Las autoridades de Brasil arrestaron a un importante estratega político y gurú de relaciones públicas, un caso que llama la atención sobre las dificultades de investigar a las élites gubernamentales latinoamericanas.
João Santana se entregó a las autoridades brasileñas después de que la Fiscalía General ordenara su arresto por sospecha de tráfico de influencias, informó Reuters.
Según los informes, las autoridades dicen que han identificado US$7,5 millones provenientes de sobornos, que se encuentran a nombre de Santana en varias cuentas en el extranjero. Se sospecha que Odebrecht, el gigante brasileño de las construcciones y la ingeniería, pagó US$3 millones de los presuntos sobornos para obtener contratos con Petrobras, la firma petrolera estatal de Brasil. Asimismo, se sospecha que la unidad brasileña de Keppel, firma petrolera de Singapur, depositó la cantidad restante del presunto soborno en cuentas de Santana en el extranjero, según un informe de ABC Internacional.
Santana fue un importante estratega durante las campañas políticas de la actual presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva. Además, antes se había desempeñado como tesorero del Partido de los Trabajadores (PT), actualmente en el poder, así como estratega de campaña de otros presidentes y expresidentes de Latinoamérica, como Mauricio Funes de El Salvador, Hugo Chávez de Venezuela, Danilo Medina de República Dominicana y José Domingo Arias de Panamá, informó El País.
El arresto de Santana hace parte de una investigación mayor sobre la supuesta colusión entre empresas y funcionarios para realizar contratos inflados con Petrobras. Según Reuters, decenas de ejecutivos y al menos un senador del PT han sido arrestados hasta el momento.
Análisis de InSight Crime
Los líderes latinoamericanos suelen usar medidas legales, como las cláusulas de inmunidad, o métodos menos evidentes, como el aprovechamiento de su posición e influencia, para evadir las investigaciones criminales. Como resultado, las investigaciones a menudo se inician después de que un poderoso líder ha abandonado el cargo o cuando se ha producido un cambio en la arena política.
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El caso de Santana está vinculado al escándalo denominado “Operación lavado de autos“, que ha involucrado al expresidente Lula da Silva y puede amenazar a la actual presidenta Rousseff. Sin embargo, las investigaciones sobre Lula da Silva se iniciaron después de que éste abandonara el cargo; por su parte, Rousseff ha logrado defenderse de una comisión de juicio político y por ahora ha sido absuelta de cargos relacionados con Petrobras.
Un ejemplo parecido, pero en otro país, es la investigación, recientemente aprobada, sobre la presunta malversación de US$7 mil millones en Petróleos de Venezuela (PDVSA) cuando la petrolera estatal era administrada por el entonces ministro de Energía Rafael Ramírez (2004-2014). Como en Brasil, solamente hasta ahora el caso ha salido a la luz, después de un cambio en el poder político: el primer poder legislativo de Venezuela que es liderado por la oposición.
Pero si bien aprovechar ciertos momentos políticos puede ser la única manera para que los investigadores logren escrutar a las élites del gobierno, también permite que éstas hagan acusaciones de persecución política, una defensa a la que tanto Lula da Silva como Rousseff han recurrido repetidamente.