Una fuerte explosión en Ecuador ha dejado un saldo de cinco personas fallecidas y ha causado heridas a muchas más, un ataque que indica un cambio de estrategia por parte de los grupos del crimen organizado del país.

Cinco personas murieron y decenas más resultaron heridas cuando un artefacto explosivo casero detonó en la ciudad portuaria de Guayaquil, al sur del país, en la madrugada del 14 de agosto, según informaron las autoridades ecuatorianas.

El ataque fue al parecer perpetrado por dos hombres que se movilizaban en una moto, quienes arrojaron una bolsa que contenía la bomba a un restaurante del barrio Cristo del Consuelo, según narraron los habitantes de la zona al diario El Universal. Algunos residentes dicen que escucharon disparos antes de la explosión.

El ministro del Interior de Ecuador, Patricio Carrillo, dijo que los supuestos objetivos del ataque eran dos individuos que al parecer tenían vínculos con Los Tiguerones, una de las pandillas carcelarias más grandes de Ecuador. Se refirió a ellos simplemente como “Cucaracha” y “Junior”.

Carrillo también culpó a las pandillas del país por la reciente escalada de violencia, y afirmó que el reciente ataque es un claro indicio de lo grave que se ha vuelto la amenaza del crimen organizado en Ecuador.

“Mercenarios del crimen organizado, que han narcotizado la economía durante mucho tiempo, ahora atacan con explosivos. No es un problema de la Policía de Ecuador. Es una declaración de guerra al Estado”, escribió el ministro en Twitter poco después de las explosiones.

Los familiares de Cucaracha, cuyo nombre completo es Juan Carlos Corozo Mercado, afirman que él no tiene ninguna conexión con Los Tiguerones y, como informó el diario Expreso, exigieron que Carrillo se retractara de sus declaraciones.

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El gobierno ha ofrecido una recompensa de US$10.000 por información relacionada con el ataque, pero Carrillo dice que muchos de los heridos que salían del hospital se habían negado a hablar sobre el incidente.

El ataque se produce en medio de una ola de explosiones con bombas en todo el país andino. El Universo reportó el uso de artefactos explosivos en 145 incidentes en lo que va del año, casi la mitad de los cuales tuvieron lugar en Guayaquil.

Dicha ciudad, que es crucial para el narcotráfico, se ha esforzado durante años por reducir los crecientes homicidios. Sin embargo, hasta la fecha ninguna explosión había causado víctimas mortales, como dijo a InSight Crime el periodista local Arturo Torres, experto en temas relacionados con crimen organizado.

Análisis de InSight Crime

Las bombas caseras se suelen usar como una táctica de terror en Ecuador. Pero el ataque en Guayaquil podría indicar un cambio de estrategia hacia el uso de bombas como modus operandi para el asesinato selectivo de rivales.

Aunque las pandillas carcelarias de Ecuador han estado experimentando con carros bomba durante meses —parte de una tendencia según la cual las pandillas imitan las tácticas de grupos criminales supremamente violentos de México y Colombia—, tradicionalmente han utilizado sicarios y tiroteos para acabar con sus rivales.

Pero el ataque con bomba en Guayaquil al parecer buscaba más que generar conmoción y miedo. La explosión tuvo un radio de 50 a 70 metros y la bomba contenía fragmentos de metal para producir mayor destrucción. De hecho, se encontraron metrallas en los edificios y vehículos circundantes, así como en las víctimas mismas.

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Los Tiguerones, entre otras pandillas, están enfrascadas en una violenta disputa territorial con Los Choneros, otra de las principales pandillas de Ecuador. Los Choneros han hecho su fortuna criminal transportando cocaína del puerto de Guayaquil y tienen una vieja relación con el Cartel de Sinaloa, la organización criminal mexicana.

Las tensiones entre Los Choneros y pandillas como Los Tiguerones fueron las que supuestamente provocaron un sangriento motín carcelario en Guayaquil en noviembre pasado, que dejó un saldo de 68 reclusos muertos.

Los Tiguerones carecen del músculo para desafiar a sus rivales en Guayaquil, pero tienen presencia en la ciudad gracias a alianzas con enemigos mutuos de Los Choneros, entre los que se encuentra un grupo conocido como Los Lobos, según explica Torres.