El descubrimiento de las casas utilizadas por grupos criminales en la ciudad portuaria colombiana de Buenaventura, para mutilar los cuerpos de las víctimas y luego “desaparecerlos”, destaca una práctica comúnmente utilizada por el crimen organizado para evitar llamar la atención de las fuerzas de seguridad.
El comandante de la policía del Valle del Cauca, Coronel Mariano Botero Coy, dijo que las autoridades habían descubierto cinco “casas de pique”, utilizadas por dos grupos criminales que luchan por el control de la zona, los Urabeños y La Empresa, informó Caracol.
Según Botero, los autores amarraban a sus víctimas a una mesa y usaban sierras eléctricas y otros dispositivos de corte para desmembrar a sus víctimas, mientras todavía estaban vivos, informó RCN.
Las partes del cuerpo de las personas que habían desaparecido en Buenaventura en 2013 comenzaron a aparecer en junio pasado. Entre ese mes y octubre, las autoridades encontraron los restos de ocho personas que habían sido asesinadas y desmembradas, y sus partes corporales habían sido puestas en bolsas cargadas de piedras, que luego fueron arrojadas al mar.
En los 15 días previos al 5 de marzo de este año, se encontraron los restos de 12 víctimas más no identificadas, además de las desapariciones recientes que incluyen tres pescadores y un hombre que vendía minutos de telefonía celular, informó El Espectador. Los informes relativos a estas casas de terror han llevado a un grupo especializado del Equipo de Investigación Técnica de la Fiscalía General a visitar la zona con el fin de investigar, informó El Colombiano.
Análisis de InSight Crime
La horripilante escena establecida por las organizaciones criminales en Buenaventura está vinculada a una batalla territorial en curso entre el grupo narco-paramilitar de los Urabeños y la banda local aliada a los Rastrojos llamada La Empresa. Al ser el puerto más grande del país, Buenaventura es un punto de partida estratégico para los grandes cargamentos de cocaína, gran parte de ella elaborada en la región circundante.
Esta lucha por el poder criminal ha causado estragos en la población local, resultando en 78 desapariciones forzadas el año pasado, y en el desplazamiento de más de 4.000 personas.
El conflicto relacionado a las drogas ha tenido lugar en Buenaventura desde hace años, siendo la desaparición forzada algo común y la tasa de homicidios alcanzando su punto máximo en 2007. Sin embargo, estos últimos descubrimientos son otro indicador del preocupante regreso de la violencia extrema a la zona.
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La desaparición de las víctimas es una táctica común utilizada por los grupos criminales de la región para deshacerse de sus enemigos y evitar al mismo tiempo llamar la atención de las autoridades. Los métodos utilizados para eliminar los cuerpos son a menudo bastante inquietantes. Estos incluyen la disolución de los cuerpos en ácido o arrojarlos a los pozos. En el pasado, las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) fueron los principales autores de las desapariciones forzadas. Más recientemente, los descubrimientos de fosas comunes en México y El Salvador han servido para mostrar cómo los continuos altos niveles de violencia de los países son ocultados por los grupos criminales al simplemente esconder a sus víctimas.