La captura de Sérgio Roberto de Carvalho, uno de los narcotraficantes más prolíficos y buscados del mundo, lograda en Hungría a finales de junio, puso fin a una persecución intercontinental. Ahora, la pregunta es qué pasará con él y su compleja operación.

El 6 de julio, la policía brasileña cayó sobre varios objetivos en todo Brasil, incluidas grandes ciudades como São Paulo y Río de Janeiro, y el estado de Mato Grosso, al oeste, para desarticular varias operaciones de narcotráfico conectadas con Carvalho. En los operativos se decomisaron varios aviones y dos toneladas de cocaína, más activos por valor de 40 millones de reales (US$7,4 millones).

Según Globo, Carvalho usaba las pistas de aterrizaje privadas de grandes haciendas en Mato Grosso para recibir cargamentos de cocaína procedentes de Perú y Bolivia. Las drogas se acopiaban allí y los prefijos de matrícula de las aeronaves eran cambiados de manera ilegal. A continuación, se enviaban los aviones a otros destinos en Brasil, desde donde se llevaba el alcaloide a Europa.

VEA TAMBIÉN: Actas de defunción falsas y fajos de billetes: la caída del Pablo Escobar brasileño

La policía dirigió la operación después de hallar tres avionetas registradas con el mismo prefijo y en particular después de un decomiso específico de 1,3 toneladas de cocaína en el aeropuerto de Fortaleza, noreste del país, en agosto de 2021. En ese decomiso, quedaron en custodia un piloto turco y un pasajero español luego de que la policía hallara las drogas ocultas entre 24 maletas en un jet privado con destino a Bélgica.

Mientras la red de Carvalho es desmantelada, este usa todos los recursos a su alcance para evitar la extradición hacia Brasil. En su última audiencia en Budapest, el llamado el Pablo Escobar brasileño alegó que era un preso político y comparó su suerte con la del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

En una bizarra defensa desplegada el 23 de junio, Carvalho alegó que “sentía temor de ser juzgado por la justicia brasileña en la forma como esta corte me acusa, que coincidencialmente es el mismo tribunal y los mismos agentes de policía que investigaron al presidente Lula”, según el sitio de noticias brasileño UOL. Su abogada alegó que, como exagente de la policía militar, Carvalho sería vulnerable en casa. “Extraditarlo sería equivalente a condenarlo a muerte”, aseguró ante la corte.

El juez extendió su detención hasta el 2 de agosto y dijo que el veredicto definitivo sobre su extradición lo tomará la ministra de justicia de Hungría Judit Varga. Pero también Brasil, España y Portugal lo han solicitado en extradición.

De Carvalho fue capturado el 21 de junio en Hungría, después de años de dirigir una operación internacional de narcotráfico que movió cientos de millones de dólares por todo el mundo.

Análisis de InSight Crime

A tres semanas de su captura, la carrera por llevar a Carvalho ante un juez y desentrañar cada detalle de su red de narcotráfico y lavado de dinero apenas comienza.

Se estima que movió al menos 45 toneladas de cocaína desde 2017 desde puertos brasileños hasta España, Portugal, Italia, Bélgica, Países Bajos, Alemania y Francia, entre otros.

Y aunque actualmente enfrenta juicios en Hungría para determinar si es extraditado a Brasil, otros países también quieren una parte de él.

VEA TAMBIÉN: Paraguay, Brasil y Dubái, parte de una gran red transatlántica de tráfico de cocaína

En España, fue detenido en 2018 bajo el nombre de Paul Wouter, de nacionalidad surinamesa. Allí se le acusó de ser el dueño de 1,7 toneladas de cocaína halladas en un barco. Pero tras pagar 200.000 euros y quedar en libertad bajo fianza, hizo que un médico firmara un acta de defunción falsa, donde se atestiguaba que Wouter había muerto de COVID-19, y desapareció.

En Portugal, adquirió edificios y residencias en Lisboa por medio de una empresa de cartón registrada en Dubái al parecer para lavar dinero. Más aún, al parecer compró una empresa de vuelos chárter e intentó adquirir otra en el aeropuerto de Tires cerca de Lisboa, para mover cocaína y dinero en efectivo, según CNN Portugal. Los investigadores portugueses terminaron hallando una camioneta con 12 millones de euros en efectivo estacionada en un parqueadero de Lisboa.

InSight Crime no pudo confirmar si Bélgica también lo pidió en extradición, con el argumento de que Carvalho podría estar implicado en los homicidios de dos hombres por una transacción de tráfico que salió mal.

Y finamente, aunque Dubái no parece requerirlo en extradición, las autoridades se han concentrado en desmantelar la parte de la red de Carvalho dedicada al lavado de dinero. Su presunta mano derecha, Marcelo Maghenzani, tuvo una oficina en uno de los sectores más exclusivos de la ciudad. Maghenzani fue detenido en mayo de 2021, señalado de ocuparse de las necesidades administrativas y financieras de Carvalho.

¿Cuáles son sus opiniones?

Haga clic aquí para enviar sus comentarios a InSight Crime.

Alentamos a los lectores a copiar y distribuir nuestro contenido con fines no comerciales, con atribución a InSight Crime en la firma y enlaces a la publicación original en la parte superior e inferior del artículo. Consulte el sitio web de Creative Commons para obtener más detalles sobre cómo compartir nuestro trabajo y envíenos un correo electrónico si utiliza un artículo.