Las autoridades estadounidenses han puesto a la Oficina de Envigado de Colombia en su lista de Narcotraficantes Especialmente Designados, a pesar del declive del grupo en los últimos años, probablemente debido al papel de la organización en la prestación de servicios secundarios para los principales grupos de narcotráfico así como a su potencial expansión.
El 26 de junio, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos nombró a la Oficina de Envigado bajo la Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico, lo que significa que serán congelados todos los activos del grupo en Estados Unidos. Además, los ciudadanos y las empresas de Estados Unidos ahora tienen prohibido participar en transacciones de negocios con entidades vinculadas a la organización.
En un comunicado, el Departamento del Tesoro dijo que su decisión se basó en el papel de la organización, con sede en Medellín, en el tráfico internacional de drogas y en los servicios que ofrece a otros grupos criminales, incluyendo el lavado de dinero, la extorsión y los asesinatos. Según el Tesoro, estos servicios no sólo son ofrecidos a grupos colombianos, sino también a organizaciones internacionales como el Cartel de Sinaloa.
Análisis de InSight Crime
En los últimos años, la Oficina de Envigado se ha dividido debido a las luchas internas, la pérdida de liderazgo y a la guerra con los narcoparamilitares de los Urabeños, por lo que en cierto modo es sorprendente que el Tesoro haya decidido tomar esta acción ahora. El hecho de que lo haya hecho probablemente está relacionado con los servicios secundarios que proporciona a los narcotraficantes y, posiblemente, a su potencial para recuperar la influencia perdida en el mundo del tráfico de drogas transnacional.
La Oficina actualmente opera como una confederación horizontalmente organizada de organizaciones criminales, sin un liderazgo jerárquico claramente definido. Estas “oficinas de cobro” facilitan el tráfico de drogas y otras actividades relacionadas, prestando servicios para los traficantes de drogas, así como extrayendo ganancias criminales de Medellín a través del microtráfico, la extorsión, la prostitución, el juego, los robos y los asesinatos.
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En el auge de su poder, la Oficina fue manejada por el temible capo Diego Murillo, alias “Don Berna”, y tenía una amplia red de tráfico de drogas, la cual se extendía desde la ciudad de Medellín, en el noroeste de Colombia, hasta Panamá. También movió cargamentos de droga a través de Centroamérica y Jamaica hacia Estados Unidos.
Sin embargo, después de que la extradición de Don Berna en 2008 desatara una sangrienta guerra de sucesión, el grupo perdió a muchos de sus contactos para el tráfico internacional. Estos contactos fueron gestionados por Maximiliano Bonilla, alias “Valenciano”. Él perdió la guerra y fue detenido en 2011.
En los últimos años, la Oficina se ha visto envuelta en un amargo conflicto con los Urabeños. Sin embargo, en 2013 las dos partes declararon una tregua y fuentes dijeron a InSight Crime que parte del acuerdo involucraba compartir con la Oficina las operaciones de tráfico internacional de los Urabeños. Si la tregua se mantiene, entonces la Oficina aún podría vivir a la altura de la designación del Tesoro.