El hurto de vehículos está aumentando en São Paulo tras años de disminución, pues los grupos criminales están aprovechando los problemas de la cadena de suministro para reactivar un debilitado mercado negro.

Brasil empezó a registrar un aumento del hurto de vehículos en todo el país alrededor de 2020, pero ningún estado ha experimentado un repunte tan drástico como São Paulo. El número de hurtos de carros en el estado más poblado y económicamente importante del país aumentó de 65.724 en 2020 a un total de 94.258 en 2023, según datos del Sistema Nacional de Información de Seguridad Pública de Brasil (Sistema Nacional de Informações de Segurança Pública, Prisionais, de Rastreabilidade de Armas e Munições, de Material Genético, de Digitais e de Drogas, SINESP) y de la Secretaría de Seguridad Pública de São Paulo (Secretaria da Segurança Pública).

El hurto de vehículos, en el que se sustrae el carro sin usar la fuerza, es mucho más común en São Paulo que el atraco, en el que se usan amenazas o violencia.

El estado de São Paulo es el epicentro del hurto de vehículos en Brasil

Número de hurtos de vehículos en Brasil (2015-2022)

Junio de 2024 | Sources: SINESP

Los carros robados en Brasil contribuyen a la industria más amplia del contrabando de piezas de vehículos. Los ladrones tienden a evitar los vehículos de lujo, cuya demanda en el mercado negro es limitada. En su lugar, se enfocan en carros populares, pero modestos, cuyas piezas tienen una mayor demanda. Pequeños grupos de ladrones, o incluso individuos, los llevan a talleres clandestinos donde son comprados y desmantelados en busca de piezas. Luego, sus nuevos dueños rebajan los precios del mercado con productos de contrabando más baratos. En São Paulo, estos talleres ilegales —como la mayoría de las economías criminales— están controlados por el grupo criminal más poderoso de Brasil, el Primer Comando Capital (Primeiro Comando da Capital, PCC).

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El PCC, una pandilla carcelaria de São Paulo, se expandió más allá de los muros de la prisión para convertirse en una organización criminal internacional. El grupo domina ahora varias industrias criminales en su estado natal, donde ha expulsado a todos los competidores. Con talleres clandestinos repartidos por todo São Paulo, nada impide a los ladrones deshacerse de los vehículos robados en lugaresque probablemente estén manejadas por el PCC.

“El vehículo [hurtado] ya tiene un destino determinado, el carro va a ser desmantelado y las piezas van a ser enviadas a estos talleres ilegales”, explicó Aline de Lima e Lins Rocha, delegada de la policía de São Paulo, a InSight Crime.

Por qué se estancó el hurto de carros

El repunte del hurto de vehículos se produce tras un periodo de descenso que siguió a la aprobación de una ley contra los talleres clandestinos de Brasil en 2014. La ley prohíbe el desmontaje de vehículos y la reventa de piezas, a menos que se haga en un taller autorizado y registrado ante el Estado. La legislación también exige que las piezas de los vehículos estén registradas y permite a las autoridades inspeccionar un taller sin previo aviso.

El gobierno del estado de São Paulo dio un paso más allá en 2015, anunciando que todas las piezas de automóviles debían tener un código QR que rastreara su historia. Cualquier persona con un smartphone podía ver de dónde procedía la pieza, y los talleres tenían que actualizar el sistema con cada pieza que vendían. “Todas estas regulaciones asociadas a la ley de talleres clandestinos disuaden y acaban reduciendo —en particular— los robos de carros”, dijo a InSight Crime la experta en el PCC Janaina Maldonado.

Añadió que los atracos —incidentes en los que se roban vehículos utilizando la fuerza— suelen denunciarse a la policía más rápido que los hurtos de vehículos sin violencia, por lo que las piezas aparecen en el sistema como robadas. Con los talleres registrados y vigilados por el gobierno, muchos propietarios no querían arriesgarse a que los descubrieran con piezas robadas. Esto dejó a los ladrones con menos lugares donde vender los carros robados. Como resultado, los robos de vehículos se convirtieron en una economía criminal menos atractiva, dijo Maldonado a InSight Crime.

Los hurtos de vehículos se desplomaron de 110.690 en 2015 a solo 65.724 en 2020, según los datos del SINESP. São Paulo registró una caída aún mayor en los atracos de automóviles durante el mismo periodo, pasando de 78.659 en 2015 a solo 31.893 en 2020.

Los hurtos y robos de vehículos se desplomaron tras la aprobación de la ley de desguaces en Brasil, pero los hurtos vuelven a aumentar

Número de hurtos y robos de vehículos en el estado de São Paulo, Brasil (2015-2023)

Junio de 2024 | Fuentes: SINESP y Secretaría de Seguridad Pública de São Paulo

Más o menos en la misma época en que se aprobó la ley de los talleres clandestinos, Brasil empezó a importar montones de piezas legales y baratas de China. Con la represión del contrabando por parte del gobierno y el abaratamiento de las piezas legales, los talleres clandestinos empezaron a perder sentido. El PCC, que dirigía la mayoría de estos talleres ilegales en São Paulo, estaba centrado en otras economías ilícitas que monopolizaba en el estado, como el tráfico de drogas, según un estudio de 2023 del que Maldonado es coautora.

Con el cierre de los talleres clandestinos y la pérdida de interés de las empresas legales por las piezas robadas, el robo de vehículos dejó de ser tan rentable. “En cuanto empezamos a atajar los talleres clandestinos, los hurtos disminuyeron automáticamente”, declaró Rocha a InSight Crime.

Cómo la pandemia impulsó el mercado

Luego vino la pandemia de COVID-19, que afectó por primera vez a Brasil en febrero de 2020, cuando los hurtos de vehículos habían tocado fondo. Las cadenas de suministro se detuvieron, y las importaciones de carros y piezas cayeron. Los carros nuevos empezaron a escasear, por lo que la demanda de vehículos usados se disparó, al igual que los precios. Con el aumento de la demanda, la venta de piezas de contrabando resurgió como una economía lucrativa.

Los hurtos de vehículos empezaron a aumentar poco después de que COVID-19 golpeara Brasil

Número de hurtos de vehículos en el estado de São Paulo, Brasil (enero de 2015 – marzo de 2024)

Junio de 2024 | Fuentes: SINESP y Secretaría de Seguridad Pública de São Paulo

“Hubo un boom en el mercado de vehículos usados, y tan pronto como el mercado de vehículos usados se eleva, también lo hace el mercado de piezas de automóviles usados”, explicó Rocha. “El hurto ha aumentado porque los vendedores de carros quieren más piezas”.

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Es probable que el PCC esté detrás del aumento en São Paulo, dada su hegemonía en la zona y su historia con los talleres clandestinos. El PCC, un gigante internacional del tráfico de cocaína, también controla gran parte del tráfico local de drogas en la ciudad de São Paulo. Es posible que el PCC esté aprovechando ese control para incitar a los consumidores de drogas a robar carros en nombre del grupo.

“Personas que nunca habían cometido hurtos o robos empezaron a hurtar y robar vehículos para llevarlos a talleres clandestinos porque sabían que iban a conseguir dinero para comprar drogas”, dijo Rocha a InSight Crime. “Se trata de personas que a menudo no tienen antecedentes penales, que no eran delincuentes, pero se volvieron adictas a las drogas y acabaron cometiendo hurtos y robos para conseguir el dinero con el que comprar drogas”.

Los hurtos de vehículos han aumentado a un ritmo mucho mayor que los atracos, lo que sugiere que los elementos de la ley de talleres clandestinos que antes disuadían a los grupos criminales de robar carros a la fuerza pueden seguir funcionando. Además, en los primeros meses de 2024, los hurtos parecían haberse estabilizado.

“Hasta ahora, los [factores] más relevantes [que influyen en los índices de hurtos y atracos de vehículos] son la ley de talleres clandestinos y los cambios en el PCC”, afirma Maldonado.