Una serie de asesinatos en escuelas de Perú, que según las autoridades eran blanco de extorsión, son un crudo recordatorio de cómo el crimen organizado utiliza centros educativos a lo largo de la región como fuente de ingresos y de nuevos reclutas.
El 22 de mayo, el director de un colegio privado de Lima fue asesinado frente a los alumnos en las instalaciones educativas, informó AFP. Esa misma semana, hombres armados habían asesinado a dos guardias de seguridad en una escuela cercana.
El motivo de los homicidios aún no ha sido confirmado; sin embargo, la policía señaló que los grupos criminales locales habían estado extorsionando a las escuelas donde sucedieron los asesinatos, informó Associated Press. Según la policía, algunas escuelas en Lima pagan mensualmente hasta US$10.000 en extorsiones.
Es difícil estimar con precisión la cantidad de escuelas que son víctimas de extorsión, debido a la baja tasa de denuncias de este crimen. Un exgeneral de la policía le dijo a El Popular que cerca del 87 por ciento de los directores de escuelas que fueron víctimas de extorsión en 2014 no denunciaron el crimen por miedo a las represalias.
El 25 de mayo, Juan Navarro, el alcalde del distrito de Lima donde ocurrieron los asesinatos, pidió la intervención de las fuerzas armadas para proteger a los ciudadanos de las pandillas extorsivas, informó Associated Press. “Es un pedido de los miles de padres de familia, miles de niños y cientos de directores de colegios”, dijo Navarro.
Análisis de InSight Crime
Desafortunadamente, Perú no es el único país de Latinoamérica que ha presenciado la expansión de la influencia de los grupos criminales a las aulas de clase. Según informes, en Honduras las pandillas callejeras reclutan niños de hasta seis años y asaltan a mano armada a los profesores cuando se dirigen a las escuelas. En México, las organizaciones criminales les cobran a los profesores, estudiantes y empleados administrativos para permitirles ir a los colegios.
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También hay evidencias que sugieren que la cantidad de niños y adolescentes en las filas de los grupos criminales podría estar aumentando en algunas partes de la región. Las autoridades guatemaltecas arrestaron a 36 niños sicarios durante el primer trimestre de 2014, cuatro veces la cifra del mismo periodo de 2013. Algunos grupos armados ilegales en países como Colombia reclutan niños con frecuencia, pues son vistos como mano de obra prescindible y de bajo costo.