Las autoridades de Argentina han identificado la presencia de lo que llaman una “nueva” droga alucinógena, resaltando tanto la atracción del creciente mercado de drogas sintéticas del país como la manera como los traficantes adaptan sus productos para eludir los controles sobre substancias específicas.
En junio, las autoridades de Argentina desmantelaron un grupo de colombianos registrados como estudiantes en universidades locales, quienes importaban paquetes de España de una droga llamada “pandora”, informó Clarín. El caso fue vinculado con un hombre involucrado en la venta de cocaína y drogas de diseño en clubes nocturnos de Buenos Aires, dijo el diario.
Los oficiales incautaron 25.000 dosis de pandora –cuyo nombre técnico es 25I-NBOMe- al grupo, junto con miles de dosis de LSD y tabletas de éxtasis, informó Infobae. La sustancia presuntamente tiene efectos alucinógenos similares a los del LSD y es vendido en papeles que se disuelven oralmente, pero su composición química es diferente.
Según Clarín, por ser una droga tan nueva en Argentina, la lista de sustancias prohibidas aún no ha sido actualizada para incluirla.
Análisis de InSight Crime
Pandora puede ser nueva en Argentina, pero al parecer fue creada en 2003, y su uso como droga recreacional ha sido previamente identificado en otros países, incluyendo Estados Unidos. La droga, también llamada “C-Boom” y “bomba”, se ha vuelto particularmente popular en Chile, donde alcanzó el 95 por ciento de las muestras de drogas sintéticas examinadas en 2013. Allí las autoridades también han incautado cargamentos de pandora provenientes de España.
Según la Asociación Antidrogas de la República Argentina, pandora es 10 veces más fuerte que el LSD y puede tener efectos mortales al ser mezclada con el alcohol. Se han reportado muertes relacionadas con pandora en Chile, Estados Unidos y Europa.
Pandora es sólo una de varias nuevas drogas sintéticas que han empezado a aparecer en el mercado latinoamericano –entre las que se encuentra el tranquilizante para caballos, la ketamina- como un intento de los traficantes para evadir los controles legales.
El hecho de que la droga haya llegado hasta Argentina indica que los traficantes están ansiosos por entrar en el pequeño pero creciente mercado de drogas sintéticas del país, alimentado principalmente por consumidores de clase media. La evolución de este mercado también ha provocado el surgimiento de laboratorios domésticos para producir éxtasis.
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Argentina también puede estar atrayendo a los traficantes de nuevas sustancias psicoactivas por sus laxas regulaciones en la importación de químicos como la efedrina, la cual es usada en la producción de metanfetaminas. En un caso reciente, funcionarios corruptos fueron acusados de facilitar el tráfico de efedrina, en un escándalo en el que hasta la Presidencia fue implicada.