Tanto los ataques contra los soldados de México como la cantidad de presuntos criminales abatidos por el personal militar han caído en picada durante los últimos 18 meses, lo que refleja los cambios tácticos de cómo se lucha la guerra contra el narcotráfico en el país.

Según documentos del gobierno obtenidos por Milenio, el ejército mexicano abatió a 242 presuntos criminales entre enero de 2013 y el 30 de marzo de 2014. En comparación, un total de 3.274 presuntos criminales fueron abatidos por militares entre 2009 y 2012 -un promedio de más de 800 cada año- con la cifra máxima de 1.297 siendo alcanzada en 2011.

El ejército mexicano también se ha enfrentado a un menor número de ataques por parte de las organizaciones criminales, y el número de las operaciones de combate en el país se ha reducido.

Aunque estas cifras incluyen los abatimientos por despliegues militares en el estado de Michoacán, no incluyen la operación militar en curso en Tamaulipas, iniciada después de la medición.

Análisis de InSight Crime

Las cifras obtenidas por Milenio parecen proporcionar evidencia empírica del cambio en la política de seguridad promovida por el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, que ha llamado a la moderación de la fuerza letal, y que recientemente publicó el primer manual sobre el uso de la fuerza en el ejército.

Sin embargo, al igual que su predecesor, Peña Nieto ha utilizado las tropas federales para reforzar las operaciones de seguridad en las regiones del país afectadas por la violencia, incluyendo los estados de Michoacán y Tamaulipas. El gobierno mexicano desplegó tropas federales en noviembre de 2013 para tomar control del puerto de Lázaro Cárdenas, un bastión de los Caballeros Templarios en Michoacán, y un reciente aumento de la violencia en Tamaulipas ha llevado a operaciones similares en el estado.

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Si bien la disminución de los ataques contra el personal militar puede ser el resultado de este cambio de táctica, también podría reflejar una caída en el tipo de tácticas paramilitares empleadas por carteles como los Zetas, que han sido conocidos por provocar enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y por tener como objetivo al Estado en sus ataques. De hecho, según Milenio, la mayoría de los presuntos criminales que han sido asesinados en enfrentamientos con el ejército en los últimos siete años han muerto en las zonas controladas por los Zetas y el Cártel del Golfo, dos grupos que parecen haber perdido una cantidad de poder significativa.

Una vez termine el despliegue de las tropas federales en Tamaulipas, las cifras de esta operación podrían pintar un cuadro diferente para 2014. En los últimos cinco años, 1.795 civiles armados -casi el 40 por ciento del total registrado- han sido asesinados en Tamaulipas, que también sigue siendo el estado más peligroso para las tropas federales.

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