Una de las empresas constructoras más grandes de Brasil ha sido acusada de trata de personas y de mantener a los trabajadores en condiciones de esclavitud, resaltando la omnipresencia de los abusos laborales en las empresas brasileñas.
El Ministerio Público del Trabajo de Brasil ha iniciado un procedimiento judicial contra la empresa constructora Odebrecht -que construyó tres estadios de la Copa Mundial- por presuntamente haber mantenido a empleados brasileños en condiciones de trabajo inhumanas en Angola, informó El País.
Según las autoridades brasileñas, Odebrecht llevó 500 trabajadores a Angola para trabajar en la construcción de una planta de biocombustible desarrollada por una empresa filial entre 2011 y 2012. Según los informes, en el lugar de trabajo, los brasileños se enfrentaron a condiciones degradantes e insalubres y a muchos les confiscaron sus pasaportes para que no pudieran volver a Brasil.
Aparentemente Odebrecht también mintió a las autoridades angoleñas sobre la naturaleza y duración de la estadía de los trabajadores en el país, aplicando a visados de 30 días en lugar de a visas de trabajo para sus empleados, lo que llevó a la detención de algunos trabajadores. El Ministerio de Trabajo de Brasil también afirma que Odebrecht se abstuvo de solicitar un certificado que permitiera a la empresa permiso para enviar trabajadores fuera del país.
De ser declarada culpable, la compañía podría pagar US$225 millones para compensar a los trabajadores, además de una multa que representa un porcentaje de los ingresos anuales de la compañía. A Odebrecht también se le prohibiría recibir financiamiento público para proyectos futuros.
Análisis de InSight Crime
El trabajo forzoso y la trata de personas son problemas graves en Brasil, donde se cree que un estimado de entre 25.000 y 40.000 personas trabajan en condiciones de esclavitud. Sólo en 2012, las autoridades brasileñas rescataron del trabajo forzoso a cerca de 3.000 trabajadores.
La mayoría de quienes trabajaban en condiciones de esclavitud son ciudadanos brasileños, y se desempeñan, en las zonas rurales, en sectores como la ganadería, minería, explotación forestal y agricultura, y en el sector de la construcción en las zonas urbanas. El problema también afecta a los trabajadores extranjeros, en particular a los de Bolivia, Paraguay, Perú y China, que a menudo son llevados al país para trabajar en fábricas de ropa.
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Hay evidencias que sugieren complicidad desde las más altas esferas brasileñas con el trabajo forzoso y la trata de personas, como en el caso de un senador acusado de emplear a trabajadores en condiciones de esclavitud en su granja, y las denuncias de Greenpeace (pdf) de que los fabricantes de automóviles Ford, GM y BMW compran lingotes de hierro hechos con carbón adquirido a través de mano de obra esclava. Sin embargo, es raro que una empresa tan grande y conocida como Odebrecht sea expuesta por estar tan directamente involucrada.