Más de 400 llamadas extorsivas fueron realizadas por prisioneros durante el año pasado en Colombia, lo que demuestra la facilidad con la que este crimen puede ser perpetrado desde las cárceles del país, mediante engaños e intimidaciones.

En 2014, el Grupo Antisecuestro y Antiextorsión (Gaula) de Colombia registró 407 casos de extorsión realizados desde el interior de las prisiones del país, informó Caracol. Esta cifra representa el 8,4 por ciento de los 4.848 casos de extorsión reportados por el Gaula el año pasado.

Los prisioneros generalmente usan teléfonos celulares para hacer las llamadas extorsivas, pero sus métodos para estafar a las personas que se encuentran por fuera de las cárceles son variados. En ocasiones los reos se hacen pasar por agentes de la policía y les dicen a sus víctimas que deben enviar dinero para poder liberar a algún pariente que ha sido detenido, como se evidencia abajo en una grabación obtenida por El Espectador.

Los reos también usan alias de líderes criminales de grupos como Los Urabeños o Los Rastrojos, o los nombres de comandantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para intimidar a sus víctimas (como en la siguiente grabación).

Según el Gaula, en 2014 las denuncias presentadas por este tipo de llamadas les permitieron a las autoridades prevenir que pagos extorsivos por cerca de US$296.000 terminaran en manos de reclusos, informó El Espectador.

Análisis de InSight Crime

Las grabaciones de las llamadas extorsivas publicadas por El Espectador reflejan un cambio en las operaciones de “microextorsión” durante los últimos años en Colombia, el cual consiste en que los criminales ahora se enfocan en individuos —en vez de empresas— y usan engaños en lugar de amenazas para que las víctimas paguen el monto exigido. En el pasado la extorsión era perpetrada principalmente por grupos guerrilleros y paramilitares, los cuales tenían como objetivo a las grandes multinacionales mineras y petroleras.

Durante años las autoridades colombianas han luchado para evitar que las operaciones extorsivas sean realizadas desde el interior del sistema penitenciario del país. Esto a pesar de los esfuerzos para limitar el contacto de los prisioneros con el mundo exterior, bloqueando la señal celular en algunas cárceles. Sin embargo, en agosto de 2014, las autoridades desmantelaron una red de extorsión que operaba desde varias cárceles en diferentes ciudades del país; un caso que indica que dichas redes se están haciendo cada más sofisticadas.

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Las prisiones en Colombia y toda Latinoamérica son generalmente centros para la actividad criminal, y la relativa facilidad con la que las operaciones extorsivas pueden ser realizadas las convierte en una atractiva fuente de ingresos para los reclusos. Solo se necesita un teléfono celular que los reclusos pueden obtener con facilidad en el mercado negro —en caso de que puedan pagarlo—. El bajo perfil y la poca cantidad de recursos necesarios para realizar estas operaciones extorsivas están favoreciendo los casos de extorsión a lo largo de Colombia, donde los informes sobre este crimen se cuadruplicaron entre 2008 y 2013.

4 respuestas a “Anatomía de las llamadas extorsivas desde las prisiones de Colombia”