El ejército nicaragüense ha pedido ayuda internacional para construir su armada, a medida que lucha por conseguir los recursos necesarios para patrullar las aguas territoriales recién adquiridas cerca de la isla colombiana de San Andrés, la cual se encuentran en una importante ruta del narcotráfico.
El comandante en Jefe del Ejército de Nicaragua, el general Julio César Avilés, dijo que el país necesita al menos ocho barcos más para vigilar eficazmente sus territorios marítimos e interceptar los cargamentos de drogas, informó El Nuevo Diario.
“La necesidad es real, ya lo hemos platicado. Si pudiéramos conseguirlas en el marco de la cooperación sería óptimo para nosotros, de lo contrario tendríamos que ver las posibilidades que tenemos para comprarlas (…)”, dijo.
El general Avilés dijo que había entrado en conversaciones con el gobierno ruso sobre la posibilidad de que fuera ese país quien le suministrara los navíos, pero añadió que “(…) estamos (…) viendo todas las opciones.”
Análisis de InSight Crime
Durante el auge del narcotráfico a través de Centroamérica en los últimos años, Nicaragua se ha convertido en un punto popular para el transbordo de la cocaína hacia el norte, resultando especialmente populares entre los narcotraficantes las Regiones Autónomas del Atlántico Norte y el Atlántico Sur (conocidas como la RAAN y la RAAS, respectivamente), por medio de las cuales buscan explotar una débil presencia del Estado.
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El tamaño de la tarea que enfrentan las fuerzas de seguridad de Nicaragua en la lucha contra este comercio ha aumentado considerablemente desde que el año pasado, la Corte Internacional de Justicia, en una disputa territorial con Colombia, otorgó la soberanía sobre la isla de San Andrés a Colombia, pero otorgó a Nicaragua el control de las aguas que rodean al archipiélago.
Aunque fue económicamente beneficioso para Nicaragua, la sentencia aumentó en gran medida el tamaño del territorio marítimo que la armada del país tiene que cuidar. Además, el territorio es una ruta preferida para el narcotráfico, siendo San Andrés un popular punto de parada para los cargamentos de droga enviados por grupos criminales colombianos, incluidos los Urabeños y los Rastrojos.
Las fuerzas de seguridad de Nicaragua, que de por sí son insuficientes, deben luchar para cubrir este territorio por sí solas, y una expansión como la que pide el general Avilés será difícil de financiar. No obstante, dado el carácter amargo de la disputa con Colombia y una continua difícil relación con Estados Unidos, Nicaragua podría tener dificultades para encontrar socios internacionales que llenen ese vacío.
