La dolorosa imagen de cientos de cuerpos en cajas de cartón a las afueras de las casas dejó a la vista el colapso del sistema de salud en Ecuador. Y mientras el coronavirus se lleva la vida de la gente, los sobrecostos por bolsas de cadáveres dejan en evidencia la corrupción que se aprovecha de la pandemia.

La Contraloría General del Estado de Ecuador entregó dos informes con indicios de responsabilidad penal sobre los hospitales Los Ceibos y Guasmo Sur por irregularidades en la compra de bolsas para cadáveres, una necesidad de primera mano en el país.

Ambos hospitales se encuentran en Guayaquil, una de las regiones más afectadas por el coronavirus y que suma más de 1.200 muertos. De acuerdo con la contraloría, el total de la compra por las bolsas “no debía superar los US$ 46.910”; los responsables, sin embargo, gastaron US$ 614.917”.

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Según el estudio de la contraloría, los hospitales otorgaron los contratos a proveedores específicos sin tomar en cuenta precios de otros contratistas del Estado. “Se limitó la participación de otras compañías, no se elaboraron estudios de mercado, ni especificaciones técnicas de los productos, para conocer precios preferenciales”, dice el documento.

Este es apenas otro ejemplo de la corrupción estatal en Ecuador durante la pandemia de coronavirus. Otro hospital fue objeto de investigación recientemente por sobrecostos en bolsas para cadáveres y las oficinas de un municipio fueron allanadas por sospechas de manipulación de precios en la contratación de fumigación, según informó El Telégrafo.

El 25 de mayo, Ecuador tenía 36.756 casos confirmados de coronavirus y más de 3.100 muertes.

Análisis de InSight Crime

Aprovecharse de la necesidad de suministros médicos ha sido una constante en Ecuador durante la pandemia del coronavirus.

En total, seis hospitales han sido reportados por la firma de hasta 65 contratos irregulares para la compra de diversos suministros, desde tapabocas N95 hasta paquetes de fumigación y bolsas para cadáveres.

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Esto no es nuevo en Ecuador. En 2017, se abrió una investigación amplia a los hospitales públicos del país, luego de que se descubriera una estructura mediante la cual los médicos ordenaban a los pacientes que compraran sus medicamentos en ciertas droguerías privadas.

Crisis similares se han observado en México, donde se adquirieron ventiladores a precios inflados, y en Honduras, donde millones de dólares destinados para la compra de tapabocas de protección parecen haber sido objeto de apropiación indebida.

El coronavirus ha abierto una oportunidad para fraude y el robo en los sistemas de salud en toda Latinoamérica. Pero en un país donde la pandemia ha tenido efectos tan abrumadores que para algunas familias será imposible hallar los cuerpos de sus seres queridos, esto nos recuerda que la tragedia no es impedimento para la codicia.