Una reciente investigación sobre el robo y hurto de bronce en Venezuela revela la posible existencia de una red de crimen organizado transnacional dedicada al desmantelamiento del patrimonio artístico venezolano y al contrabando de bronce hacia las islas del Caribe.
Las placas que identificaban las tumbas en los cementerios de Venezuela y centenares de esculturas de bronce han desaparecido en, al menos, 12 estados del país. Una investigación realizada durante dos años por un equipo del Institutional Assets and Monuments de Venezuela (IAM Venezuela) determinó que 6.812 piezas, que equivalen a 297 toneladas de bronce patrimonial, han sido hurtadas de manera sistemática y posteriormente vendidas por los delincuentes que viajan por aire, mar y tierra a través de rutas que llegan hasta Colombia, las islas del Caribe e, incluso, hasta Asia.
Según este estudio, el tráfico del bronce venezolano representa para los grupos criminales ganancias de más de US$1 millón.
En el tráfico ilícito del bronce verificado por IAM Venezuela destaca que el occidente del país es la región más afectada por ser una zona rica en monumentos y, además, por su proximidad con la frontera con Colombia. “Quienes trafican ilícitamente con metales prefieren la bullente ciudad colombiana de Cúcuta, donde venden el kilogramo de bronce fundido en unos $6 dólares promedio, según Anderson Jaimes, director de investigación del Museo de San Cristóbal, en el estado Táchira”, destaca la investigación.
El trabajo detalla que los criminales trafican el bronce desde los estados del occidente del país hacia Colombia, desde Falcón hacia Aruba, Bonaire y Curazao y desde las regiones del oriente y del sur de Venezuela hacia Trinidad y Tobago. Lo que suma un producto más al contrabando de diversos rubros que las organizaciones de crimen organizado sacan de Venezuela por esas fronteras.
Análisis InSight Crime
El crimen organizado gana terreno y explora nuevos mercados criminales en Venezuela. El contrabando de bronce parece consolidarse como una de estas economías con alcances transnacionales, mientras que la autoridades de ese país no parecen interesadas en tomar acciones para frenar este lucrativo negocio.
En este sentido las investigadoras de IAM Venezuela se preguntan cómo los organismos de seguridad no pudieron evitar el robo de dos puertas de bronce que pesan 1.000 kilogramos cada una y que corresponden a la primera entidad bancaria del estado Zulia, fundada en 1982.
El equipo de investigación de IAM Venezuela, consultado por InSight Crime, no descarta que en algunos casos exista complicidad de las autoridades con las mafias que se dedican al hurto, el saqueo sistemático y la posterior venta de bronce.
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La museóloga Milagros González, una de las coordinadoras de la investigación, advierte que aunque todo parece indicar que hay mafias organizadas detrás del negocio del bronce en el país, los organismos de seguridad no aportaron datos oficiales para el informe realizado por IAM Venezuela.
“En IAM Venezuela teníamos registros de robo de bronce desde hace dos años y desde hace un año hicimos la documentación más detallada. Esperamos que esta investigación ayude a frenar el crimen organizado, pues es necesario cuidar los patrimonios para preservar las referencias simbólicas del país,” explicó González a InSight Crime.
La falta de una política de preservación cultural propicia la impunidad, advierte la periodistas Nilda Silva, otra de las coordinadoras de la investigación: “Hemos denunciado el robo de placas y de bustos en estados como Mérida, Barinas y nunca ha habido una acción del gobierno; por el contrario, a los meses nos enteramos de nuevos hurtos, y pese a la cantidad de casos que hemos documentado, no hay investigaciones abiertas, ni hay detenidos. Eso va a seguir. Venezuela se ha convertido en una mina de bronce abierta.”
Por otra parte, esta actividad criminal no termina en el robo y hurto de piezas de bronce, sino que alimenta el rentable mercado del contrabando de riquezas y productos venezolanos hacia Colombia y el Caribe. El bronce se suma a otras mercancías como el oro, cobre, coltán, combustible, ganado y armas, que las redes de crimen organizado sacan de territorio venezolano.