El mensaje fue bastante claro: Jimmy Chérizier, el jefe pandillero más poderoso de Haití, obligó al primer ministro, Ariel Henry, a abandonar una ceremonia en la capital, Puerto Príncipe. ¿Qué motivaciones llevaron a Chérizier a hacer esta demostración de poder?  

El 17 de octubre, Ariel Henry debía estar presente en una ceremonia conmemorativa del asesinato de Jean Jacques Dessalines, quien fue emperador de Haití durante dos años, entre 1804 y 1806. Sin embargo, el evento fue controlado por Jimmy Chérizier, alias “Barbecue”, líder de la alianza de pandillas G9 y Familia (G9 y fanmi), quien asumió el rol de maestro de ceremonias. Vestido con un traje blanco, que como dice The Guardian, era la indumentaria tradicional de los funcionarios del gobierno en los días festivos nacionales, Chérizier, rodeado de hombres armados, puso una corona de flores para honrar a Dessalines.

Henry, el actual primer ministro, intentó llegar al lugar con su equipo de seguridad, pero fue obligado a huir de allí por pandilleros armados que abrieron fuego.

Chérizier aprovechó la ocasión para mostrar una vez más su lealtad al expresidente Jovenel Moïse, quien fue asesinado en el palacio presidencial el pasado mes de julio. Los hombres armados que lo rodeaban llevaban camisetas con la cara de Moïse y la frase “Justicia para Jovenel”.

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Al día siguiente, Henry trató de evitar polémicas, con una declaración combativa en la que se comprometió a restaurar “el orden, la seguridad pública y la autoridad del Estado”.

El propio Henry ha sido sospechoso de participar en el complot para asesinar a Moïse. En septiembre, destituyó al fiscal general de Haití, quien quería acusarlo como parte de la investigación del asesinato.

Esta última crisis también está ocurriendo mientras los casos de secuestros en Haití se han disparado aún más fuera de control, con un grupo de 17 misioneros estadounidenses y canadienses y sus familias secuestradas la semana pasada. Chérizier ha participado en protestas contra los secuestros en el pasado, pero las pandillas de su alianza con el G9 también han estado involucradas en esta economía criminal.

Análisis de InSight Crime

La expulsión del primer ministro de una ceremonia por parte de los pandilleros armados del G9 es quizá uno de los ejemplos más claros de que las facciones políticas de la isla usan las pandillas para defender sus intereses.

Un analista de seguridad de Haití, quien habló con InSight Crime bajo condición de anonimato por motivos de seguridad, dijo que “detrás de Barbecue están aquellos que estaban alineados con Jovenel Moïse, que quieren evitar que los políticos por fuera de su círculo obtengan mejores posiciones en el sistema político actual”.

Este hecho podría tener graves consecuencias para Henry. “Impedir que un primer ministro en funciones honre la muerte de Dessalines es un claro desafío a su autoridad. El hecho de que Ariel Henry haya huido del lugar deja un mensaje claro: no tenía la autoridad, ni el liderazgo ni las fuerzas armadas ese día”, dijo Eric Calpas, experto en pandillas haitianas, en comunicación con InSight Crime.

Calpas dice que el grupo político de Moïse y los intereses de Jimmy Chérizier están alineados. Los primeros no quieren que su poder político se debilite aún más, y los segundos quieren mantener su nivel de financiamiento y su capacidad para influir en ciertas decisiones, explica el experto.

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Tras el asesinato de Moïse, sus aliados han sufrido una serie de golpes políticos. Primero, Claude Joseph, quien era cercano al expresidente, renunció a su cargo como primer ministro en julio pasado, debido a presiones internacionales. El segundo se produjo cuando el partido Unidad Patriótica (Inite Patriyotik, INITE), al que pertenece Henry, firmó un acuerdo de gobierno en septiembre de 2021 con dos partidos de la oposición, lo que esencialmente aísla a los partidarios de Moïse y les impide su regreso político.

“La continua pérdida de poder político entre los aliados de Moïse podría llevar a la ruptura de la alianza de pandillas del G9”, afirma Calpas.

Sin embargo, las frecuentes apariciones de Chérizier en las redes sociales se han vuelto cada vez más políticas y pueden mostrar que está persiguiendo su propia agenda. En septiembre, apareció en un video de YouTube llamando a la alianza de pandillas del G9 un movimiento revolucionario. «Hemos decidido tomar el control del destino del país. Esto significa liberar al país del 5 por ciento de las personas que controlan el 85 por ciento de la riqueza del país», dijo.