Una serie de redadas policiales a líderes de las pandilla brasileña PCC en Paraguay y un reciente escándalo de narcopolítica han puesto una vez más en el centro de atención el papel del crimen organizado brasileño y la corrupción oficial en la evolución de Paraguay como centro de tráfico de drogas.

El 6 de junio, las autoridades judiciales y agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD) de Paraguay allanaron las celdas carcelarias de Tomás Rojas, alias “Toma’i”, y Carlos Antonio Caballero, alias “Capilo”, informó ABC Color. Las redadas permitieron descubrir pruebas que indicarían que los dos hombres manejaban una sofisticada operación de narcotráfico que transportaba cocaína boliviana a Brasil a través de Ciudad del Este en Paraguay.

Toma’i fue detenido en septiembre de 2011 en Ciudad del Este y después de ser trasladado a la cárcel de Tacumbú estableció una relación con Capilo, líder del Primer Comando Capital (PCC), que fue detenido en diciembre de 2009. Según los investigadores, Toma’i usó su nueva conexión con Capilo para reconstruir su estructura criminal en Ciudad del Este.

También el 6 de junio, la policía paraguaya capturó a Rodrigo Silva Duarte, líder del PCC, en el departamento de Amambay. Duarte, fugitivo en Brasil, era considerado uno de los hombres más buscados en ese país. Según la policía brasileña, Duarte había sido enviado a Paraguay para reclutar nuevos miembros para el PCC con el fin de ayudar a traficar cocaína y marihuana a Brasil.

El día anterior, una grabación difundida por el abogado de Carlos Rubén Sánchez, alias “Chicharõ” —un político paraguayo recientemente arrestado y acusado de vínculos con el narcotráfico— reveló que unos funcionarios paraguayos podrían haber estado protegiendo a narcotraficantes brasileños y colaborando con ellos.

El audio es una grabación de una reunión en noviembre de 2014 entre el narcotraficante brasileño Ezequiel de Souza, detenido en 2012 con 1.700 kilos de cocaína, el jefe de la SENAD, Luis Rojas, y sobornos a políticos Arnaldo Giuzzio y Arnoldo Wiens. Durante la reunión se discutió el pago de sobornos a políticos, policías y jueces. También estarían implicados el viceministro del Interior, Javier Ibarra, y algunos otros políticos del Partido Colorado.

Análisis de InSight Crime

Las denuncias de connivencia y complicidad de políticos paraguayos corruptos y funcionarios gubernamentales en el tráfico de drogas no es nada nuevo. Esto es más evidente en los departamentos del oriente de Paraguay, como Amambay y Alto Paraná (donde se encuentra Ciudad del Este), ubicados a lo largo de la frontera con Brasil, una zona clave para el tránsito de drogas.

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El fértil ambiente para el crimen organizado creado por esa corrupción ha ayudado a los grupos criminales brasileños a arraigarse en Paraguay, y el PCC actualmente cumple un papel importante en el tráfico de marihuana paraguaya y cocaína boliviana a Brasil.