Las autoridades de Guatemala temen que los grupos de autodefensa, que pretenden responder al problema de la ausencia de Estado, se conviertan en organizaciones criminales involucradas en actividades ilícitas, una situación que han enfrentado las autoridades de otros países de la región.
La presencia de un denominado grupo de autodefensa que cargaba armas de alto poder en la ciudad de Villa Nueva, al sur de la capital, Ciudad de Guatemala, ha levantado las alarmas entre las autoridades por el temor de que dichos grupos se conviertan en organizaciones criminales, según informó Prensa Libre.
Durante el trabajo de campo realizado por InSight Crime en Guatemala, las autoridades de ese país expresaron su preocupación ante la posibilidad de que dichos grupos puedan incorporarse a mercados criminales, como ha ocurrido con organizaciones de “autodefensa” similares en otros países de la región.
De acuerdo con Prensa Libre, los miembros del grupo, que supuestamente se han estado organizando durante los últimos 11 años, aparentemente tomaron sus armas y salieron a patrullar las calles después de que varios pandilleros asesinaran a dos personas el pasado 16 de julio.
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Los integrantes del grupo de autodefensa admiten que cargan armas, pero afirman que estas son legalmente de su propiedad. Dicen que no extorsionan a sus conciudadanos exigiéndoles dinero a cambio de “protección”, como sí lo hacen las pandillas de la zona.
Sin embargo, la periodista guatemalteca Sofía Menchú le dijo a InSight Crime que, según las leyes guatemaltecas, los civiles no pueden llevar consigo ese tipo de armas de alta potencia.
“Es cierto que no hay presencia del Estado, pero (los grupos de autodefensa) resultan sospechosos porque usan armas “largas” que generalmente son de uso del ejército o la policía”, dijo.
Guatemala suele estar constantemente entre los países más violentos de Latinoamérica, junto con El Salvador y Honduras, sus vecinos del Triángulo Norte. Específicamente, Menchú le dijo a InSight Crime que Villa Nueva es un municipio con una “historia criminal muy fuerte”. Dice que es por eso, y por el hecho de que hay muchas zonas pobres en Villa Nueva, que “gran parte de su población joven se involucra en las pandillas”.
Análisis de InSight Crime
La presencia de grupos de autodefensa es un fenómeno regional en Latinoamérica que han debido enfrenar otros gobiernos cuyas naciones tienen graves problemas de seguridad.
Las autoridades de El Salvador, por ejemplo, no han logrado establecer presencia en las zonas bajo el control de las violentas pandillas del país, ni recuperar el control de las mismas. Como resultado, han surgido grupos de autodefensa que buscan restablecer el orden. Algunos funcionarios, en una acción temeraria que elude la responsabilidad del Estado sobre el asunto de la seguridad ciudadana, han considerado incluso armar a estos grupos para que los ayuden a combatir el crimen; a su vez, estos se han atrevido a reclamar un reconocimiento legal.
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Generalmente, estos grupos se han transformado en estructuras que parecen más bien escuadrones de la muerte relacionados con asesinatos extrajudiciales de presuntos pandilleros, lo que pone de manifiesto los riesgos criminales que conlleva la legitimación de dichos grupos.
Las autoridades de México han enfrentado obstáculos similares. Durante la última década han surgido grupos de autodefensas en todo el país, en medio de un repunte de la violencia relacionada con el crimen organizado. Pero el eventual reconocimiento de estos grupos por parte del gobierno ha tenido graves consecuencias. También se ha sabido que estas organizaciones han establecido vínculos con grupos del crimen organizado y que conducen actividades criminales propias.
En cierto momento, Colombia también toleró la existencia de grupos de “autodefensa” ciudadana similares, con el fin de reforzar la lucha contra el crimen y la violencia. Pero estos grupos tuvieron el efecto contrario. Actualmente dirigen violentas redes criminales y les cobran “impuestos de protección” a los habitantes, lo que contribuye aún más a la inseguridad.
La presencia de grupos de autodefensa pone de manifiesto que su existencia no representa de ninguna manera una solución ante los grandes problemas de seguridad que deben ser abordados de manera adecuada por las autoridades. Por el contrario, constituyen un gran riesgo, pues pueden convertirse en otro elemento generador de violencia y crimen organizado.