no han tenido el mismo alcance que el ELN.

“La Segunda Marquetalia nació en Venezuela y podría convertirse en su tumba”, agregó McDermott.

Por su parte, María Victoria Llorente, directora ejecutiva de la FIP, resaltó el calificativo de grupos binacionales y señaló que la ruptura de relacionales bilaterales entre Colombia y Venezuela en 2018 ayudó a la expansión de los grupos al otro lado pues les dio la calidad de “autoridades aduaneras”.

Llorente además explicó que la relación entre los grupos y los gobiernos venezolano y colombiano tiene connotaciones distintas: mientras en uno es visto como un grupo insurgente, en el otro se plantea como un aliado del Estado.

¿Grupos paramilitares o guerrillas?

La investigación adelantada por InSight Crime revela la relación entre grupos como el ELN y el gobierno de Venezuela que, aunque no es nueva, podría calificarse como simbiótica, según explicó Jeremy McDermott.

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“En Venezuela son paramilitares, en Colombia guerrilleros”. En suelo venezolano controlan economías criminales y oprimen a la oposición, siendo aliados militares del régimen. Incluso, administran la seguridad, la justicia, y la comida, como se ha evidenciado con la entrega de cajas de Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP) en algunas zonas del país.   

Sin embargo, añadió Llorente, esto podría no ser un obstáculo a la hora de buscar acuerdos políticos por parte del gobierno venezolano y su posición frente a los grupos binacionales podría cambiar. Específicamente si se trata de acuerdos de paz, como los que plantea el actual gobierno colombiano, y que puedan verse configurados en mayor visibilidad internacional para Venezuela, bien sea como garante, o si se trata de mejorar sus relaciones internacionales.

“Eso fue lo que pasó con las megabandas”, explicó Llorente, en relación a que antes eran aliados políticos del gobierno de Venezuela y ahora son el principal objetivo en la lucha contra el crimen organizado de ese país.

Paz, pero no Total

Aunque estos grupos hacen parte de los dos países actualmente, no han sido ajenos a los llamados de paz que el nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha hecho por distintos canales.

Para el profesor de la Universidad del Norte, Luis Trejos, hay que “analizar de manera diferenciada los territorios”, pues se trata de distintas formas de guerra que enfrentan estos grupos en suelo colombiano, en suelo venezolano y en la frontera.

De acuerdo con el investigador, no podría descartarse la idea de que una parte del ELN no se acoja al acuerdo y pueda ser “institucionalizado” del lado venezolano, según los acuerdos a los que pueda llegarse con el gobierno o las decisiones de las facciones guerrilleras.

Incluso, aunque ya hay acercamientos formales entre ese grupo y el gobierno, se sabe que la estructura del ELN no siempre ha estado de acuerdo con las conversaciones de paz. “Pablito y Antonio (García) están en Venezuela, pero ven distinta la paz”, señaló Trejos.

A eso también se suma las volátiles alianzas que pueda hacer el régimen de Venezuela. Para Jeremy McDermott, Maduro tiene una alta capacidad para adaptarse a las condiciones y no tiene miedo de enfrentar a grupos ilegales y remplazarlos con otras alianzas, por lo que un proceso de paz con grupos binacionales podría tomar años.

“Los elementos de las ex – FARC y el ELN hace casi imposible llegar a una Paz Total”, concluyó el cofundador de InSight Crime.