Las autoridades de Colombia y de Estados Unidos han firmado un acuerdo que proporciona apoyo policial estadounidense a cuatro municipios colombianos, una medida que evidencia la creciente importancia de las redes locales en el paisaje criminal de Colombia.
El 7 de noviembre, la embajada de Estados Unidos en Bogotá anunció la firma de un acuerdo entre las autoridades gubernamentales de Colombia y Estados Unidos y representantes de la policía nacional de Colombia, para mejorar la seguridad en los municipios de Tibú (en el departamento de Norte de Santander), Chaparral (Tolima), Caucasia (Antioquia) y Ovejas (Sucre).
El proyecto de US$1,6 millones tiene como objetivo apoyar a la policía nacional en los centros urbanos y ayudar a los gobernadores municipales a mejorar su gestión territorial, informó Caracol. Según el acuerdo, se seleccionaron los cuatro municipios por sus vínculos con el cultivo de drogas, grupos armados y otras actividades criminales.
Las mejoras cubiertas por el acuerdo incluirán la compra de nuevos equipos de seguridad y actualizaciones de la tecnología, tales como la implementación de sistemas de televisión de circuito cerrado, señaló CM&.
Análisis InSight Crime
Los municipios seleccionados para recibir la ayuda de Estados Unidos son el hogar de una gran variedad de actores criminales de Colombia. Norte de Santander es tradicionalmente un fortin de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), mientras que Caucasia y Ovejas se encuentran en territorio controlado por las organizaciones sucesoras de los paramilitares conocidas como BACRIM (“bandas criminales”). Caucasia se encuentra en un corredor clave de tráfico de drogas entre la segunda ciudad más importante, Medellín, y la costa Caribe, y ha estado en la primera línea de la lucha territorial entre grupos clave de las BACRIM, los Urabeños y los Rastrojos. Chaparral es la elección más sorprendente -la ciudad ha sido mencionada en relación con los Urabeños, pero no suele ser citada como un punto importante para la actividad criminal en la misma medida que los otros municipios-.
La introducción de la ayuda de Estados Unidos a nivel local parece ser la última adaptación del Plan Colombia en respuesta a la fragmentación de las redes de narcotráfico dentro de Colombia. Pese a que los esfuerzos apoyados por Estados Unidos en la última década han sido efectivos en el desmantelamiento de los carteles transnacionales, la disolución de estas organizaciones ha contribuido al aumento de las BACRIM, que actualmente representan la mayor amenaza a la seguridad de Colombia, según la policía.
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El crecimiento de la demanda interna en Colombia también ha dado lugar al crecimiento de redes de microtráfico locales, mientras que la producción final del comercio de drogas en el país ha experimentado un cambio radical. Donde los grupos paramilitares alguna vez cazaron y asesinaron a guerrilleros, las BACRIM tienen estrechas relaciones con los guerrilleros de izquierda que participan en la producción de coca.
No obstante, aunque este acuerdo representa un avance significativo en cuanto al apoyo de Estados Unidos a Colombia, la guerrilla y las BACRIM por lo general son altamente exitosas en cooptar a las autoridades locales de los lugares en donde operan. Por lo tanto, no está claro cuán efectiva será esta nueva ayuda si es sólo en la forma de tecnología para ser utilizada por esas mismas autoridades.