El merodeo de piratas representa una amenaza cada vez mayor a lo largo del río Amazonas en Brasil, informa el New York Times, pero este punto remoto no es el único lugar de Latinoamérica donde la piratería está cobrando importancia en términos de seguridad.

Organismos de policía en Brasil tienen problemas para limitar la piratería fluvial en la cuenca del río Amazonas, ante una serie de ataques recientes que tienen aterrorizadas a las tripulaciones de las barcazas y a sus pasajeros, informó el New York Times. En septiembre, casi una docena de hombres asaltaron un barco cerca de la ciudad portuaria de Belém, y robaron a unos 260 pasajeros. En octubre siguiente, piratas armados requisaron un barco de combustible y robaron más de 2.600 galones de diésel, además de pertenencias de la tripulación.

“Cada capitán de barco sabe que está a merced de esos bastardos”, comentó Merinaldo Paiva, cuyos pasajeros fueron retenidos a punta de pistola por piratas en abril.

Aunque la piratería ha sido un problema de larga data en el Amazonas, los operadores de barcos dijeron al Times que temen que los grupos se estén haciendo más hábiles para elegir a sus víctimas. Galdino Alencar, presidente del sindicato de barqueros fluviales del estado de Amazonas, comentó que los piratas ahora están dedicados a perseguir los grandes barcos de carga, en especial los que transportan combustible.

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Debido a lo extenso y alejado del terreno que abarca el Amazonas, así como a la presencia dispersa de policía, la lucha contra la piratería ha  demostrado ser evasiva para las autoridades. 

“No hay ley en el río Amazonas” dijo a ese diario un pescador local.

Análisis de InSight Crime

Muchos de los factores que promueven la piratería en el Amazonas brasileño también contribuyen a los robos en ríos, lagos y altamar en otros lugares de la región. En los últimos años, ha habido múltiples denuncias de piratas armados que abordan los barcos y roban a los pasajeros en la vecina región del Amazonas peruano.

Entretanto, los piratas venezolanos involucrados en una serie de actividades criminales han atacado a pescadores y robado maquinaria de las plataformas petroleras en el lago Maracaibo, lo que provoca retrasos en la producción petrolera. Y cerca de la costa pacífica de Ecuador, se dice que piratas armados con AK-47 acostumbran secuestrar barcas de pesca y las usan para transportar narcóticos y otros artículos de contrabando. Los pescadores dicen que los piratas ofrecen grandes sumas de dinero a cambio de su complicidad y rara vez vuelve a saberse de quienes rechazan la oferta.